Capítulo 6

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—Dime que sigues de una pieza y no tirado en alguna cuneta.

Seokjin puso los ojos en blanco al escuchar el tono melodramático de su beta. Intuía que esa inestabilidad en la voz, seguida de contundentes maldiciones se debía más a la resaca del día anterior que a su preocupación por él.

—Estoy caminando por la calle y no tengo ni un solo rasguño, ¿suficiente para ti?

—Joder, Jin, suenas incluso lúcido, ¿cómo lo haces?

—Privilegios de ser alfa —le soltó sin más—. Eso y no haber bebido tanto como ustedes dos.

—No, bebiste más, toda el agua de las cañerías.

Seokjin puso los ojos en blanco y se detuvo ante el paso de peatones a esperar que cambiase el semáforo.

Llevaba el móvil en el bolsillo superior de la chaqueta y los auriculares puestos, con lo que no tenía que preocuparse de que se le calentase la oreja. Además, con los sentidos tan agudizados como estaban esa mañana, había tenido que bajar el volumen del receptor al mínimo para no acabar aullando.

—Sí, lo recuerdo nítidamente, será por eso que sigo a flote.

Hubo un instante de silencio a través de la línea antes de escuchar un sonoro juramento.

—Espera, espera, espera… Estás demasiado lúcido, demasiado tranquilo — prorrumpió su Beta—, y ya no suenas como un lobo psicótico destroza cañerías.

—¿Puedes bajar el tono de voz, Yoongi? Tengo los oídos demasiado sensibles — pidió arrancándose el auricular de la oreja—. Y no me apetece quedarme sordo.

—Hay que joderse, ¡te has emparejado! —concluyó Yoongi—. Lo has hecho, te has emparejado con él.

—Es mi pareja, ¿no es eso lo que solemos hacer cuando encontramos a la persona destinada para nosotros?

Un sonoro resoplido atravesó la línea.

—Sí, cuando son lobas o lobos, sí —rumió yoongi—. Así saben a lo que se enfrentan, conocen nuestra manera de vincularnos y lo que eso conlleva, pero tu compañero es humano…

Seokjin gruñó sin poder evitarlo, un sonido de advertencia nacido desde lo más profundo de su garganta.

—¿Que taehyung sea humano supone algún problema para ti, beta? —Al hacer hincapié en su rango dejaba patente que no era una pregunta retórica y que de su respuesta podía depender el seguir de una pieza o pasar a formar parte de comida para alimañas.

—Como no puedes verme, te diré que ahora mismo, de estar en forma canina, tendría el morro en el suelo y el rabo entre las piernas, alfa —le soltó Yoongi con palpable ironía—. Es tu pareja y será tratado y protegido como tal por la manada, eso lo sabes.

Sí, lo sabía. Era la ley que imperaba en su mundo. La o él compañero de un lobo era sagrado, más aún si era  del alfa. En su compañero recaía el continuar con la línea de sangre y fortalecer los lazos dentro del clan a través de su unión con él.

—Y no tengo prejuicios contra los humanos —añadió de inmediato—. Apuesto a que todavía no le has dicho quién y qué eres. Eso es lo que me preocupa, genio. Si tu lobo te hace lo mismo que le hizo el suyo a Yoochun por culpa de su pareja humana.… el tener que llamar a un fontanero para que arregle las cañerías sería mi última preocupación.

Seokjin suspiró.

Hae In, la compañera humana del alfa de Yisan no se lo había puesto nada fácil. La muchacha había abandonado la manada y vivido lejos de su compañero durante casi un año. Era un milagro que Yoochun no se hubiese vuelto loco con la separación. Como lobos, una vez emparejados, el vínculo que los unían a sus parejas se hacía cada vez más fuerte, a través de él permanecían siempre conectados y la lejanía, sobre todo en los primeros momentos tras el reclamo, podían ser realmente jodidos; o eso es lo que había oído.

Mι Amoroso Aᥣfᥲ ⇢ ᴶᶤᶰᵀᵃᵉWhere stories live. Discover now