Nuestro Destino - Camren

Von KrenCrooz

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El amor llega cuando menos te lo esperas, pero si cuando más lo necesitas. Camila necesitaba una señal y el... Mehr

Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Personajes.
Parte 7
Parte 8
Parte 10
Parte 11
Parte 12.1
Parte 12.2
Parte 13
Parte 14
Parte 15
Parte 16
Parte 17
Parte 18
Parte 19
Parte 20
Parte 21
Parte 22
Parte 23
Parte 24
Parte 25
Parte 26
Parte 27
Parte 28
Parte 29
Parte 30
Parte 31
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Parte 60
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Parte 80
Parte 81
Parte 82
Parte 83
Parte 84
Parte 85
Parte 86
Parte 87
Parte 88
Parte 89
Parte 90
Parte 91
Parte 92
Parte 93
Parte 94
Epílogo
Lisa
Leni

Parte 9

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Von KrenCrooz

POV. Lauren

Estados Unidos de América, New Jersey, Aeropuerto de Teterboro.

Tuvimos un vuelo muy tranquilo. Camila durmió la mayoría del tiempo, yo tuve que resolver un problema con una de mis compañías afiliadas por lo que me la pase trabajando, he dormido tres horas aproximadamente. Me duele el cuello y sinceramente quiero llegar de inmediato a casa, afortunadamente no tengo que ir hasta los Hamptons.

Camila esta aun adormilada cuando Barton y los demás bajan del avión para asegurar que las maletas sean llevadas directo a los coches. Por la ventana veo una Cadillac Escalade y el BMW serie 3 que normalmente es manejado por Ed.

—Te llevare a casa Camz. —

Veo como difícilmente se levanta, aquí son las cinco de la tarde, pero en París serian cerca de las doce de la noche.

—No es necesario Lau, puedo pedir que vengan por mí. —

—No permitiré que esperes aquí sola, no discuta conmigo señorita Cabello al final me saldré con la mía y solo perderemos tiempo. —

Le doy una sonrisa engreída que hace que ella sonría, pero al final ponga los ojos en blanco.

—Como usted mande señora todo poderosa. —

—Andando solecito— la sujeto de la mano para que juntas salgamos del avión, abajo esta la asistente de vuelo junto con los dos pilotos. A los tres les agradezco para después llevar a Camila a la camioneta. —Necesitare que le des tu dirección a Liz. —

Voltea a ver la Cadillac y de nuevo a mí.

—¿No es la misma de París? —

—No, esta es un modelo más grande. —

Denis se acerca con una sonrisa.

—Señora. Bienvenidas, espero que tuvieran un agradable vuelo. —

—As fue gracias Denis, ¿Cómo está tu madre? —

—Mucho mejor señora, le agradezco por hacer que enviaran a la enfermera para que curara sus puntos. Yo no podría hacerlo. —

Le doy una sonrisa y niego con la cabeza.

—No tienes nada que agradecer, por favor dale mis saludos y dile que espero se mejore muy pronto. —

—Lo haré señora. —

Camila ya está dentro del vehículo, en cuanto entro se acomoda a mi costado izquierdo para apoyar su cabeza en mi hombro, una sonrisa se pone en mis labios por la acción que acaba de hacer. Camila me genera una increíble ternura.

—Sol, ¿Liz ya tiene tu dirección? — ella solo asiente con la cabeza y se vuelve acomodar más en mí, presiento que no está muy cómoda así que paso el brazo hacia atrás para abrazar sus hombros y ella pueda apoyarse mejor en mí. —Llévanos a casa Liz. —

Camila no vive muy lejos del centro de Manhattan por lo cual no toma mucho tiempo llegar ahí, llegamos a un lugar con una arquitectura bastante clásica de la zona.


Bajo del Cadillac para darle mi mano y ella pueda hacer lo mismo. Denis ya está bajando sus maletas, para después ayudarla a llevarlas hasta su puerta.

—Es hora de despedirnos Camz. —

Camila me jala y me abraza de manera que nuestros cuerpos están completamente juntos. Mi respiración se vuelve irregular, me pongo nerviosa, pero sorprendentemente solo puedo regresarle el abrazo.

—Gracias por todo Lau. — se separa para dejar un beso en mi mejilla. —Espero verte pronto. —

Le doy una sonrisa y acomodo uno de sus cabellos.

—Dalo por hecho Camz. —

Nos abrazamos por última vez para que yo me pueda ir y ella pueda entrar al edificio.

Una vez más en la camioneta me permito relajar un poco los músculos del cuello y los hombros, paso mi mano por la nuca sintiendo dolor al aplicar un poco de fuerza.

Mi teléfono suena indicando una llamada de mi asistente.

—Buenas tardes Gina. —

—Buenas tardes señora. ¿Qué tal estuvo su vuelo? —

—Sin problemas. ¿Qué me tienes? —

—Solo quiero notificarle que el contrato para la compra de las acciones de la editorial Cabello ya paso a manos de la señorita Manoban. —

—Bien, un problema menos. —

—Si señora, por cierto, me llamo la secretaria del señor Cabello para agendar una cena con usted. —

—¿Te dijeron que día? —

—En tres días señora. —

—¿La confirmaste? —

—Si ¿quiere que cancele? —

—No, solo quería saber si yo estaba disponible. —

—Lo verifique dos veces antes. ¿La señora Emma ira con usted? —

Me quedo pensando un momento sobre eso.

—Le tengo que preguntas si quiere acompañarme. —

—De acuerdo aun así dejare pendiente la confirmación. —

—Buen trabajo Gina. Antes de que lo olvide necesito me agendes una cita con la masajista. —

—¿Quiere que la mande hoy mismo a su casa? —

—Si por favor, para hoy en la noche. — muevo de nuevo mi cuello sintiendo la tensión. —Mañana llegare algo tarde a la oficina, quiero descansar un poco. —

—Muy bien señora, yo me encargo de todo. No se preocupe. —

—Gracias Gina, recuérdame aumentarte el sueldo. —

Me rio un poco, aunque no esté bromeando. No sé cómo haría las cosas sin ella apoyándome.

—Lo voy a notar en la agenda señora. —

Ella también se ríe, aunque sabe que hablo en serio.

Terminamos la llamada justo a tiempo ya que estoy por llegar a casa. La camioneta entra por el estacionamiento subterráneo del edificio, la ventaja de tener los últimos dos pisos es que tenemos un gran estacionamiento.

Al bajar de la camioneta veo al guardia del edificio ya listo para saludarme.

—Buenas tardes señora—

—Buenas tardes Robert. ¿Cómo estás? —

—Muy bien señora, hoy me toca el turno de noche. —

Le doy una sonrisa y asiento con la cabeza.

—Muy bien, entonces te toca cuidarnos. ¿Cómo está tu esposa? ¿Ya tuvo a su bebé? —

A veces me pregunto cómo puedo recordar tantas cosas al mismo tiempo, pero algo que siempre procuro es recordar detalles de las personas que trabajan conmigo o para mí. El trato humano es algo que toda persona debe recordar.

—Ella se encuentra bien señora, gracias por preguntas y si aún está muy embarazada. —

Los dos nos reímos un poco por su comentario.

—De acuerdo, me la saludas por favor y cualquier cosa que necesiten sabes que puedes ir a la clínica de inmediato. —

Todos mis empleados cuentan con el mejor seguro médico que el dinero pueda pagar, tanto para ellos como para su familia directa.

—Se lo agradezco mucho señora y no se preocupe yo le daré sus saludos. —

Camino al elevador seguida por Liz y Denis. Tanto Barton y Ed se quedan para revisar el reporte de seguridad con los chicos del edificio.

—Nos vemos Robert. —

Me despido de el antes de que las puertas del ascensor se cierren, al hacerlo suelto un gran suspiro.

—¿Cansada señora? —

—Un poco, pero no hay nada que dormir no arregle. — llegamos al penthouse, el primero en recibirme es BenjaminFranklin, se mueve emocionando al verme. Una sonrisa está pintada en mi cara mientras le hago la seña indicada para que él se siente, una vez que lo hace comienzo a darle caricias en la cabeza y orejas. —Hola muchacho, ¿Me extrañaste? —

El comienza a moverse un poco más, pero sin levantarse.

—Cada vez que lo veo esta mas grande. —

Comenta Denis mientras pasa a su lado.

—Eso lo dices porque tú tienes un chihuahua. —

Le responde Liz.

—No te metas con poncho o tendremos problemas Larson. —

Contesta Denis defendiendo a su perro.

—Basta niños o se van a ir a la cama sin cenar. —

Les respondo yo con un tono falso de molestia.

—Ya escuchaste a la jefa Denis. —

El mira a Liz mientras entrecierra los ojos.

—Mejor nos vamos al cuarto de vigilancia a esperar a Barton. Con su permiso señora. —

Les asiento con la cabeza mientras ellos se retiran del vestíbulo. Comienzo a caminar hacia la sala que está completamente en silencio. Subo las escaleras para después caminar un poco por el pasillo y detenerme frente a la puerta abierta donde escucho un par de voces.

—¿Qué dice aquí mi vida? —

Me asomo por la puerta y veo a Emma sentada en el piso sobre un cojín sosteniendo un pequeño libro frente a Leni.

—Lo que veo aquí es sólo una corteza. Lo más importante es invisible. —

La voz de mi pequeña se escucha clara y fuerte, a pesar de que solo tiene cuatro años habla y lee muy bien.

—¿Y que más dice ahí princesa? —

Hablo de repente para que las dos se den cuenta de mi presencia. Ambas voltean de inmediato al sonido de mi voz, los ojos de Leni se abren y una gran sonrisa, mi favorita en el mundo se dibuja en su carita.

—¡Mami! — mi princesa se pone de pie de inmediato para después correr hacia mí, me agacho para quedar a su misma altura y pueda llegar a mis brazos. —¡Llegaste! —

Una vez que la tengo abrazada me levanto para cargarla.

—Si princesa, por fin estoy en casa. ¿Me extrañaste? —

Mi bebé asiente mientras dejo muchos besos en su mejilla.

—Mucho mami. —

—No más que yo bebé. —

Emma al igual que mi hija se puso de pie, camina hasta nosotras con una sonrisa en su cara.

—Bienvenida cariño. — se acerca más a mí para después juntar nuestros labios. —¿Qué tal el vuelo? —

Me pregunta una vez que el pequeño beso termina.

—Bastante tranquilo, aunque estoy cansada. —

Emma acaricia mi rostro un poco.

—Me imagino que es por el cambio de horario. ¿Quieres dormir un poco? —

—No amor, en realidad necesito acoplarme a la hora. Me quedare despierta hasta la hora de ir a dormir. —

—Mami, ¿Me trajiste algo? —

Mi pequeña interrumpe nuestra platica.

—Si princesa, pero está en mi maleta. Ya que desempaque te lo doy. ¿De acuerdo? —

—¡Yeih! — exclama totalmente feliz mientras sigue en mis brazos. —Si mami, esta bien. —

—¿Tienes hambre? —

Emma me pregunta mientras nos mira aun cerca de mí.

—Un poco. ¿Preparamos la cena juntas? —

Le pregunto a mi esposa.

—Claro cariño. —

Dejo un beso en la frente de mi hija para después dejarla de nuevo el piso.

—Vamos entonces. —

Comenzamos a caminar fuera de la habitación de mi princesa y poder ir a la cocina. Mi hija va tomada de mi mano derecha mientras con la otra tomo la mano de Emma.

—¿Puedo ver una película? —

—Si cariño. —

Le respondo a Leni.

Emma y yo la dejamos en la sala con una película en la televisión. Benjamin de inmediato va y se acuesta debajo del sofá a los pies de mi bebé.

Ya en la cocina y decidido el menú, Emma y yo nos ponemos manos a la obra. A mi esposa no se le da muy bien cocinar, normalmente tenemos a la Señora Esther que se encarga de preparar todas las comidas de la casa y hacer el servicio de limpieza junto a un equipo especial de aseo.

—¿Cómo esta Keana? —

Pregunta Emma mientras esta cortando los vegetales que vamos a necesitas.

—Bien ya sabes cómo es, se mantiene ocupada, pero no deja de ser incorregible. —

Le respondo mientras yo estoy sazonando los pedazos de salmón.

—¿Te llevo a un burdel? —

Volteo a ver a Emma, ella tiene una ceja levantada y una mirada acusadora.

—No cariño, pero lo intento. —

Mi esposa se ríe para después negar con la cabeza.

—Esa chica nunca cambiara. Y los negocios ¿Qué tal? —

—Todo perfecto, la central de París está trabajando muy bien, mi reunión con Macron también fue un excito y la compra de 24% acciones de la editorial Cabello también se concretó. —

—Me alegro mucho amor. —

Recuerdo la cena con Alejandro Cabello y de inmediato le comento a Emma.

—Por cierto, Alejandro Cabello el CEO de la editorial me está invitando a cenar. ¿Quieres acompañarme? —

—¿Cuándo es? —

—En tres días. —

Le respondo una vez que recuerdo la conversación que tuve con Gina. Emma se queda pensando por algunos segundos para después responder.

—Lo siento amor, pero ya quedé ir a cenar con Sandra y Catherine. —

—De acuerdo cariño. —

Le respondo de inmediato mientras pongo el salmón en el sartén, volteo para tomar las verduras que Emma ya corto para colocarlas de igual forma en un sartén.

—Si es importante para ti puedo cancelar. —

Noto algo de culpa en su voz. Volteo a verla para darle una sonrisa y negar con la cabeza.

—No te preocupes. Ve con tus amigas. —

—¿Querías que conociera a tu nueva mejor amiga? —

Levanta una ceja y sonríe.

—No estoy segura que Camila vaya a ir. Su padre no lo menciono, pero es posible que ella este ahí. — le sonrío mientras niego con la cabeza. —Y eso de nueva mejor amiga sería bueno que no lo digas delante de Lana o Lisa... las dos ya son lo suficientemente celosas entre sí. —

—Pues de la forma en la que hablas de esa chica hasta yo podría ponerme celosa. —

Sonrió para después negar con la cabeza. Me volteo de nuevo para seguir encargándome de la cena.

—No seas tonta, no tienes por qué estar celosa. —

—Pues durante nuestras llamas hablabas de ella como si la conocieras de toda la vida, lo cual es extraño en ti. —

—A mí también me sorprendió mucho. Ojalá la puedas conocer pronto. —

—Deberías invitarla al fin de semana que tendremos en los Hamptons, tenemos espacio suficiente para uno más, incluso si tiene novio lo puede llevar. —

Me quedo pensando un momento y ahora que lo analizo Camila jamás menciono tener pareja o algo parecido.

—Pues no sé si tiene novio. No le pregunte, pero si la invitare estoy segura que se llevara muy bien con las chicas. —

—También lo creo amor. —

Cambiamos de nuevo el tema a cosas que pasaron mientras no estuve y de las cueles no me contó en nuestras llamadas diarias.

Una vez lista la comida las tres nos sentamos en el comedor, por supuesto mi perro esta fielmente sentando entre la silla de Leni y mía.

—¿Quieres agradecer los alimentos princesa? —

Le pregunta Emma a nuestra hija.

—Si mamá. — le responde mi princesa mientras se estira para tomar mi mano y yo hacer lo mismo con la de mi esposa. —Gracias por la comida que está en nuestra mesa y porque mami esta en casa. —

Emma y yo sonreímos por las palabras de Leni.

—Gracias. —

Respondemos las dos al mismo tiempo para después comenzar a comer. Durante la cena mi hija no deja de platicarme lo que ha hecho en el colegio y de cómo sus clases la aburren mucho ya que sus compañeros aún no se saben los colores, el abecedario y los números del 1 al 30. Eso me hace pensar en la posibilidad de pedir que Leni se salte tercero de kínder para ingresar a la primaria. Tendré que platicarlo con Emma.

Terminando la cena las tres continuamos con la película que Leni estaba viendo, esta decir de más que mi pequeña se la sabe de memoria y le encanta cantar cada una de las canciones que salen durante la película. Una vez que termina apagamos la televisión.

Son cerca de las ocho de la noche y es la hora de dormir de mi princesa.

—Mami, ¿Me puedes seguir leyendo nuestro libro? —

—Claro mi amor, pero primero a lavarse los dientes y ponerse la pijama. —

—Si mami. —

Ella sale corriendo a su cuarto seguida de benjamín.

—Leni estuvo esperando a que regresaras para seguir con el libro, no quiso que yo le leyera ese porque dice que ese libro solo es para ti y ella. —

Le sonrió a mi esposa para después dejar un beso en sus labios.

—Entonces el deber me llama. —

Me levanto del sofá para seguir los pasos de mi hija y asegurarme que lave bien sus dientes.

Cuando entro a su cuarto ya se puso la pijama. Entramos juntas a su baño, se sube al banquito que tiene y así pueda llevar bien al lava manos.

—¿Me ayudas mami? —

Tomo el cepillo de dientes colocando una pequeña cantidad del dentífrico con sabor a chicle y pequeños brillos azules.

—Toma cariño—

Ella comienza a cepillar sus dientes mientras en su espejo se reproduce un video con dibujos animados que le dan instrucciones de cómo lavar muy bien su boca. Al terminar el video ella termina con la tarea.

—Aqui tienes mami. —

Me da su cepillo para que pueda ponerlo en su lugar y ella pueda bajar del banco.

—Ahora si a la cama bebé. —

Tomo el libro de El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares buscando el marcador que deje la última vez que se lo leí.

—Sube aquí benjamin franklin—

Leni le habla a nuestro perro para que se suba a la cama con ella, sé que a Emma no le gusta que lo haga, pero mi bebé ama dormir con él.

Abrazo a mi hija mientras comienzo a leer, modulo mi voz para que sea mucho más baja y tranquila.

Continúo leyendo por quince minutos más hasta que siento la respiración de Leni pausada y tranquila. Volteo a verla, tanto ella como benjamin quedaron completamente dormidos.

Muevo lentamente su cuerpo para acomodarla en la cama y poder cubrirla bien con las cobijas.

—Buenas noches mi amor, te amo. —

Dejo un beso en su frente y acaricio un poco su cabello. Salgo de su habitación dejando un poco abierta la puerta para poderla escuchar si es necesario. Bajo a la sala encontrando a Emma viendo un programa sobre decoración.

—Llego la masajista. Te está esperando en la sala del gimnasio. —

Dice mi esposa en cuanto me ve.

—Genial, iré de inmediato. —

—Si estabas cansada yo podía acostar a Leni. —

Le doy una sonrisa mientras me acerco más a ella.

—Nunca estaré cansada para mi princesa. — me agacho para darle un pequeño beso a Emma. —Te veo en una hora. —

—Disfrútalo. —

Me da una sonrisa para después continuar con su programa.

Me dirijo a nuestra habitación para quitarme la ropa y ponerme una bata, una vez lista voy donde me indico Emma.

Entrando al lugar me relajo simplemente viendo el habiente a mi alrededor. La masajista coloco una luz tenue, velas, música de meditación y el camastro en medio.

—Buenas noches Olga. —

Ella voltea a verme y me sonríe.

—Buenas noches señora. ¿Cómo está? —

—Horrible, tendrás mucho trabajo. —

—Entonces manos a la obra, suba al camastro con cuidado y colóquese por favor. —

Ya me conozco la rutina a la perfección. Sigo todas las indicaciones que ya me se. Dejo mi espalda descubierta solo cubriendo mi trasero.

El masaje comienza y literalmente una hora con veinte minutos después pasan volando. Me siento mucho más relajada y el dolor de mi cuello ya no logro sentirlo.

—Como siempre haces maravillas Olga, te lo agradezco. —

—No tiene nada que agradecer. Cuando guste me puede llamar. —

—Lo voy hacer no te preocupes. ¿Gina se encargó de pagar tus servicios? —

—Si señora, ya me hizo la transferencia. —

Ella está apagando las velas y guardando sus cosas en una gran maleta que siempre trae con ella.

—¿Trajiste tu coche? — le pregunto por si no vino en el pedirle a Ed que la lleve a su casa. —Puedo pedir que te lleven. —

—No es necesario, esta vez sí lo traje conmigo. —

Las dos salimos del lugar, la acompaño hasta la sala antes de llegar al vestíbulo, ahí nos despedimos para que ella pueda tomar el elevador y bajar al estacionamiento.

—De nuevo gracias y que tengas excelente noche. —

—Igualmente señora. Hasta luego. —

La mujer entra al elevador mientras yo subo las escaleras para subir a mi recamara. Al entrar veo que Emma está leyendo un libro, tiene puesto sus anteojos que se odia tener que utilizar.

Me subo a la cama por mi lado, pegándome un poco a su cuerpo, comienzo a besar su mejilla y parte del cuello que tengo acceso.

—¿Qué tal el masaje, te quieto el estrés? —

—Ayudo mucho, pero aún me siento un poco estresada. — sigo dejando pequeños besos mientras meto la mano por debajo de las sabanas y comienzo acariciar sus piernas. —Tengo una buena idea para relajarme por completo. —

Subo más la mano para poder acariciar sus pechos, Emma se mueve de forma que se aleja de mi cuerpo.

—Hoy no Lauren, no estoy de humor. —

Me alejo un poco de ella para mirarla, ella sigue leyendo su estúpido libro. Yo niego con la cabeza para alejarme por completo y salir de la cama.

—Últimamente nunca estas de humor. Cada vez que intento hacerte el amor o incluso besarte mejor te alejas. —

Mi tono de voz suena completamente fastidiado y en verdad lo estoy.

—Tampoco es para tanto. —

Levanta la vista del libro.

—¿Cuándo fue la última vez que tuvimos relaciones? —

Le pregunto levantando un poco mi voz. Ella se queda callada pensando su respuesta.

Después de varios segundos por fin responde.

—No lo recuerdo. —

—Pues yo si Emma, fue hace más de cuatro meses. — comienzo a caminar hacia nuestro armario. —Cuatro jodidos meses. —

—¿A dónde vas? —

—Al armario ¿No estas viendo? —

—Quita ese tono sarcástico y ven hablar conmigo. —

Tomo unas mayas y sostén deportivo para comenzar a vestirme.

—No estoy de humor Emma. —

Le regreso sus palabras.

Una vez vestida por completo vuelvo a la habitación, ella se me queda viendo mientras camino a mi mesa de noche para tomar mi teléfono, el reloj inteligente y los audífonos.

—¿A dónde vas? —

—Al gimnasio. —

Respondo nada más para después darme la vuelta y salir de ahí.

Al llegar al lugar me coloco los audífonos colocando algo a Linkin Park a un volumen bastante alto.

Comienzo a estirar los músculos para después subirme a la caminadora, ajusto la velocidad, comienzo a trotar para terminar corriendo.

Fácilmente me quedo dos horas ahí hasta que mi cuerpo me pide que pare. Al hacerlo vuelvo a mover los músculos y así evitar algún problema.

Vuelvo a nuestra habitación encontrando a Emma dormida, ingreso al baño para tomar una ducha. Me quedo unos minutos debajo del agua caliente, no entiendo que está pasando con mi matrimonio y lo peor de todo es que mi esposa no me dice nada.

Solo espero que su distanciamiento emocional y físico no termine por acabar con nuestro matrimonio... 

___________________________________

Nombre: Benjamin Franklin.
Edad: 5 años.
Raza: Gran danés.


Nombre: Elena Marie Jauregui Russell. (Leni)
Edad: 4 años.

Nombre: Emma Russell.
Edad: 47 años.

_________________________________

Bueno... Que tal les pareció el capítulo? Alguien se esperaba esto??

Jajajaja porfa no me odien!

No olviden dejar sus votos! Hasta pronto...

Si está parte llega a 30 votos subo la parte 10 en cuanto se cumpla el número jajaja

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