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Vyce POV

Al abrir la puerta de mi departamento entre risas, de mi garganta sale un potente grito.

―¡Joder! ¡Me asustaste! -le digo a Gael, quien está caminando de un lado a otro visiblemente nervioso.

Al verme, inmediatamente se acerca a mí.

―¿Estás bien? ¿Dónde estabas? ¿Quiénes son ellos? -pregunta rápidamente.

―¿Cómo carajos entraste? -es lo que digo, en vez de responder a sus preguntas.

―Llave de repuesto. -explica.

Asiento con mi cabeza y las gemelas, Milton, Fiore y Eider se adentran al departamento y dejan sus cosas. Observo como Gael los sigue con la mirada.

―¿Un bebé? ¿De qué me perdí? -pregunta, pero rápidamente niega con la cabeza.- Eso no es importante ahorita. Algo le sucedió a Ash.

Frunzo mi ceño y siento como los vellos de mi nuca se erizan.

―¿Cómo que algo le sucedió a Ash? ¿Está bien, cierto? -digo un poco alto, haciendo que Eider me observe desde la sala.

―Sí, ella... Mejor siéntate, Vyce. -dice y me guía hacia el sofá, donde están sentados los demás.

Gael los observa con un poco de desconfianza.

―Está bien, cuenta. -digo.

Por primera vez en muchos años, veo como los ojos de mi hermano se llenan de lágrimas. De su bolsillo trasero, saca un pequeño sobre y me lo tiende. Lo tomo.

―Llegó a mi departamento. No sé qué demonios está sucediendo, y creo que tú tienes las respuestas. Quiero que me las digas ahora, Vyce.

Frunzo mi ceño y abro el sobre. Dentro, hay una fotografía y un pequeño trozo de papel. Mis ojos se llenan de lágrimas al ver la foto. Mis manos empiezan a temblar y tengo que reposar el sobre en mis piernas. Mi pecho duele como nunca antes lo había hecho.

Mi respiración se empieza a acelerar. Me cuesta respirar. Mi cabeza maquinea. Todo esto es mi culpa.

La imagen de Ash amarrada a una silla, con una cinta en su boca, me rompe el alma. Sus ojos, llenos de lágrimas y miedo, miran fijamente a la cámara. Siento que me miran a mí. Tengo que apartar la mirada.

―Yo... -empiezo a decir. Alzo la vista y todos me están observando fijamente. No me importa. Me desbordo. Estallo. Las lágrimas empiezan a salir sin control. Me levanto del sofá y empiezo a caminar por la sala.- ¡Esto es mi culpa! ¡Es mi jodida culpa!

Mis manos van a mi cabello y jalo fuertemente. Aprieto mi ojos y retengo un grito de frustración.

―Vyce... -escucho la voz de Eider y su mano en mi hombro. Me doy la vuelta, para estar cara a cara, y retrocedo unos pasos, rompiendo su toque. Su ceño se frunce. No sé qué estoy haciendo.- Vyce, ¿qué sucede?

―Lo mismo me gustaría saber a mí. Sabes por qué Ash está secuestrada. ¿Verdad, Vyce? -dice Gael, que se levantó del sofá y está detrás de Eider. Ella abre los ojos al límite y me observa. Ahora entiende.

―¡Es mi culpa! ¡Yo lo resolveré! ¿bueno? No te preocupes, Ash volverá con nosotros. -digo y empiezo a pensar de qué manera puedo encontrar a mi princesa. Mi mirada está perdida, cuando siento unos brazos rodearme.

―Está bien. Lo siento por ser tan duro contigo. Lo resolveremos juntos, como siempre lo hacemos, pero para eso necesito que me digas lo que sabes.

Esas últimas palabras, me hacen recordar cuando declaré por la muerte de nuestros padres. Mi vello se eriza. Asiento con la cabeza y Gael me vuelve a sentar en el sofá. Ahora las miradas de todos están alertas, incluso la de Milton.

―Daremos un paseo. -escucho que dice Fiore y llama con la mirada a las gemelas. Los cuatro salen del departamento, dejándonos a Eider, Gael y a mi en el sofá. Puedo notar que Eider llora en silencio.

―Desde hace tiempo nos vienen acosando. Nos envían cajas con... cosas... horribles. -empiezo a decir. Gael me mira con atención.- También algunas cartas diciendo que nos alejemos de Eider. -al decir su nombre, un sollozo se le escapa. Cierro fuertemente mis ojos y vuelvo a abrirlos.- Hace menos de un mes, llegó una carta con una foto de Noora secuestrada y una foto de nuestra casa destruida. Devon quiso viajar a Londres, pero me negué. Ahora él está convencido de que tengo que alejarme de Eider.

»Yo... No... No quiero... pero sé que nos estoy poniendo en peligro ambos. -Eider sube su cabeza y me observa con los ojos cargados de miedo. Desvío la vista.- Me encerró en su departamento para mantenerme alejado de ella, pero como ves, pude salir. Descubrí que asesino a Sara. El día que Ash fue a Orlando, Devon los atacó. Después de unas cuantas horas me llegó un mensaje diciendo que Noora había muerto. -hago una pausa.- No se va a detener. No descansará hasta tenerme alejado de Eider. -cubro mi rostro con mis manos y dejo caer unas cuantas lágrimas más.

―Haría lo mismo que está haciendo Devon en estos momentos. -dice Gael, sorprendiéndome. Volteo a verlo y su mirada dura me enfría la sangre.- Tienes que alejarte. No lo hagas por ti, hazlo por ella si tanto la amas. ¿No piensas en todos los peligros que pueden haber al estar juntos? No voy a atacarlos, ni pienso separarlos a la fuerza, pero detente y observa lo que están causando juntos. -hace una pausa.- Son un peligro, pero nunca te había visto tan enamorado... bueno, nunca te había visto enamorado.

―¡Mierda! -escucho que dice Eider y se pone de pie. Su rostro está rojo y lleno de lágrimas.- ¡No tienen ningún derecho en meterse en nuestra relación! ¡Descubriremos quién está haciendo esto y lo detendremos! ¡Juntos! Porque lo quiero... y él me quiere. Lucharemos juntos. Tú puedes decidir si luchar con nosotros o quedarte observando. -le dice a Gael.

Él se coloca de pie y se para frente a ella. Le saca unos centímetros de altura.

―Nunca dejaría a mi hermano solo, pero quiero que sepas, que si tengo que elegir entre Vyce o tú, elegiría mil veces a Vyce... ¿Por qué no abres los ojos? ¿Qué tiene que suceder para que los abras? Te dije que intentaría empezar de nuevo contigo, pero Ash está secuestrada por tu culpa, y ahora tenemos que ir a rescatarla en la dirección que nos dieron ¿Qué podría salir mal? -dice con sarcasmo. Frunzo mi ceño.

―¿Qué dirección? -pregunto. Gael me extiende el trozo de papel que estaba junto a la fotografía. En él está anotada una dirección.- Tenemos que ir. Ahora. -digo colocándome de pie. Observo a Eider, quien asiente con la cabeza.- No irás. -digo. Puedo ver en sus ojos dolor, así que aclaro.- Es peligroso.

―Iré de igual modo. Recuerda que la persona que está detrás de esto me está protegiendo a mí. -dice. Camina por mi lado, choca con mi hombro y se dirige a la puerta del departamento. Gael pasa por mi lado y la sigue. Tomo una gran respiración y salgo con ellos.

***

Al llegar a la dirección que nos enviaron, nos bajamos del auto de Gael. Eider ha estado callada todo el viaje. Sé que la he cagado, pero no es el momento adecuado para pedirle perdón.

Nos sorprende el lugar de la dirección. Es una hermosa casa, simple, pero muy linda. Está rodeada de otras casas de igual estilo.

Empezamos a andar hacia la puerta de la casa, cuando veo el auto de Devon estacionado en la esquina de la calle. Tomo la mano de Eider, deteniéndola.

―Devon está aquí. -digo mirando el coche. Ella sigue mi mirada. Siento como su cuerpo se tensa, pero al instante se relaja. Se encoge de hombros.

―Bien. -es todo lo que dice. Se suelta de mi mano y empieza a caminar de nuevo. La vuelvo a detener.- ¿Qué, Vyce? ¿Vamos a dejar que cada vez que veamos o escuchemos algo de Devon, nos asustemos? Yo no pienso vivir con miedo. -dice. Puedo ver en sus ojos grises, a pesar de todo lo que dijo, un poco de miedo. Con mi pulgar acaricio el torso de su mano y su mirada se suaviza.

―No tienes que hacerte la fuerte. A los dos nos asusta. No sabemos qué es capaz de hacer. -se forma un silencio entre nosotros.- Resolvamos esto de una vez por todas. -digo y jalo de su mano para adentrarnos a la casa. 

El Misterio de los Dagger ©  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora