Capítulo treinta y cinco.

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M A R T E S.

— ¿Crees que sea buena idea tomar una noche antes de irnos? —La voz de Evanna preguntó a Emma. Esta misma rió y se encogió de hombros.

— Hay que disfrutar la noche, nuestra última noche. —Dijo Daniel con una sonrisa pequeña.— No sabemos cuando volveremos a repetirlo.

— Eso es verdad. —Dio la razón James quien se recargó contra la morena que comía tranquilamente un poco de puré.— Dame. —Abrió la boca pidiendole a la chica.

Esta volvió su mirada a Bonnie quien estaba a un lado de Tom, el cual tenía el trasto donde se colocaban los cubiertos en frente.— Bonn, pasame el tenedor de allí, por favor. —Pidió haciendo que Tom extendiera su mano rápido para tomar el tenedor y extenderlo.— Se lo pedí a Bonnie pero gracias.—Lo tomó sin mirarlo en un tono suave tratando de no sonar grosera.

— No me era molestia. —Respondió el de ojos azules con la mirada fija en la chica tratando de que esta le mirase.

La morena no respondió, tomó con el tenedor un poco de su puré para darle a James a su lado.

— ¿Tenedor? El puré se come con cuchara. —Dijo mientras daba el bocado.— Te entra más comida.

— ¿Con cuchara? Es como si dijeras que la cuchara va con las pastas o el tenedor con la sopa. —Respondió con gracia la morena.

— ¿Qué? Nooo. —Phelps frunció el ceño en exageración y con gracia.— ¿Que va primero, el cereal o la leche?

— El cereal.

— La leche. —Daniel habló con obviedad.

James y Moa junto a Robert, Bonnie y Tom miraron extrañados a Daniel quien mos miraba con algo de extrañeza y diversión.

— Tuve la misma reacción cuando lo vi servir el cereal. —Dijo Erin con resignación y desgano, seguido de soltar una risa divertida.

— Es lo normal. —Dijo Emma, siendo ahora ella la que recibía la mirada.

— Lo acepto de Daniel porque está todo tonto ¿Pero tú? —Dijo Moa seguido de una risa.

— Oye, gracias, también te amo, Moa. —Burló Daniel.

El desayuno era tranquilo pero había terminado en una especie de disputa amistosa por la diferencia de opiniones en un tema simple como lo era la forma de servir el cereal, las risas sonaban en la cafetería y hasta cierto punto eran contagiosas, Tom trataba de aguantar la risa al ver a la morena con un rostro sofocado por la gracia que le había dado la plática, sus carcajadas sonaban por encima de algunas pero no demasiado. El rubio no podía pensar en otra cosa que lo tierna que se veía riendo, hermosa, y sintiendo como su interior era invadido por una felicidad al verla divertirse dejó escapar una risa suave que terminó en un suspiro desganado.

— Tranquilo Felton, ya pronto volverás a los brazos de tu amada. —Dijo Oliver con simpatía intuyendo que ese suspiro había sido por extrañar a Jade.

— Ojalá fuese pronto pero no lo creo, Jade tardará en regresar. —Explicó.

— ¿Y eso? —Preguntó Matthew esta vez.

— Esta con su familia, ha tenido problemas desde hace meses y ha estado yendo con ellos.—La penumbra se sintió en ese momento.— Al parecer uno de sus familiares ha estado delicado de salud.

— Oh, lo siento mucho, espero que se mejore en todo caso. —La voz pasiva de Katy sonó sintiendo un poco de pena.— Debes de extrañarla mucho.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora