• 1 •

497 58 18
                                    

1/3

Derry es un pueblo de mierda. Y no, no se trata de una opinión o un juicio, sino simplemente de un hecho irrefutable. Derry es un pueblo de mierda y eso es tan cierto como la existencia del sol y la luna.

Sin embargo, entre todo lo malo, hay una pequeña cosa que tiene que las grandes ciudades no tienen (y no, no están hablando de un payaso asesino del espacio), Derry tiene la mejor vista de las estrellas del estado.

En navidad, cuando el pobre árbol de bajo presupuesto adorna la plaza (la gente termina robándose la mayoría de los adornos bonitos para el final de la semana), las pequeñas tiendas tienen letreros de rebajas al 50% y se agota el alcohol de todas las licorerías, los perdedores de Derry tienen su propia tradición.

La iniciaron oficialmente la primera navidad luego de los eventos con Eso, que tres años después se han vuelto borrosos e imprecisos. Ninguno piensa en ello de todos modos. Su tradición se reduce a una sola cosa: Las estrellas.

Antes de hacerlo oficial, Bill y Eddie habían ido una vez. Eran pequeños y estaban tratando de atrapar a santa en el acto, ver algún reno, y pedalearon cuesta arriba por el cerro con sus bicicletas (Eddie no tuvo ataques de asma ni una vez y ni siquiera se había dado cuenta). Se toparon con el lugar por accidente, un claro de hierba alta y sin demasiados brillos, pero que les pareció mágico entonces y les parece mágico ahora.

Éste año es diferente, tal vez más especial, porque Beverly viene de visita y Bill se mudará pronto también. Podría ser la última vez que tengan ésta tradición todos juntos, antes de la separación inevitable.

Pero bueno, Richie Tozier no tiene tiempo para pensar en mierdas como una separación emotiva, sobretodo porque está muy ocupado intentando robar un chicle de menta de una tienda de conveniencia. A Eddie no le gusta su aliento cuando huele a cigarrillo, y Richie pensó que debía hacer algo al respecto, apesar de que en el momento se burló de sus “débiles pulmones de spaguetti”.

Y no, por supuesto que no hay ningún motivo oculto para que quiera mejorar su aliento en la víspera de navidad. Un beso bajo las estrellas es la mierda más marica del mundo y, dejando eso en claro, no hay nada que Richie desee hacer más que besar a Eddie bajo las estrellas.

Está mal, lo sabe. Tal vez Eddie lo odiaría si se atreviera a intentarlo, pero éste último año... No lo sé, las cosas fueron diferentes. Como Eddie respondiendo a los roces de sus manos cuando se entregaban algo, las miradas prolongadas detrás de los libros de textos, esa forma que tenía Eddie de inclinarse totalmente hacia él cuando tenía frío...y también cuando no.

Tal vez Richie estaba leyendo mal toda la situación, pero tiene dieciséis, y lleva años sintiendo que el estómago se le revuelve cuando ve a Eddie Kaspbrak. Demándalo, pero él ve señales y las tomará, aunque eso signifique aceptar que está enfermo, como dicen en las noticias cuando hablan de un chico que ama otro chico.

Richie desliza dos paquetes de chicle por sus mangas y sale rápidamente de la tienda. La hora que ponía el reloj de la pared le dijo que todavía tenía suficiente tiempo para preparar su regalo y complacer a su madre con una vestimenta “adecuada” para la cena.

....

Eddie Kaspbrak siempre se ha preguntado como su madre siempre consigue comerse más de la mitad de los platos que sirve para la cena ella sola, pero hay cosas que simplemente no tienen respuesta. Y no importa de todos modos, porque eso significa que se dormirá profundamente y él podrá salir sin que ella se de cuenta.

Como ahora, que se escabulle por la puerta encontrándose con los rostros sonrientes de Bill, Richie y Beverly. La chica le da una abrazo que él devuelve con amabilidad, aunque un poco tenso.

Stars | Reddie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora