Capítulo 16. Mariposas en el estómago

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Junkyu P.O.V

Había perdido la cuenta de los días que llevaba sin salir con mis amigos. Me dedicaba a ir a las clases, contestar a mis profesores fríamente y, después, volver a casa a meterme en la cama para reflexionar. "¿Estaba tan mal lo que había hecho?", me preguntaba a mí mismo sin parar, sacando diferentes respuestas cada vez. Entendía el enfado de Mashiho, y por eso quería disculparme debidamente, pero él no me dejaba hacerlo de ninguna manera. Solo había contestado el teléfono una vez, y no había podido hablar casi nada con él. Me sentía abatido e impotente, ya que no había nada más que pudiera hacer. Bien era cierto que podía ir a su casa o a su escuela a buscarle, para forzarle a escucharme, pero sabía que eso no iba a ser la verdadera solución. Le había decepcionado ya varias veces, no quería que esto se acomulara más de lo que ya estaba.

Mis amigos me habían sugerido diferentes ideas, pero ninguna era lo suficientemente convincente, así que acababa quedándome con la opción de esperar. Esperar a que se diera cuenta de que yo no era una mala persona, y que en ningún momento mi intención había sido hacerle daño. Mientras mi cerebro vagaba en estos pensamientos, mi móvil empezó a sonar. Como era usual, no tenía ganas de hablar con ninguno de mis amigos. Si era mi padre o alguno de los profesores ni siquiera me iba a esforzar en descolgarlo. Seguramente sacarían el tema de la pasantía que ya me había destrozado lo bastante. Si escuchaba esa palabra una vez más, probablemente iba a romper algo sin pensarlo. Por suerte, era Hyunsuk, así que mis muebles podían descansar tranquilos sin miedo a ser pateados.

- ¿Qué quieres? Ya te he dicho que no quiero ir a ningún lado - dije.

- Es increíble, ¿Cuánto tiempo piensas estar así? - preguntó.

- Hasta que vuelva a estar a mi lado - contesté, sin titubear.

- ¿Y si no vuelve, qué? ¿Vas a estar amargado el resto de tu vida?

Se le notaba un tanto cabreado, aunque no sabía por qué. Lo que yo hiciera con mi vida no tenía nada que ver con la de él.

- ¿Y qué si lo es así? Sabes perfectamente que es el futuro que me espera - dije, alzando cada vez más la voz -. No puedo decidir lo que quiero estudiar, tampoco de que voy a trabajar, ni siquiera dónde voy a vivir. ¡Me hubiera gustado, al menos, estar con la persona que yo escogiera y amara! ¿Tiene sentido, no?

- ¿Quién cojones dice que no puedas escoger nada de eso, eh? ¿Tu padre? ¿Vas a dejar que decida por tí siempre? ¿Así es como quieres vivir? ¿Como su marioneta?

Esas preguntas realmente me tocaron la moral. Me levanté impulsivamente y, aunque Hyunsuk no podía verme, empecé a dar golpes al suelo. Tal vez los muebles no estaban tan a salvo como pensaba.
- ¿¡Crees que yo tengo el poder para cambiar algo!? No puedo escapar de la realidad de esa manera, aunque quiera hacerlo - repuse.

- ¿Si no eres tú, quién? Nadie lo va a hacer por tí, Junkyu. Abre los ojos - dijo.

- ¿Y a tí que más te da todo esto? No tienes nada qué ver con mis problemas.

- ¡Eres mi amigo, claro que me importa! - exclamó, gritando por primera vez en toda la discusión.

No podía contestarle nada más, me había quedado sin palabras. Nunca me había dicho lo que realmente pensaba sobre ello, así que ahora que lo había soltado todo, estaba en shock. Me senté en la cama y me removí el pelo con las manos. La uña me había empezado a sangrar de lo mucho que me la había mordido. Patético, era realmente patético.

- Pero yo no te había llamado para esto - dijo, de repente, rompiendo el silencio que se había formado.

- ¿Ah, no? - pregunté -. ¿Entonces, qué es lo que quieres?

La verdad I MashikyuNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ