—¡Vaya! —exclama—. Tan desesperado estás porque me vaya que ahí si llegas temprano.

Suelto una carcajada ante su ocurrencia y ella me sigue.

—No seas exagerada y sube.

Ella hace lo que le dije, sus padres están en la puerta y supongo que ya ha tenido tiempo para despedirse de ella, es su hija y es normal que la extrañen de esa manera, me iba a bajar para subir sus maletas pero su papá y Soobin se hacen cargo de eso acomodándolas en el carro.

No hablamos de camino en el aeropuerto, pero mientras esperábamos el llamado de su vuelo pudimos conversar un poco.

—Te voy a extrañar, Choi.

—Yo también, enana.

—Prométeme que harás las cosas bien y te harás respetar —por más que deseo hacerlo, no puedo prometerle eso, sé que siempre terminaré dañado y dejaré que Yeonjun haga lo que quiera conmigo.

—Eh... —dudo un poco—. No es algo que desee hablar.

—Lo sé, pero no quiero saber que vuelves a tener la misma expresión que vi ayer —musita—. Fue doloroso, Beomgyu.

—Soy una mala persona, ¿no?

—Yo no diría eso —medita un poco—. Sólo eres idiota.

—Gracias por tus palabras.

—Sabes que tengo razón —asiento dándole la razón, no puedo contradecir algo que es cierto, y a pesar de todo lo que ella dice, sé que está tratando de darme ánimos.

—Vendré en navidad —dice—. Espero.

—Regresa cuando puedas.

—Adios.

Y así como vino, se fue, su estancia fue tan corta pero se sintió tan bien y por primera vez me sentí liberado, se lo conté a alguien y no me sentí juzgado, fui comprendido escuchado y me estaba reconfortado.

Enserio la extrañaré.

Cuando estaba saliendo del aeropuerto siento mi celular vibrar y lo sacó para ver quien me esta llamando. Me preparo mentalmente para esta conversación.

—¿Hola?

—¿Dónde estás?

—En el aeropuerto.

—¿Ya se fue la hermana de Choi Soobin? —pregunta Yeonjun.

—Ajá.

—¿Puedes venir ahora a mi casa? —¿en serio me está preguntando? ¿Desde cuándo me pregunta? Él sólo ordena y espera que yo obedezca.

—Si, ya voy —y como el idiota que soy, aceptó sin poner resistencia.

—Te espero.

Y la llamada se cuelga.

Conduzco hasta la casa de Yeonjun, ya dejé de darle vueltas a tantos pensamientos y cuestionamientos que siempre llegan a mi mente, no es tiempo de torturarme, voy a verlo, estaremos juntos y espero pasar un agradable rato, no deseo discutir.

Estacionó el auto en el estacionamiento del edificio departamental de Yeonjun, el portero me conoce muy bien y no necesito anunciarme para que me de paso.

Llegó hasta el departamento de Yeonjun y golpeó, él abre enseguida y me mete al mismo de un tirón de mi brazo.

—¿Qu-qué... —no me deja terminar lo que iba a preguntar porque atacó mis labios de pronto, esto se siente extraño, Yeonjun está tan desesperado y yo no hago nada por separarme, es más, le sigo en su hambriento beso porque yo también lo deseo.

I'm in [ Yeongyu ]Where stories live. Discover now