Capítulo 6

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Jaques, Jaques y más Jaques, no podía dejar de pensar en él y eso me hacía dar vueltas, vueltas y más vueltas. Saber que él me gusta y yo le gusto es una felicidad que no se puede describir. Sin embargo algo más me hacía revolcarme entre las sábanas sin poder dormir. Una pregunta, una pregunta que invadía mi cabeza: ¿Quién era ese niño? Mi cerebro y todos mis sentidos escarbaban en lo más profundo de mi memoria en busca de algún olor, sonido o lugar que me dijera quién era él exactamente.

Me paré de la cama, cerré la puerta y prendí la luz. La única cosa que se me venía a la mente fue un lago congelado. ¿Qué relación tenía un lago con ese chico? Decidí usar otro método y en vez de intentar encontrarle conexión alguna al lago con ese chico, busqué la conexión del lago y la situación. ¿Qué me pasó? ¿Por qué mi subconsciente tiene grabada esa imagen? Recorrí de un lado al otro el pasillo que quedaba entre mi cama y la puerta de mi habitación. ...la situación, qué me habrá pasado, ni siquiera vivo cerca de un... Un momento...

-¡Eso es!- exclamé chasqueando los dedos. Mis pupilas se hicieron más pequeñas, mi cabeza giraba demasiado rápido, las pistas, situaciones y personas iban tomando forma y se unían unas con otras con una velocidad, impresionante, como un rompecabezas. Pero me faltaba una pieza... ¿quién era él? ...Oh no...

Choqué contra la pared, pero no me dolió, me aturdió la idea. Comencé a reír nerviosamente ...no, no es él... repetí constantemente en mi cabeza. Paré un sengundo e intenté buscar la forma de que las ideas se alinearan y me dieran la certeza de que ESA persona no era él.

Salí disparada de mi cuarto y fui al de Nate y Cameron, prendí la luz para que se despertaran. Sostuve el álbum abierto para que pudieran ver la foto y señalándola violentamente Cameron abrió los labios lentamente para hablar.

-¿Quién es el?

Yo los miré impaciente y Nate esocondió su cabeza entre sus manos. De nuevo Camero habló.

-¿Qué nos es...?

-Karim...-dijo Nate con decepción.

Me dejé caer en el suelo, mirando al techo, con el corazón latiendo a mil por hora, con los murciélagos en el estómago, esa sensación de vértigo, de miedo a caer y de que los nervios te comen interiormente.

-No, no puede ser. ¡No puede ser!

-Tranquila, eso pasó hace mucho.

-No, ¡eso no pasó!

-Ya se fue, más bien, ya te fuiste, dejaste a ese inútil atrás.

Nate se bajó de su litera y muy enojado tomó parte en la conversación.

-Karim no fue más que un estorbo, una estupidez en tu historia, y lo es nunca dejó ni dejará de serlo.

-Pero... esa "estupidez" fue mi culpa.

-No, no digas eso.

-Eras una niña, los niños toman las desiciones incorrectas por las razones que creen correctas. No fue tu culpa, fue una falta natural de criterio, un error, como los que cometen todas las personas normales.

-Si, pero lo bueno es que por la razón correcta lo dejaste detrás siguiendo con tu camino.- asintió Cameron

Una nueva voz se unió al diálogo:

-Te caíste y te volviste a levantar.-era mamá.

-Mamá, yo no...

Mamá me acarició el cabello, y le guiñó el ojo a Cameron a lo que él respondió.

-Si ese imbécil te vuelve a molestar, va acabr paralítico en una fosa común.- reí ante el comentario, Nate le hizo una seña para que le bajara al tono.

-Creo que una fosa común es un poco exagerado...

-En un hospital abandonado.

-Mejor.

Mamá se sentó en la cama de Cameron y Nate cariñoso como siempre se sentó de rodillas en frente de mí. Me tomó de las manos y se las puso en las piernas. Yo estaba con la mirada perdida en sus rodillas cubiertas por su pijama de franela a cuadros.

-Chealsea, mírame a los ojos. -me ordenó y yo hice lo que me dijo- te prometo, que nunca regresará a tu vida y si lo hace lo último que verá es su vida cayendo por un risco junto con él.

-Tu no te atreverías a matar a nadie.

-No pero Cameron sí. -Cameron carraspeó.

-De acuerdo, no lo mataremos, solo le dejaremos serios problemas permanentes.- Camero carraspeó nuevamente.

-Bien, un moretón en la nariz.

-Me parece bien.-Cameron se sentó en el suelo.

-A mi también.-Volteamos a ver a mi mamá.

-¿Qué?- la mirábamos insistiendo para que aceptara.

-Hagan lo que quieran, al fin yo no pienso pagar su fianza.

-¿Por una nariz morada? No te mandan ni a dormir.

-Tal vez los demás, pero soy tu madre Cameron Seth Bennet y si yo quiero, te mandaré a dormir...

-Mamá no acabes la oración.

-...quieras o no...

-¡Mamá!

-PUNTO.

-No puedo creer que lo hicieras.- Mamá posó orgullosa.

-¿Entonces nadie le pegará a Karim?

Mamá se rió con picardía, miró a Cameron y a Nate y dio un arie como si fuera la líder de un grupo de súperhéroes.

-Yo nunca dije eso, sólo que no podía que Cameron se llevara toda la diversión -la miramos atónitos- al fin y al cabo solo yo sé donde está el bat de baseball de tu padre.

-Más le vale vivir cerca de un hospital.

-O de una fosa común.

-¡Cameron!

Nate se puso de pie y movió sus caderas hacia la derecha.

-¿Te unes Chase?

Mamá aplaudió emocionada, cuando éramos muy pequeños Nate no podía pronunciar mi nombre así que decía "Chase" a los 5 años hicimos un saludo que consistía en chocar caderas después codos, hombros y terminábamos con nuestras espaldas recargadas una sobre otra, acompañada de una estúpida rima sin sentido.

-No gracias paso. -Cameron comenzó a picarme el hombro diciéndo "hazlo Chase" al final lograron someterme a su juego mental y accedí. Me puse de pié y la ronda comenzó.

Él es nate en un cohete va a la luna, Ella es Chase como ella solo hay una, somos primos nos reímos y juntos nos divertimos.

Cameron dejó salir la carcajada más ruidosa que he escuchado en mi vida.

-¿Luna?

-¿Puedes inventar una mejor genio?- lo reté
Abrió la boca para hablar pero Nate y yo lo callamos. Oímos que papá venía. Mamá se despidió de nosotros y se fue a dormir. Cameron me hizo un espacio en su cama y ahí me quedé dormida.

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