Capítulo 15

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Won't you be my bad boy, be my man, be my weekend lover, but don't be my friend. You can be my bad boy, but understand, That I don't need you in my life again. (Bad Boy-Cascada)

Mi mano temblando se acercó al collar que Jaques tenía sobre su palma extendida, el collar que Karim me había dado en nuestro aniversario.

-Chelsea, yo...

-¿Qué es ésto? Y no el collar, ¡¿qué pasa contigo?!

-Sólo déjame, explicar ¿de acuerdo?

-Te escucho ¿qué esperas?

Su mirada se volvió débil y sencillamente se desplomó en el suelo, tomó una bocanada de aire y agarró el periódico.

-Todo lo planeó, todo es una estrategia perfectamente diseñada -señaló al chico de la foto- Ése, soy yo, yo te salvé. ¿Sabes? Yo ya no quería tener problemas con Karim. Yo, yo no sabía, que tú y él eran novios, cuando vinieron por tí, la prensa, la ambulancia y todo, yo fui con Karim para arreglar el asunto, me dijo que había una sola manera de arreglar todo, y fue ésta, pasó un año planeando todo, simplemente de alguna forma, todas las situaciones encajaban, la única forma de estar bien con él, fue, engañarte, acercarte a él, lastimarte para que él viniera a salvarte, todo perfectamente acomodado, finamente calculado, sabía todas las respuestas a mis preguntas, todas las cosas que ibas a decir, pero nunca, contamos, con que...

-¡¿Qué?!

-Que me enamoraría de tí.

-Palabras vacías.

-¡No! Chelsea... te he observado, durante años, y me sentí tan atraído por tí, como el primer día que te vi, tanto, que decidí mejor no acercarme a tí, hasta el momento planeado, por miedo de aruinar todo. Que ironía ¿no? De todos modos arruiné todo.

-Entonces ¿me usaste para estar bien con Karim?

-Creí que podría, no tenía idea.

-¿Sabes? Si es así, eres un gran actor.

Me paré, deslizando la silla, tomé mi abrigo y mis llaves de la mesa y le regresé el collar.

-Ten, ya no me sirve de nada, y la próxima vez, no hagas una excusa tan elaborada, sólo hazla creíble.

Salí con los ojos a punto de desbordarse, mi cabeza daba vueltas, y vueltas; no estaba viendo hacia donde iba, cuando choqué con alguien, era un hombre.

-Lo siento señor. 

La mano del extraño me quitó el flequillo de la frente y lo puso detrás de mi oreja, puso su dedo bajo mi barbilla y me lavantó la cabeza.

-¿Chelsea? ¿Estás bien?

Era Karim, lo abracé aferrándome fuertemente a él, me correspondió el abrazo, pero nos separamos cuando él recibió una llamada.

¿Cómo te fue?

Cumplí mi parte del trato ¿estamos a mano?

Claro que sí

Karim

¿Sí?

Cuídala bien

Rió sarcásticamente

Gracias amigo

Colgó y me tomó de los hombros, me miró con sus ojos marrones, y me examinó, acarició mi mejilla y me sonrió dulcemente.

-Chelsea.

-¿Sí?

-¿Te he dicho lo mucho que me gustas?

Reí, ¿que si me lo había dicho? Casi me mata por defenderme. No era necesario que me lo dijera.

-Sí, lo has hecho.

-Hablo en serio, no sabes lo que se me viene a la cabeza, lo que siento cada vez que te veo, cuando te veo sonreír, algo se enciende, me encantas, desde el primer momento en que te vi.

-Así de profundo ¿eh?

Se rió leve y dulcemente, puso sus dos manos a ambos costados de mi rostro y me acercó a él.

-No tienes idea.

Comenzó, un beso, nada comparado a lo que sentía con Jaques, eran dos sensaciones completa y totalmente diferentes, como las dos personas que eran, polos opuestos. Nos quedamos así un buen rato, hasta que el aire nos faltó, nos separamos con las frentes unidas, subió su mirada, que se cruzó con la mía, sus ojos marrones, casi avellana, miraban a través de mi.

-¿Quién se lo esperaría? -dije suavemente

-¿Qué?

-Que algún día nos volveríamos a encontrar.

Me dio otro beso, ésta vez uno mucho más corto, pero igual de inolvidable.

-¿Te llevo a tu casa?

-Gracias, traigo carro- dije agitando mis llaves.

-Bien, ¿qué te parece si nos vemos mañana?

-Buena idea -le di un beso en la mejilla- nos vemos mañana entonces.

-Te hablo.

-Esperaré tu llamada.

Me estaba dirigiendo a mi auto, cuando alguien me tomó del hombro.

-Por favor, ten cuidado con él, es lo único que te pido.

-Jaques, suéltame, no quiero verte ahora.

-Te lo estoy pidiendo, por favor.

Me volteé enojadísima, ¿cómo se atrevía a besarme, abrazarme, pedirme con sobres y comida china, y que después todo fuera un vil engaño? Y lo peor del caso ¡decirme qué hacer!

-Escúchame Jaques, yo voy a hacer lo que yo quiera, voy a tomar las dicisiones que yo decida tomar, y simplemente no puedes decirme qué hacer ¿oíste?

Él también parecía molesto.

-¡Que alguien me explique! ¿Cómo hace alguien cómo tú para acabar con alguien cómo él?

-¿Alguien como yo?

-¿Por qué las chicas buenas, siempre, se enamoran de los chicos malos? -suspiré, lo que iba a decir me iba a doler más a mí que a él.

-Porque los chicos como tú, son demasiado buenos para ser verdad.

Me subí al auto, sentía, enojo, tristeza, confusión, esperanza; enojo por Jaques, porque no podía entender lo que me había hecho, tristeza, porque, en realidad, no era la forma en que quería que las cosas acabaran, tan pronto, confusión, por ése nuevo sentimiento que había encontrado en Karim y esperanza, porque él fuera el que me pudiera salvar. Arranqué con el corazón latiendo fuertemente, incesantemente, me dolía cada golpe que mi corazón desbocado daba, la cabeza me dolía, todos los recuerdos me dolían, el cine, los besos, los abrazos, las promesas, todo me dolía, me dolían los oídos de escuchar la estúpida historia de Jaques, sus inútiles excusas, sus días difíciles, mis días difíciles, los que alguna vez fueron nuestros días difíciles. 

Escuché a alguien, creo que era Jaques gritando mi nombre, una, dos, tres veces, advirtiéndome de algo, no le hice, caso, me estaba gritando para advertirme de Karim ¿de la decisión que había tomado? Mi nombre se seguía repitiendo, volteé para ver que quería, cuando vió que yo volteé, me señaló algo, giré la cabeza rápidamente para encontrarme de frente con una camioneta. El impacto fue inmediato, no sentí dolor, sentí una descarga de energía, los vidrios caer sobre mis piernas y el café pasar una y otra y otra vez en frente de mí a una velocidad impresionante, cuando volví en mí, sentí la fuerza con la que el carro giraba hasta que frenó con un árbol.


ObsessionWhere stories live. Discover now