Tú dime cuando y yo abro las piernas, chikito.

2.6K 314 300
                                    

Kageyama llegó a aquella cena sin expectativa alguna. Lo único que quería era que terminara lo más pronto posible para poder ir con sus amigos y encontrarse con Kuroo de nuevo. No le interesaba estar allí en lo más mínimo. O bueno, así fue hasta que llegaron los hermanos Miya. Los gemelos eran terriblemente atractivos y el momento que sus miradas cayeron sobre él, Kageyama supo que estaba en problemas. Sus sonrisas, su porte, todo ellos, era simplemente deleitable.

—Son una delicia, ¿no crees? — Preguntó Analise, una chica más o menos de su edad. Ella era hija de un inversionista extranjero. No eran precisamente amigos, pero charlaban cada que se encontraban en ese tipo de reuniones.

Tobio miró de arriba abajo al par y asintió.

—Sí que lo son. Se nota que entrenan mucho. Jugadores de voleibol, ¿No? —Dijo más que nada para hacer charla que por interés. Él ya había dejado ese deporte.

Analise asintió. —Así es. Estoy segura que se llevaran bien.  —Dijo ella con cierto humor, como si supiera algo que él no.

Kageyama no se molestó en agregar algo más y vio con curiosidad como Analise le hacía señas a los gemelos para que se acercaran a ellos. La chica los presentó con una gran sonrisa y Kageyama extendió su mano en cortesía. Para su sorpresa, Miya Atsumu jaló de su mano y lo atrajo a él para plantar un beso en su mejilla.

—Es todo un placer conocerte. —Murmuró en un tono de voz que lo hizo temblar. Estaba tan sorprendido por la acción que no pudo evitar retroceder un paso y mirar a Analise con un poco de pánico en sus ojos.

Atsumu río de forma melodiosa.

—Ah, míralo, Samu. Es adorable. Me lo quiero comer.

Miya Osamu, el otro hermano, solo rodó los ojos en desinterés.

—Disculpa a mi hermano. Solo tiene una neurona.—Dijo Osamu mientras se acercaba a él y le extendía su mano.

Kageyama la miró con un poco de duda antes de tomarla. Con ojos bien abiertos, vio como Osamu se inclinaba ligeramente y acercaba su mano a sus labios para depositar un pequeño beso. Al instante las mejillas de Tobio se encendieron y mordió su labio tratando de controlar sus nervios.

Analise empezó a reír y puso sus manos en los hombros de Kageyama.

—Basta, ustedes dos. Que le darán un corto circuito. Tobio, lindo, no te lo tomes personal. Son costumbres... europeas, de esos dos. Ya sabes, de sus vacaciones en Francia. —Dijo Analise con una sonrisa traviesa mientras le mandaba una mirada pícara a Atsumu. Definitivamente había una historia allí.

Fueron llamados por sus padres al comedor principal y se reunieron con más jóvenes. Kageyama se sentó junto a sus padres y frente a él, quedó ese par. Tuvo una plática amena con Osamu y Atsumu interrumpía de vez en cuando, pero parecía más concentrado en la conversación que tenía con Analise y otra chica. Comieron las entradas con calma y una vez que terminaron con el platillo fuerte, los jóvenes fueron excusados para que los mayores pudieran discutir asuntos más serios.

Kageyama siguió a la terraza al más serio de los hermanos Miya mientras el otro gemelo se quedaba atrás entreteniendo al público femenino. Por su forma de actuar le recordó vagamente a Oikawa.

— Tu hermano es toda una celebridad. —Dijo con cierto humor Kageyama.

Osamu sonrío levemente. —A Tsumu le gusta llamar la atención de cualquiera que le de la hora del día.

Kageyama río. Entonces si era como Oikawa.

No, Tobio. No vayas allí.

Kageyama aclaró su garganta mientras se recargaba en el barandal.

A ver como te gusta cuando te supere, perro.Where stories live. Discover now