SiWon volvió a suspirar, poniendo una mano en su nuca y haciendo presión. Me miró por unos segundos que, aunque parecieron cortos, sabía que habían sido más que suficientes como para que note lo preocupado que estaba por Yuta— ¿Es necesario?

—Lo es. —afirmé ya sin necesidad de fingir, dejándole escuchar lo alarmado que estaba.

—Bien, pueden ir. —concluyó tomando una hoja de papel y escribiendo un permiso con rapidez— Les daré dos días, no más. Los quiero aquí antes del domingo.

—Volveremos con Yuta. —dijo DoYoung con un claro mensaje de que o traíamos al ahora pelirrojo con nosotros o no regresábamos.

Agradecí con una venia y tomé el permiso antes de salir del despacho, ahora siendo yo quien jalaba del brazo al otro. DoYoung era un lengua suelta, soltando comentarios mordaces con un tono fingido de educación y serenidad que lograba confundir a la mayoría. Obviamente no funcionaba con SiWon, así que lo mejor era sacarlo de ahí antes de que se arrepienta de dejarnos salir.

Di unos cuantos pasos cuando sentí que alguien me tomaba del brazo con fuerza para detenerme. Me sobresalté, pero resultó ser Kun. Aunque no sé qué tan tranquilo deba estar pues el chico tenía una expresión de lo más inquieta.

—Lleva a XiaoJun contigo. —dijo entre inhalaciones, su respiración claramente acelerada.

Miré al chico atrás de él, quien estaba tan nervioso que temblaba como una hoja. Sus dedos se movían entre sí y apenas podía sostener mi mirada, pero tenía una clara determinación en los ojos que me hizo saber de antemano que no nos dejaría seguir sin él.

—¿Y por qué deberíamos llevarlo? —cuestionó DoYoung tomándome de la muñeca y jalándome hacia él, sin apartar los ojos de los de Kun.

—Él y Yuta son medios hermanos, tienen el mismo padre.

Aguanté la respiración por lo que dijo. Una parte de mi cerebro procesó la información al instante, diciéndome que simplemente tome al chico y vaya hacia la mansión de YooNa lo más pronto posible; la otra, seguía en un estado de trance, repitiendo como eco lo que el brujo había dicho y tomándose el tiempo con cada palabra. Llevé mi mano libre a mi boca, mordiendo la uña de mi dedo pulgar con ansiedad y buscando aceptar la bomba que Kun había soltado.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —inquirió DoYoung totalmente incrédulo.

—No hay tiempo para explicaciones. —interrumpí, decidiendo confiar en Kun— ¿Hay alguna manera de ocultarlo de la vista de los demás? No lo van a dejar entrar si notan que es un brujo.

—Nadie lo va a reconocer a menos que sea uno de los nuestros. Confía en mí. —intentó sonreír para tranquilizarme, pero falló, mostrando al final una rara mueca.

—Bien.

DoYoung iba adelante abriendo el paso mientras XiaoJun y yo nos quedábamos atrás. El peliblanco se despidió rápidamente de Kun, este último susurrándole algo al oído que por respeto intenté no escuchar. Cuando terminaron, dejé que el brujo vaya adelante por precaución.

—TaeYong.

Volteé a ver a Kun ante el llamado. Él me miraba preocupado y nervioso, de seguro a punto de arrepentirse de mandar a XiaoJun a la boca del lobo.

—Cuídalo, por favor. Él sabe a lo que se enfrenta, ha escuchado suficiente de YooNa por parte de su madre que va a actuar tan precavido como ustedes, pero es orgulloso, y si en algún momento necesita ayuda no la va a pedir. —habló en voz baja para asegurarse de que él no lo oyera— Mantén un ojo encima suyo.

Tenebris Where stories live. Discover now