Capítulo 01. | Zona de Confort.

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Lunes, 17 de Septiembre. 2018 (Quito-Ecuador)

El bullicio de los estudiantes llenaba los pasillos de la Secundaria Técnica Quito. Se podían escuchar los murmullos de emoción mientras cada grupo de jóvenes planeaba sus salidas después de que las puertas de la institución se abrieran.

El reloj finalmente ya marcaba las 12:50 p.m.  Las clases habían terminado.

Oswaldo, un chico alto de postura impecable y una expresión seria en su rostro, salió de su aula con su mochila al frente. "Química... Biología, perfecto... No olvidé nada en el salón", pensó mientras caminaba, observando a su alrededor en busca de caras conocidas.

Detrás de él, un compañero de clase lo seguía apresuradamente. "Oye, en serio... necesito la tarea de química. No entendí nada", suplicaba mientras veía que Oswaldo no se detenía y continuaba su camino.

—Nooo... Si sigo permitiendo que copies las tareas, nunca aprenderás nada...— respondió Oswaldo sin voltear, mientras ajustaba su mochila en su espalda.

-—¡Y como voy a aprender si nunca me ayudaaas.!— Exclamaba el compañero quedándose atrás.

De repente, Oswaldo sintió una palmada en el hombro y alguien se le lanzó encima.
—¡Clasificatoria está noche.!—
Gritó su amigo Sebastián, quien estaba en otro curso.

—¿Y...? ¿Te conectarás hoy? Estamos subiendo de rango cada vez. Aunque... tengo demasiada tarea..." Sebastián lucía agotado desde hace varios días. Su vida como gamer y estudiante había dejado su cabello rizado más desordenado que nunca.—

—Pues ya somos dos... Está noche no, bro.— Respondió Oswaldo.

—Mierda... Cuál es la necesidad de tanta tarea si ni siquiera se fija en nuestras respuestas.— Reprochaba Sebastián caminando con bastante flojera sin fijarse en el camino.

Oswaldo siempre ha sido el tipo de estudiante que no se deja amargar por el escaso tiempo libre. Siempre ha sido responsable con sus tareas.
Y aunque no lo demuestre, siempre oculta su estrés con una actitud controlada, sin dejar su lado divertido con amigos.

En cambio Sebastián, pese a su responsable historial académico, siempre ha presentado sus quejas y reproches al aire por tener un día lleno de ocupaciones... Aunque es divertido para sus amigos verlo quejarse como un niño pequeño.

—Tu relaaax hermano... No te distraigas con tus novelas de señora en vez de hacer tareas y posiblemente te desocupes pronto—.

Sebastián volteó a ver a Oswaldo con pesimismo. —Claaaro... señor perfecto. Y ya te dije que no son novelas.— Respondió Sebastián mientras se estiraba para tratar de quitarse la pereza.

—En esa serie los adolescentes tienen cara de adultos jubilados. Tal y como las novelas que veían nuestras madres jaja.— Respondía riéndose Oswaldo.

—Si... Aja... Por sierto. ¡¿La profesora estaba enojada con todos o que?!—

—No lo se. Yo la corregí en una formula y me mandó al demonio!.— Soltaba carcajadas Oswaldo.

—De seguro su esposo no la dejo satisfecha anoche porque se notaba que—

—¡Con permiso muchachos! ¡No estorben! ¡Ya márchense a sus casas!— Interrumpió una voz de una señora llena de coraje acompañado por los taconazos que soltaban sus pasos en la baldosa del corredor.

Espantados, vieron como la profesora de quién hablaban, los rebaso, y Oswaldo calló a Sebastián con un palmazo en la cabeza.

—¡No seas pendejo! ¡Estaba atrás nuestro!.— Decía Oswaldo asustado.

Mientras el mundo se derrumba.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن