Capitulo 4

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Clarke

- Lincoln, mi espada necesita un buen afilado- Escuché que decían desde la entrada.

En el momento en el que reconocí la voz un escalofrío recorrió mi espalda y me preparé mentalmente para este encuentro.
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Flasback

-Lexa no puedes salir, tu padre ha dicho mil veces que no te pongas en peligro-

Al escuchar eso me asome por la entrada de la fragua a ver qué pasaba, el tener este puesto tenía más ventajas de las que pensé, si hacíamos bien nuestro trabajo hasta podíamos descansar de vez en cuando.

Al asomarme vi a la morena que nos salvó de los licántropos y ha otra chica detrás.

- ¿Y claro tú vas a ir corriendo a decírselo no? Siento decirte Costia que esa no es manera de ganarse a mí padre- Contesto Lexa

-No entiendo tu afán por salir de la protección de estos muros-

- Es muy sencillo, las minas nos dan plata, la plata mata licántropos que si pueden nos matan a nosotros así que necesitamos las minas y ahora mismo están atacando una- Dijo Lexa cogiendo su caballo.

- ¿Y tienes que ser tú quien vaya a defenderla no?-

- Dado que soy la única a la que le parece importarle si-

Acto seguido miro al decenar de guerreros de la muerte que había mandado llamar para llevarse consigo.

- ¡En marcha!-

Acto seguido todos los guerreros formaron detrás de ella y salieron al paso que marcaba.

- Así que se llama Lexa- Dije en voz alta más para mí que otra cosa.

- ¿Que dices Clarke?- Lincoln me miraba desconcertado sin saber que decía.

- Lexa, la hija de Titus, no sabía cómo se llamaba, fue la que salvo a mi grupo cuando nos traían aqui-

- Ah sí, suele hacer esas cosas, dice que porque es la única capaz pero yo creo que la gusta salir a luchar-

- Otra cosa- Dijo Lincoln algo más serio - puede que algún día venga por aquí porque quiere algo, suelo tratar yo con ella pero si alguna vez tienes que dirigirte a ella llamala Heda-

-¿Heda?-

- Si, Heda, es como su rango y como la tenemos que llamar-

- Entendido-

Fin del flasback
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Me giré lentamente y la vi, allí plantada, llevaba su armadura puesta pero sin el casco, le daba una apariencia entre intimidante y poderosa.

Al ver que buscaba a Lincoln y no encontrarle se me quedó mirando como esperando que la dijera algo.

- Lincoln no está pero si te corre prisa te la puedo afilar yo- conteste lo más segura que pude, y vi como levantaba una ceja con un brillo en los ojos, mierda - Heda- dije lo más tranquilamente posible.

¿Como puedo ser así? La mismísima hija del señor del castillo y voy y la tuteo, espero que no se haya dado cuenta o de que no tenga muy mala leche y me mande a cargar piedras otra vez.

- ¿Lincoln te ha enseñado a hacerlo bien? Necesito que corte a lobos por la mitad no que corte madera- Contesto con un tono ¿Divertido?

Achique los ojos, ¿Pero esta quien se ha creído? Pues se va a enterar.

- Si, de hecho me ha enseñado tan bien que hasta las afilo mejor que el-

Espera, ¿que acabo de decir?

- Muy bien, vendré a por ella a la tarde y espero que esté como dices- Contesto, dejando la espada sobre la mesa y marchándose.

Mierda, me di un manotazo en la frente, porque tengo que ser tan bocazas, Lincoln se ha ido a hacer una entrega, se supone que no vuelve hasta la noche y voy y encima la digo que lo hago mejor que el. Es cierto que he mejorado mucho pero joder en qué lío me he metido yo sola.

En fin al lo hecho pecho, no puedo dejar que doña aires de grandeza me tome por una inútil asique manos a la obra.

No me he esforzado en afilar una espada tanto en todo el tiempo que llevo aquí, tuve mucho cuidado con el ángulo de la hoja, la fuerza para ejercer presión, que toda la hoja fuera afilada por igual pero sin desgastarla... En fin hice mi mejor trabajo de eso no había duda. Hasta hice alguna prueba de afilado cómo cortar cuero y realmente parecía que podía partir a un lobo por la mitad, cosa que había visto hacer a Lexa, al final satisfecha la deje en la mesa lista para cuándo pasará a recogerla.

Al principio de la tarde apareció Lexa como dijo a por la espada.

- ¿Está lista?- pregunto

- Tan afilada como para cortar lobos por la mirad- Dije sin pensar.

Joder Clarke, piensa lo que dices.

Vi como Lexa levantaba una ceja, iba y cogía su espada y palpaba el filo con el dedo, al final satisfecha al parecer la envaino y se la ato al cinturón.

- Muy bien, veremos si cumple lo que dices -

-¿Vas a volver a salir?- otra ves mi bocazas, se supone que no puedes tratarla como tú igual, que está por encima de ti, y por dios llamala Heda.

- Si, tengo que hacer una ronda y asegurarme de que no hay lobos demasiado cerca- contesto tras unos segundo de vacilación.

- Bueno, pues ten cuidado- Conteste otra vez sin pensar, a la mierda me doy por imposible.

Lexa me miró sorprendida, casi sin saber que decir, seguro que no se esperaba que la dijese eso.

-¿Que?- Pregunto confundida.

Genial, a ver cómo salgo de esta ahora.

- Si, no me gustaría que le pasase algo a esa espada después de cómo la he dejado- De perdidos al río.

Pude ver por una fracción de segundo como una genuina sonrisa se formaba en el rostro de Lexa, pero rápidamente se recompuso y levantando la ceja me contestó.

- Tranquila, siempre tengo cuidado- Y me guiño un ojo.

Tras esto, se dio la vuelta y se fue.

Espera, ¿que acaba de pasar? Ha entrado en mi juego, eso ha pasado, al final va a resultar que no es tan creída como pensaba.

A los pocos minutos pude ver cómo Lexa y unos poco soldados se iban del castillo.

La princesa de las tinieblas (Clexa AU)Where stories live. Discover now