Despertó Horacio al día siguiente tras unas cuantas horas de sueño, tenía tantas cosas en la cabeza que no descansó bien
-desempacar, organizar, limpiar, planear su investigación, Víktor- abrió completamente los ojos de golpe, tragando saliva se sentó en un sólo movimiento, se talló los ojos con las manos y se dejó caer de nuevo sobre la cama -no puedo permitir que esto interfiera con lo que he venido a hacer a ésta ciudad- se giró quedando de lado y mirando hacia la ventana recordó aquellas grandes manos claras y esos profundos ojos color acero, entonces hizo un sonido de desaprobación con los dientes, se sentía molesto consigo mismo por no poder concentrarse en los planes que tenía para ese día
-volver a comisaría- y no dejar de pensar en el ruso que conoció la noche anterior.
No es que nunca haya tenido pretendientes, de hecho tuvo un par de novias pero para él siempre fue prioridad perseguir su sueño de ser algún defensor de la ley, nunca permitió que nada ni nadie lo detuviera, desde que logró entrar en la academia, pasando por el CNP y el CNI hasta que llegó al FBI siempre daba lo mejor de sí, amaba tanto su apasionante trabajo que se convirtió en el mejor, el mejor alumno, el mejor policía y ahora el mejor agente.
Se sentó al borde de la cama acomodándose un poco la desordenada cresta roja -qué más da, si no encuentro al comisario de nuevo, hablaré con cualquier oficial que se encuentre en servicio, y ya está- se levantó muy convencido estirándose cuando recordó que tenía el número del ruso -no pasa nada si le envío un sms, o si?- Tomó el teléfono del buró junto a su cama
-Buen día Víktor -escribió mientras se dirigía al baño para ducharse.
-Enseguida pediré un taxi, hoy no tengo ganas de caminar-.
En otro punto no muy lejano de la ciudad Víktor desayunaba en su pequeño pero elegante comedor con una bata oscura y leía el periódico bebiendo una taza de café, justo en el momento en que dió el último sorbo se dió cuenta de que no estaba poniendo atención en nada de lo que estaba escrito en las grandes páginas grises, en su mente sólo aparecía aquel chico moreno de linda sonrisa y llamativa pero a la vez tenue heterocromía.
-pfft...jajaja- se dibujó una enorme sonrisa en su rostro a la vez que se ponía la mano izquierda sobre la cara y cerraba los ojos por leves segundos -pero qué coño?- arrastró la misma mano dejándola en su barbilla pensando en qué momento dejó de preguntarse ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Debería llegar a checar como está todo en comisaría antes? Para pasar a preguntarse: ¿De qué color es cada uno de sus ojos? ¿Porqué no dejaba de sonreír? -Cerró rápidamente el periódico dejándolo sobre la mesa para levantarse sacudiendo su cabeza de un lado a otro como si tratara de borrar esas preguntas y esas imágenes de su mente -Me siento tan agobiado que no quiero más desgaste físico ni mental el día de hoy- Colocó los trastes en el lavabo -Iré a comisaría, como sea es más fácil lo que tengo que hacer allí- Su plan era ir a asignar tareas y nuevos rangos así como dejar a alguien a cargo en su ausencia para volver rápido a su departamento y poder descansar, quería recuperar energía para continuar con su investigación.
Abrió su clóset y buscó la típica camisa que acostumbraba vestir cuando acudía diariamente a cumplir con su cargo a comisaría, pantalón negro de vestir y zapatos negros, todo acentuado con unas pistoleras
-que le recordaban a su compañero y amigo de toda su vida- y que tenía tanto tiempo sin usar.
Sin darse cuenta y como por inercia echó un vistazo a su teléfono móvil, inconscientemente deseaba ver algún mensaje del pelirrojo en la pantalla -¿Pero qué..?- Negando con la cabeza lo tomó de la mesita de noche y se lo guardó en el bolsillo de su pantalón.
-Basta de cursilerías- Tomó sus Ray Ban favoritos -los de siempre- las llaves de su coche negro deportivo y fijándose ese semblante frío y serio tanto en su lenguaje corporal como en su rostro, -esa cara de pocos amigos- se montó en su auto para dirigirse al edificio que tenía meses sin visitar.
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∆~°^ FIRE ON FIRE ^°~∆
FanfictionUn agente del FBI es transferido a Los Santos desde otra ciudad tres veces más peligrosa y con un mayor índice de crimen. A él le parecerá muy tranquila, en comparación, sobre todo cuando conozca al jefe de la LSPD y su vida cambie por completo. Pu...
