∆~°^ FIRE ON FIRE ^°~∆

~°^Día de suerte.^°~

Tras un día lleno de acción, persecusiones y disparos -todos éxitos- llegó Horacio a su pequeño pero cómodo departamento suspirando de agotamiento, mientras depositaba su placa y su arma en un cajón de la barra que dividía la sala de la cocina y se quitaba la chaqueta azul de letras amarillas.

Su puesto como agente especial en el FBI no le dejaba casi nada de tiempo libre en esa ciudad tan peligrosa que parecía nunca descansar, sobre todo el crimen. Y ni hablar de las llamadas constantes por refuerzos de los distintos cuerpos policiales a los cuales siempre era el primero en ofrecerse para asistir e intentaba acudir a todos y cada uno de ellos -ya que desde pequeño soñaba con ser un héroe- ahora que había conseguido ese puesto tan importante no perdía su tiempo y se desvivía por cumplir con todas las responsabilidades y exigencias que éste le demandaba.

Después de todo, esa era su mayor pasión por no decir que la única.

Después de comerse una sola pieza de fruta y tomar un baño caliente se dispuso a descansar con únicamente su bóxer -lo que usaba al dormir- mañana sería otro día lleno de adrenalina como todos, Horacio era inmensamente feliz, esto era lo que más amaba, lo que lo hacia sentirse pleno, completo.

Al día siguiente, al llegar a las oficinas del FBI uno de sus compañeros le indicó que debía subir a la sala de juntas lo antes posible ya que su jefe -el director de la sede- lo esperaba, tenía algo importante que hablar con él.

Al entrar a la enorme sala vio a su jefe -un hombre corpulento medio canusco que denotaba presencia, control, respeto, pero que a Horacio no le intimidaba en lo más mínimo- sentado en el extremo contrario de la larga mesa llena de sillas con los dedos de ambas manos entrelazados bajo su barbilla.
Haciéndole un gesto con la cabeza como saludo el pelirrojo se sentó justo del lado contrario recargándose cómodamente en el respaldo del asiento.

-Quería hablar conmigo, jefe?- se limitó a preguntar.
-Así es agente hache -respondió rápidamente -como usted sabe, nosotros somos un departamento especializado en investigaciones, mas que nada- quitó sus manos de la posición en que las tenía y se giró un poco para dirigir la mirada al enorme ventanal que dejaba ver los otros edificios -y usted es uno de nuestros mejores agentes..

Horacio se acomodó un poco mejor en la silla prestando mayor atención.
Su superior le indicó que había llegado un informe de una ciudad poco conflictiva, donde al parecer el principal cuerpo policial estaba decayendo, al punto de ser totalmente deficiente, estaba fuera de control, al parecer el jefe de la LSPD había desaparecido, y la segunda persona al mando -el comisario Volkov -se ausentaba muy seguido y durante mucho tiempo, realmente no había un alto mando dentro del cuerpo con las aptitudes necesarias para dirigir, pero sobre todo corregir y resolver los enormes problemas que actualmente padecía la comisaría completa, además de la pobre búsqueda que se realizó en su momento por el coronel desaparecido dejando el caso inconcluso, parecía demasiado trabajo para quien debía tomar el mando debido a las ausencias de su único superior, el sargento Kóvacs que intentaba dar todo lo mejor de si.

-Necesito transferirlo a dicha ciudad para que realice una investigación a fondo, necesitamos saber qué es lo que ocurre realmente- el hombre de voz gruesa se levantó de su silla y caminó hacia donde se encontraba Horacio -cree poder cumplir con ésta valiosa misión usted solo? -colocó su mano sobre el hombro del pelirrojo apretando un poco.
-Bueno, no por nada soy su mejor agente, no es asi? -alardeó con una pequeña sonrisa pícara en su rostro, dirigiendo después su mirada bicolor a los ojos de su jefe -tanto usted como el resto de mis compañeros saben que ningún problema es demasiado grande para mí, porque todos los devoro..