❝ f i f t h ❞

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Decidió que lo único que podía hacer era demostrarle a TaeHyung que era un excelente limpiador, un auténtico tesoro. Se ató un trapo viejo sobre el pelo blanco, se remangó la camisa sobre los brazos arrugados y delgaduchos y se colocó un mantel que sacó del armario de las escobas como si fuera un delantal. Era un alivio que sólo hubiera cuatro habitaciones que limpiar en lugar de un castillo entero.

Agarró un cubo y una escoba y se puso manos a la obra.

—¿Qué haces? —gritaron a coro NamJoon y Calcifer horrorizados.

—Limpiar. —replicó JungKook con firmeza—. Esta casa es un desastre.

Calcifer dijo:

—No hace falta.

Y NamJoon murmuró:

—¡TaeHyung te va a echar!

Pero JungKook los ignoró a los dos y empezó a levantar nubes de polvo. En medio de todo esto, se oyeron nuevos golpes en la puerta. Calcifer ardió con fuerza:

—¡Puerta de Porthaven! —con un gran estornudo llameante que lanzó chispas púrpuras a través de la polvareda.

NamJoon dejó la mesa y fue hasta la puerta. JungKook espió a través del polvo que estaba levantando y vio que esta vez NamJoon giraba el pomo cuadrado de madera de forma que el lado con la mancha azul apuntara hacia abajo. Cuando abrió la puerta, la calle era la misma que se veía por la ventana y se encontró con una niña pequeña.

—Por favor, señor Kim. —dijo—. He venido por ese conjuro para mi madre.

—Un conjuro de seguridad para el barco de tu padre, ¿no? —dijo NamJoon—. Un momentito. —volvió a la mesa, cogió una jarra de las estanterías y de un frasco vertió una cantidad del polvo en un trozo de papel.

Mientras tanto, la niña observaba a JungKook con tanta curiosidad como JungKook a ella. NamJoon retorció el papel con el polvo dentro y regresó dando instrucciones—: Dile que lo espolvoree por todo el barco. Durará para la ida y la vuelta, incluso si hay tormenta.

La niña tomó el papel y le entregó una moneda.

—¿El hechicero ahora tiene también un brujo trabajando para él? —preguntó.

—No. —respondió NamJoon.

—¿Te refieres a mí? —preguntó JungKook—. Ah, sí, hijita. Soy el brujo mejor y más limpio de todo Ingary.

NamJoon cerró la puerta, con expresión exasperada.

—Ahora se enterarán en todo Porthaven. Puede que a TaeHyung no le agrade. —volvió a girar el pomo con el verde hacia abajo.

JungKook se rió un poco para sus adentros, sin arrepentirse lo más mínimo. Probablemente había permitido que la escoba que estaba utilizando le diera ideas. Pero también podría convencer a TaeHyung para que lo dejara quedarse si todo el mundo pensaba que trabajaba para él. Su comportamiento le parecía muy raro. Cuando era joven, JungKook se habría muerto de vergüenza al ver cómo estaba actuando, pero ahora, al ser un anciano, no le importaba nada de lo que hacía o decía. Sintió un gran alivio.

Cuando vio a NamJoon levantar una piedra del hogar y esconder la moneda de la niña debajo, se acercó con curiosidad.

—¿Qué estás haciendo?

—Calcifer y yo intentamos guardar un poco de dinero. —dijo NamJoon en tono culpable—. Si no, TaeHyung se gasta todo lo que tenemos.

—¡Es un manirroto irresponsable! —crepitó Calcifer—. Se gastará el dinero del Rey en menos tiempo de lo que tardo yo en quemar este tronco. No tiene cabeza.

MOVING CASTLE | KTH + JJKWhere stories live. Discover now