Caminaba por Alexandria, iba a la casa de Carl, ya que el idiota quería disculparse por haber robado mis cómics y haberlos perdido.
Cuando llegué entré y subí a la habitación de Carl, toqué pero como no respondió decidí entrar.
-¡oye tarado!- al darme cuenta que estaba dormido me callé al instante, era muy tierno, tenía su boca un poco abierta y su respiración era muy calmada.
Estuve un rato mirándolo embobada, hasta que vi que comenzó a moverse
- ____ me gustas- dijo "dormido"
No me sorprendió su confesión ya lo había notado hace años y la verdad era que también me gustaba.
Se lo iba a confesar cuando estábamos en la prisión pero pasó lo de su madre y decidí callarme.
-Tú también me gustas mucho Carl.
-Esa no me la venia ver- dijo mientras se sentaba en su cama.
-Así que estabas despierto eh.
-sip, y también vi como estuviste observándome acosadora.
Rode los ojos y me senté a su lado.
-Si como digas, ahora dame mis cómics.
-¿Hace cuanto te gusto?- hizo caso omiso a lo que le dije de mis cómics.
-Empezaste a gustarme cuando estábamos en la granja de Maggie- lo mire- ¿Y yo hace cuanto te gusto?.
-Me gustas desde la prisión.
-Bueeeeno y ¿ahora?- ya no sabía que decirle, es decir ¿qué se hace después de que te declaras?, ni idea.
-mmm no se ¿quieres ser mi novia?
-Directo al punto como me gusta- lo pensé y le respondí- si quiero ser tu pareja
-Nunca he tenido novia así que tratare de dar lo mejor de mi.
-Igual, entonces ahí nos vemos tarado.
Antes de irme me acerque donde Carl y le di un pequeño beso en la mejilla, para luego salir corriendo a buscar a Maggie para contarle el chisme.