El Extraño Mundo de Aoi

Start from the beginning
                                    

Recorrió el bosque sin un rumbo fijo durante varias horas, se estaba haciendo tarde, la enorme luna llena ya estaba en el cielo. La luna tampoco cambiaba en la tierra de Halloween, siempre era enorme y ostentosa sobre el oscuro firmamento. Aoi veía perfectamente en la oscuridad, sus poderes entre las sombras lo ayudaban, esas sombras que a los humanos podían ponernos nerviosos a Aoi lo acompañaban como si fueran fieles compañeros. Finalmente sin estar muy seguro de dónde se encontraba, se halló en medio de un enorme claro cuyos arboles lucían muy diferentes a los demás.

Tenían extrañas formas en lo que parecían puertas colocadas frente a los troncos de los árboles, habían varias figuras que no alcanzó a reconocer pero hubo una en especial que le llamó la atención sobre todas las demás. La puerta tenía la puerta de pino, pero este estaba decorado con extrañas formas brillantes; entrecerró los ojos sin saber si acercarse, pero la curiosidad pudo más.

Abrió la puerta y sintió una ventisca que no era parecida a la de su tierra, era helada y parecía estar acompañada de algo que no entendió muy bien qué era. Sin darse cuenta se hizo hacia adelante y cayó por la puerta; cayó sobre una enorme masa blanca que le heló la piel al instante. Cayó boca arriba, donde vio el firmamento que era azul más tenue que el de la tierra de Halloween, las estrellas se veían con mayor claridad, la luna tenía otra forma.

Cerró los puños ante lo que había caído, pensó que era tierra pero estaba demasiado fría para serlo, se sintió extraño, era hielo o algo parecido. Se levantó ligeramente para entender lo que había pasado, escuchó tintineos de campanas a lo lejos y lo que parecía ser un tren o algo parecido. Ami se levantó y se hundió ligeramente en lo que a su parecer era tierra hecha de hielo, destacaba demasiado entre todo lo blanco, con toda su vestimenta negra y su cabello de igual color.

Caminó unos metros hasta que encontró una enorme villa, que no podía entender lo qué. Había casas, como en el tierra de Halloween pero no eran aterradoras, tenían colores diferentes verdes y rojas tan brillantes que podrían haber sido todo un bosque por si solas. Todos los tejados cubiertos de blanco, había un olor en el aire que parecía ser de pino y castañas, Aoi se dejó guiar por el aroma y caminó al centro de la plaza donde había carruseles y niños jugando, había muchísimos niños hasta que se dio cuenta que no eran enteramente niño si no criaturas pequeñas.

Había series interminables de luces que prendían y apagaban al ritmo de una melodía alegre, parecía todo lo contrario a la tierra de Halloween, era como si hubiera llegado a un mundo alterno, lo que le hacía preguntarse si tal vez, su lugar de origen no era la única fiesta que se podía celebrar.

—¿Qué hacen ahí? Tenemos menos de dos meses para Navidad —gritó una voz grave.

Aoi se quedó estático en su lugar, asustado por primera vez en su vida. Era el rey de Halloween, podía espantar a más de 100 personas al mismo tiempo, pero en ese momento sintió el terror que la mayoría debía sentir al verlo; no quería que nadie se asustara por su presencia, pero era mas que obvio que no pertenecía a ese lugar.

—¿Tú eres? —La voz le preguntó a sus espaldas, no parecía asustado en lo más mínimo.

Aoi se giró lentamente mostrando una cara apologética. Frente a él había un chico vestido de verde, tenía un gorro singular pero la cara de pocos amigos, tenía los brazos cruzados y pegaba con la punta de su pie en el piso.

—Creo que estoy perdido —dijo Aoi alzándose de hombros.

El otro entrecerró los ojos y suspiró—. Santa sabrá que hacer, si me puedes seguir —hizo una seña con la cabeza y comenzó a caminar.

No sabía si debía confiar, pero no habían mostrado señal de ser malvados, ni siquiera su apariencia demostraba eso. Aoi sabía muy bien que no podía juzgar por como lucían las personas, después de todo la tierra de Halloween estaba llena de criaturas espantosas de noble corazón. Lo siguió torpemente, hundiendo los pies en la tierra blanca, a pesar de que se sentía fría, asumió que el clima no era el ideal para estar vestido como él con solo amista negra y pantalones del mismo color. Era un ray con poderes especiales probablemente por eso no le afectaba en lo mas mínimo, pero cualquier otra persona o criatura debía estar abrigada ante ese clima.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 06, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Los 50 Clásicos the GazettEWhere stories live. Discover now