Capítulo 1

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Tal vez eres como yo, una soñadora, una perfeccionista, una enamorada sin remedio, que ve la mancha del piso en forma de corazón, tal vez eres como yo, sensible, sentimental y apasionada.

Yo no creí que fuese cierto, pero lo es. Cuando Él pasa, suspiras. Sonrío cuando lo veo, sonrío cuando sonríe y sonrío cuando pienso en él.

Pero afortunadamente, tenemos a los amigos que nos bajan de la nube, antes de que declaremos nuestro amor con un micrófono. Los que evitan que te humilles, que se rían de tí, porque el mundo es así y juzga sin pensar.

-Charles, tierra llamando a Charles, tenemos biología con el ogro en 5 min- dijo Riley moviendo su mano frente a mí.

-Sí, el ogro 5 minutos, ya capté, adelántate al rato te alcanzo-

Puse la clave en mi locker y saqué las 4 toneladas de libros de biología, dicen que el destino siempre hace las cosas por una razón y espero que así sea, porque cuando cerré mi casillero, choqué con él.

-Lo siento mmm...

-Chelsea-

-Hola soy Jaques-

-Ah sí mucho gusto- tranquila por fuera, muriendo por dentro

Levantó los libros del suelo, y no pudo ocultar la expresión de que verdaderamente pesan mucho.

-Una chica como tú no debería cargar con esto.

-¿Cómo una chica como yo?- me estaba haciendo del rogar

-Oh, lo siento en mi mente sonó como un cumplido.

-Entiendo

-Espero verte de nuevo por aquí-

-Supongo que lo harás estudio aquí- 

Se fue, me pegué con la mano en la frente y como era de esperarse Riley, salió del fondo del pasillo aplaudiéndo sarcásticamente

-Tienes una suerte con los chicos.-

-Cállate, todo iba bien hasta que mi boca se abrió por si sola-

-Ah sí mucho gusto Charles hay que practicar esa indiferencia.-

-Si bueno me delató pero no tanto- al ver la cara de Riley- ¿me vi muy obvia?

-Ja!-

-Y eso qué sinifica.

-Mucho

-Dame un número.

-¿Del uno al 10?

-Del uno al 20

-Como 50

Le pegué en el brazo y nos fuimos a biología. Al empujar la pesada puerta de metal del laboratorio, un rechinido hizo que el salón entero se callara.

-Vaya, Seth y Ohare ptra vez, no? alguien debe enseñarles modales a estas chicas, y de paso, señoritas pasen al frente.

El ogro sacó de su portafolio dos numeros de madera con un listón atado en uno de sus extremos, nos los puso en el cuello, y nos señaló la puerta, esa era el numero de alumnos que iban a detención, se quedaban el resto de la clase a "reflexionar" sobre sus acciones.

Empujamos la pesada puerta del salón de detención y le sonreímos a Clara, la encargada de los detenidos.

-Y yo que creía que eras una santa.-

Reconocí esa voz en seguida, era Jaques, al parecer había llegado tarde por mi culpa, 

-Ah, sí bueno, no soy tan santa como todos creen que soy.

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