No es un libro de fantasía, no existe dentro de él magia más allá de la que experimentamos cuando sentimos que el mundo está hecho para nosotros. Cuando somos jóvenes y la vida nos guiña, los sueños nos llenan y los desvelos se nos acumulan bajo nue...
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Tenemos la mala costumbre de creer que los seres humanos podemos considerar la palabra siempre como una medida de tiempo. La naturaleza de la vida misma nos lo prohíbe, como un gusto que jamás hemos de poseer. Te amaré por siempre, ella siempre llega puntual a clases, siempre me arrepentiré por lo que he hecho. Siempre.
—Siempre seremos mejores amigas.
Pero hay una parte del camino donde el siempre se quiebra, como una lámina de hielo delgada en la que te has parado de pronto. Algún día dejarás de amar, ella llegará tarde a clase o te perdonarás por lo que has hecho. Y cuando ese día llegue, el siempre se descubrirá como una necesidad, una débil negación en la que te has protegido en contra de lo inevitable.
Nada es para siempre, pero eso ya todos lo saben. La diferencia está en cómo lo has descubierto.
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Darcie Shearer y Summer Rose han nacido en la cima de la pirámide económica a nivel mundial. Su vida, durante mucho tiempo, se ha limitado a los 8,300 metros cuadrados de una de las propiedades de sus padres. Jamás han tenido la oportunidad de percatarse que no todos viven como ellas y han sido los libros, las películas y las obras de arte los que les han presentado el mundo como realmente es. Como casi realmente es.
La muerte de la señora Rose es lo que le pone un punto final a esa vida de cautiverio. Para alejarlas del lugar donde aquel evento potencialmente traumático se suscitó, sus padres han tomado una decisión que jamás habían contemplado realmente: mandar a sus hijas a la universidad. Esa decisión coincide con el comunicado de una de las instituciones de enseñanza superior más antiguas de los Estados Unidos, aquella que los forjó como profesionales y había mantenido su exclusividad para el colectivo varonil. Dispuestos a abrir las puertas a señoritas de todo el mundo, Darcie y Summer son las primeras integrantes de una nueva generación mixta.
Siendo aquel el sueño dorado de Summer, Darcie no es capaz de expresar en voz alta que la universidad es lo último a lo que quiere dedicarle su vida. En cambio, decide aprovechar ese paso de libertad lejos de sus padres para acercarse un poco más a lo que realmente le motiva a ser alguien en la vida.
Sin embargo, la universidad no las recibe con los brazos abiertos y las novatadas, las bromas pesadas y los comentarios sarcásticos las pondrán en guerra con los estudiantes de antaño. No podrán solas y es así como surge una sororidad, donde las señoritas de esta nueva generación crean sus propias alianzas y se recuerdan continuamente que no están solas.
