26🤖 CAPITULO FINAL

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Sentí una presión inimaginable, si me acercaba o me iba de todas forma lo iba a perder.

Llevé la vista a la gigantesca tina, el vapor que desprendía era alarmante, no podía hacer nada.

—Detente beta19— la escasa voz de Madae inundó el lugar. Ya no sangraba, los químicos dejaron de hacerle efecto.

El cuerpo de Daxon quedó quieto, como si solo reaccionara con la voz del diseñador.

Y entonces se me iluminó el incienso.

—Dile que se aleje de la orilla y que venga conmigo— demandé con voz firme mirando a Madae.

—¿Por qué haría eso? Niña estúpida— jactó.

—Porque tengo pruebas de las cosas ilegales y turbias que hacías y planeabas hacer....— murmuré con voz seca.

Su mirada era profunda, me estaba odiando demasiado.

Río nasalmente.

—Eso no importa ahora, para cuando me busquen yo habré desaparecido del territorio asiático.

Bastardo.

Se levantó como pudo y empezó a acercarse a Daxon.

Me tensé.

—¡Si no es para mi no será tuyo!— gritó tomando el brazo de Daxon, sus ojos eran azules, por eso no se movía.

Negué repetidamente la cabeza.

—¡Suéltalo! Si le haces algo te juro que...!— me callé al ver que se acercaba más a la orilla de la tina.

No no no no.

Corrí hacia él pero me detuvo con su dedo acusador.

—Un pasó más y lo empujo— amenazó— está en modo beta19 y solo me obedece a mi— sentenció.

—Por favor....— no me importaba rebajarme y rogarle para que lo soltara.

Daxon lo valía.

Se empezó a reír como lunático, estaba disfrutando mucho mi dolor.

Mi vista borrosa captó el panel donde se encontraba una pantalla, unas letras aparecieron y capté el mensaje.

"ぢ: ファミダサイ んばち さんばー"

"Di: auto programación activada"

Madae frunció el ceño ante mi silencio.

—Auto programación activada— hablé con voz firme.

Él se sorprendió y soltó a Daxon, queriendo venir a mi, pero algo lo detuvo, Daxon lo tomó del brazo y lo jaló fuertemente más a la orilla.

Mi corazón latía estrepitosamente.

Noté los ojos rojos de Daxon y supe que era él de nuevo.

—¿Qué quieres hacer con él, Mayte?— murmuro Daxon.

—Quiero que sufra...— susurré enviciada por él.

Sonreí de lado.

De un momento a otro Takahashi y Kami hicieron su aparición.

Madae los miró confuso.

—¿Cómo mierda entraron aquí?— bramó

—¿Conoces el polvo del ladrón?— pregunté burlona— claro que no, solo en los barrios más bajos de Tokio lo encontrarías. Su función es fácil. Solo debes esparcirlo donde la persona tocó, y con luz roja puedes apreciar las huellas que dejó, solo era cuestión de minutos saber la clave— finalicé con aire de grandeza.

Perenne。حيث تعيش القصص. اكتشف الآن