Perenne。

8🤖

Capítulo 8

UN CAPÍTULO TRANQUILO Y CORTO. (:

🤖

Yo respiraba agitadamente, cuando lo metió de un jalón solté un gemido y una maldición.

Él estaba quieto, no hacía nada.

—Muévete, entra y vuelve a salir, Daxon— hable con escasa voz

Y lo hizo. Pero actuó tan rápido que sentía que me estaban exorcizando, girando mis ojos parecía poseída.

Se sentía tan real, tan humano hasta que...

—AHHHHHHHH!!! DIABLOS ME ESTÁS DANDO TOQUES!!! ¡¡¡SALTE YAAA!!!— grite como loca, y él de un brinco salió y quedó tirado en el piso mirándome asustado.

Yo me retorcí un poco, dejando que pasara esa sensación.

—Mayte, ¿te hice daño? Perdóname no sé, yo no hice nada, solo sentía que debía hacerlo rápido porque mi sistema lo pedía y empecé a sentir algo y yo... —le grité que parara de hablar, necesitaba recomponerme.

El solo se calló aún mirándome alarmado.

—Mejor regresa a tu habitación, yo estaré bien, mañana hablaremos de esto. — él me miró suplicante— por favor— pedí y él obedeció y se fue.

Me lleve mi mano a mi frente, no lo podía creer.

Daxon iba a tener su orgasmo, pero en vez de eyacular, me iba a electrocutar.

Bueno, eso creo.

Ya me veía en las noticias:

"Chica es encontrada muerta, desnuda y electrocutada.
¿Quien habrá sido el responsable?
¿Un consolador? ¿Vibrador? ¿Quién? ¿Quién?"

Me deje caer en la cama pensando y pensando hasta que me quedé dormida.

🤖

A la mañana siguiente me desperté con unos ruidos, me paré lentamente, no quería hacer movimientos bruscos, sin embargo casi no sentí malestar en mi parte sensible. Preocupada baje a la cocina de donde provenían.

Y me encontré con que Daxon estaba cocinando, bueno si le decimos así, ya que tenía un delantal todo sucio, batía los huevos con la cáscara y los echaba a un sartén sin aceite.
Después volvió a tomar otros huevos, ¿para qué tantos?

Suspiré, para ser robot le falta ese detalle de saber cocinar. Tenía que presentar una queja.

—¿Qué haces?— hablé mirando por la cocina el desastre que tenía.

Brincó del susto y casi se le caen sus huevos.

Gg, mala unión de palabras.

—Te quería preparar algo, busqué en internet como se reconcilian los humanos y leí que podría ser así, cocinando— contestó tímidamente —y quise prepararte un omelett.

Pero más bien el omelett parecía vomito amarillo, y apuesto que no le echo sal.

—¿Perdón porqué? — pregunté queriendo cambiar de tema.

Agachó la cabeza y solo jugaba con la correa de su sudadera.

— Por casi achicharrarte anoche. —soltó así sin más que hasta estupefacta quedé.

—Que especifico eres.— contesté incómoda.

Hizo un mohín.

—Deja eso, hoy desayunaremos afuera. Cámbiate porque estás todo embarrado.— no espere su respuesta y me di vuelta regresándome a mi habitación.