-Vengo por un puesto de secretaria.

-Vaya no se ofenda usted es muy hermosa y natural, nada que ver con las mujeres que contratan aquí altas, hermosas y todo menos naturales.

-Me imagine, ¿señor?

-Jorge, déjeme darle un consejo, sus compañeras serán de todo menos agradables con usted, por favor no les dé gusto y aguante muchos años aquí.

-Lo intentare gracias por su consejo.

-Si gusta a la hora de la comida la puedo llevar a un restaurante muy hermoso que está cerca de aquí.

-Me encantaría.

-Nos vemos entonces (sonrió el joven muchacho) suba por el ascenso al 5° piso, a la izquierda.

Me subí cuando abrió me encontré con una hermosa recepcionista.

- Niña, ¿a dónde se dirige?

- Me llamo Mariah me están esperando, vengo por el puesto de secretaria.

La recepcionista me miro de arriba abajo descarada, se suficiente que no soy el perfil, no hacía falta ese recibimiento.

-Patrick la está esperando, anda súper desesperado, así que mejor apúrese.

- ¿Patrick, me está esperando?

- ¡Si niña!, ¿oye mal?, apúrese entre por la puerta negra grande que esta al final del pasillo.

Oh dios Patrick me espera jamás hubiera pensado eso en mi vida, no tengo que ponerme nerviosa, cuando eso pasa solo quedo en ridículo. Bueno aquí estoy, respiro, abro la puerta. ¡Que guapo es! Hasta se ve mejor en traje.

-¿que se le ofrece señorita?

-Soy la nueva secretaria.

-¡Qué bueno que por fin llega!, porque estas inútiles ni si quiera conocen el significado activo y pasivo. ¡Largasen! (les gritaba a tres secretarias equiparables a  modelos, me sacaban una cabeza y media de altura)

- Así que usted es la que mejor promedio saco en su generación, especializada en contabilidad. Eso necesito va a tener que llevar la contabilidad de la empresa.

-Pensé que comenzaría con cosas mínimas como archivo.

-Eso déjelo para las tarugas de mis secretarias, solo las perdono por lo hermosas que son. (Comentaba en un tono lascivo)

-ahora mismo me pondré con eso, nada más que me indique mi lugar de trabajo.

-Ese es.

Me indico una mesa que estaba a su lado, era tanta mi incredulidad. Era una impresión que me esperara pero ya sentarme siempre a su lado, no se me pasaba por la cabeza, a pesar de lo duro que era llevar la contabilidad de una empresa así, no me importaba en absoluto mientras, tengo a Patrick a mi lado. Con el que soñé desde mi adolescencia, a pesar de saber que para nada sería su tipo, podría quizás con mucha ambición ser una amiga.

-¿Bueno señorita?

-Mariah

-Puede comenzar, me tengo que salir por unas horas, con unos clientes, le encargo las llamadas.

-¡Sí señor!

-¡Ah! ve a esa rubia medio bruta que está en la puerta se llama Jennifer, atiende las llamadas de presidencia, cualquier duda le puede consultar.

- De acuerdo.

-Nos vemos.

Empecé a hacer la contabilidad pero me hacía papelería, así que con resignación me acerque a Jennifer me imagine que me iba a tratar horrible.

-Perdone, me llamo Mariah, me podría ayudar con un asunto.

- Si claro, me da mucho gusto que me venga a saludar, porque con el ogro del jefe me siento agobiada.

-Me cuesta creer que alguien tan hermoso sea así.

-No lo conoce, siempre me esta grite y grite, digamos que me ha salvado por mi hermoso cuerpo, de vez en cuanto ya sabes se le antoja.

- No te entiendo.

-Ni falta te hace estas muy joven para entenderlo.

-¡Ya es la hora de comer!, ¡vámonos!

-Todavía no concluyo.

-No que te sucede tienes que comer, no le hagas caso al ogro. Ya me acordó me invito a comer Eduardo el policía de la recepción.

-No te juntes con ese fracasado, solo anda viendo a que niña seducir.

Ante mi asombro esa rubia torpe, no pensé que se me acercara y mucho menos que quisiera tener una amistad conmigo, aunque no era de juntarme con ese tipo de personas, he de reconocer que todo es divertido a su lado, hasta su manera extravagante de pedirle a los camareros me hace reír.

-Señor queremos dos especiales de la casa, de lo mejor.

-Claro hermosa por usted bajaría el cielo. (Decía el camarero)

-No me conformo que me traiga de comer.

-Tienes muchos admiradores.

Todos los presentes en el restaurante se giraban a verla, era inevitable con esas hermosas piernas largas.

-Si lo sé pero ninguno merece la pena, estoy buscando un príncipe rico.

-Yo creo que con paciencia si te va a llegar.

-Sabes aunque sé que piensas que es fácil para mí conseguir eso, no es de ese modo, la mayoría de las personas al verme solo se les viene un pensamiento y no se paran a considerar que soy una persona con sentimientos, e igual que una chica como tú quiero algo serio. Pero siempre que pienso que va a ser así, es una decepción, les gusta jugar.

-Y el guapo de tu jefe como dices, es el primero que es de esa manera, con todas las mujeres juega, incluida yo. No creo que intente seducirte ya que le gustan las mujeres llamativas. Y tú eres pequeña inocente y natural, no corres peligro.

Así transcurrió el día, me decepcionaban esas palabras yo sabía que ama las mujeres de ese modo, pero tanto como ogro y una persona que juega con los sentimientos de los demás, no me lo esperaba. Es tanto mi amor platónico que ya nada me importaría, me conformo con verlo y soñar despierta e idealizarlo como un príncipe.

Mi amor platónicoWhere stories live. Discover now