Capítulo 31: Es complicado

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«Las personas suelen hacer eso. Yo suelo hacer eso, ocultar partes de mí mismo para agradarles al resto. Y mentiría si dijera que no es la forma en que lo he hecho contigo también. Porque quiero gustarte. Quiero que pierdas la cabeza por mí, como yo la he perdido por ti. Dime que es absurdo. Dime que no tiene ningún sentido arriesgarme tanto, porque si te lo contara todo...».

Joder, no.

No.

La respiración se me detuvo por una fracción de segundo, y luego me impulsé para bajar de la cama, sintiendo el pánico recorrer mi cuerpo. Los latidos de mi corazón resonaban por mi cabeza mientras un solo pensamiento permanecía en ella: No había guardado la bolsa. El frío y el calor, junto con el sudor, me golpearon por partes iguales.

Abrí la puerta del ante baño, donde me encontré con la puerta el baño cerrada, y mi bolso negro recostado contra la pared, abierto, a tan solo un par de centímetros. Soltando un suspiro, me incliné para poder tomarlo por las correas, cuando el sonido de una abertura me hizo dar un respingo.

Y entonces ocurrió lo peor. Solté una de las manijas.

En cámara lenta, pude ser testigo de cómo todo el contenido de la bolsa caía hacia el suelo, causando un estruendo insoportable y, sobre todo, causando que la mirada de Harmony se dirigiera a todas las bases y correctores de distintas marcas esparcidos por el suelo, en todas las direcciones.

Sentía que no podía respirar.

—No es lo que crees —balbuceé finalmente.

Dios, ¿Qué importaba lo que pensara? Cualquier cosa que pasara por su mente sería mejor que la verdad. Tal vez no mejor, tal vez solo más sencillo y bonito de oír.

— ¿Qué es lo que creo? —indagó, más calmada de lo que hubiera esperado.

—Yo, yo...

Yo, ¿Qué?

Paseé la mirada por todo el lugar con desesperación, esperando encontrar una respuesta en alguna parte de mi cabeza. Los dedos que sostenían mi bolso comenzaron a temblar, y me obligué a soltarlo.

—Eh, tranquilo... ¿Quieres que te ayude a recogerlo?

Aturdido, asentí con la cabeza, sabiendo que si abría la boca, me derrumbaría de inmediato. Ella comenzó a colocar algunos frascos dentro del bolso. Al principio, todo lo que pude hacer fue observarla, sintiendo como si mi corazón fuera a escaparse por mi garganta. Quise arrodillarme y ayudarla, pero no podía moverme. Me sentía congelado en mi lugar. Cuando volví a observarla, se encontraba parándose con mi bolso en su mano derecha.

La imagen me causó repulsión.

—Dámelo. —Me observó con los ojos bien abiertos cuando le arrebaté la bolsa con brusquedad. Tomé una respiración profunda. Necesitaba salir de allí—. Voy a tomar aire.

Dejé el bolso devuelta en suelo. Ya no me importaba.

Abrí la puerta del baño, jadeando en busca de aire. Harmony me siguió, pisándome los talones.

— ¿Ahora? —cuestionó. No miré hacia atrás cuando tomé mi abrigo y mi celular.

—Sí.

— ¿Quieres que vaya con...?

—No.

Sin decir más, abrí la puerta de la residencia y hui sintiéndome un imbécil por no ser capaz de mirar hacia atrás... siquiera una vez.

...

HARMONY

Alexander no me dirigía la palabra.

Destruyendo al chico ideal (CI #1)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora