CAPÍTULO 18

17K 1K 641
                                    

Venimos con Enzo de camino al aeropuerto, él viene conduciendo, estamos escuchando música, muy a gusto y disfrutando de las vistas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Venimos con Enzo de camino al aeropuerto, él viene conduciendo, estamos escuchando música, muy a gusto y disfrutando de las vistas.

—Daddy ya dime a dónde vamos —hago un puchero intentando convencerlo.

—Pequeña ya te dije es una sorpresa, no lograrás que te diga nuestro destino —habla firme y segura a su respuesta.

—Enzo jamás me subí a un avión y la verdad no es que me agrade la idea de hacerlo.

—Estaré contigo, nada pasará —me tranquiliza.

—Está bien —me cruzo de brazos resignada, ya que no me dirá nuestro destino.

Pasada una hora de viaje llegamos al aeropuerto, una camioneta negra nos está esperando, de ella bajan un montón de hombres vestidos de negro.

—¿Quiénes son? —interrogo curiosa.

—Son nuestra seguridad Pau, mira puede que en este último tiempo me haya hecho un empresario un poquito más famoso que antes, así que no está demás la seguridad

—Oh de acuerdo —me toma de la mano y caminamos con los hombres rodeando nuestro espacio, la verdad es que es raro todo esto.

Cuando estamos a mitad de la acera por ingresar al aeropuerto un montón de flashes dan directamente en mi rostro, seguido de muchas personas haciendo un montón de preguntas.

—Señor, ¿Ella es su novia?

—Sí —responde Enzo sin más.

—¿Qué se siente ser tan joven y ya tener todo un imperio? —Enzo ignora esa y todas las demás preguntas que le siguen.

¿De que hablan? Pienso.

Los guardias nos abren paso y pasados unos minutos llegamos a un gran avión.
—Subamos pequeña —él me da una de sus típicas sonrisas perfectas.

—¡Es inmenso Enzo!

—Lo sé, es mío y puedes usarlo cada vez que quieras.

Lo miro con la boca abierta, digo si sabia que era rico, pero wow. Nos subimos y a los pocos minutos despegamos.

—Necesita algo señor — pregunta una azafata, mientras coloca una mano en su hombro, acto que no pasa desapercibido ante mí y me mira de con cara de pocos amigos de arriba a bajo.

—¿Amor tú quieres algo? —me interroga Enzo.

—Sí amor, agua por favor.

—Para ella agua y para mí lo mismo —habla frío y la chica se retira a buscar lo que pedimos.

—¿Estás nerviosa Pau?

—Si un poco, aunque no es tan terrible como lo imaginé.

—Tranquila, estoy contigo —me sonríe y a los pocos minutos llega la chica.

Yes Daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora