•ÚNICO•

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La tormenta no paraba, era inevitable.

Estas navidades no podrían pasarla con los padres de Jimin como cada año.

Antes de que todas las tiendas cerraran por obvias razones, volvieron a casa con brazos cargados de bolsas y un arbolito nuevo el cual debían decorar.

Jamás pasaban navidades en su hogar por la misma razón, pero en el momento que aquella tormenta cayó se prometieron que eso no podía volver a pasar y ellos desprevenidos.

–Yoongi, cariño, empecemos de una vez, así terminamos antes y descansas un poco.

–¿Y tú no piensas descansar? –Le miré confuso

–Claro que sí, pero primero pienso hacer unas cosas del trabajo cariño, es mejor asegurar.

–Nada de eso, son fiestas, es casi navidad que se vayan al carajo.

El solo atinó a carcajear y sonreír con dulzura hacia el contrario. Jimin sin ser consciente de los efectos que hacía en el mayor

De a poco las bolsas desaparecieron y la sala de estar parecía otra cosa que una sala. Alguna que otra cosa en el suelo, muebles, sobre todo en la mesa del pequeño comedor. Jimin y Yoongi se dirigieron a su habitación en donde se colocaron ropa cómoda para realizar la labor.

Robando dulces besos el uno al otro lograron volver al centro de la casa en donde les esperaba un árbol en el suelo cerca de la puerta principal. Mover muebles para hacer espacio para el nuevo intruso de su pequeño hogar, porque para ellos no era otra cosa que eso, su hogar.

Siendo conscientes de la hora y que si querían descansar lo necesario debían apresurarse, logrando lo contrario pero divirtiéndose en el proceso.

Los adornos fueron llenando el árbol de a poco. Jimin se había dirigido a la cocina para hacer algunas galletas sumamente sencillas que solía hacer su madre siempre que llegaban a Busan.

Park Jimin se sentía extraño de estar en su propia casa en navidades, siempre trataban de pasarla con los padres de ambos o cada quién con su familia. Le recordaba a la primera navidad que tuvieron juntos, casi 3 años desde ello, sin embargo Jimin se sentía a gusto, con Yoongi siempre era y será feliz.

Vuelve a la realidad cuando siente los brazos de Yoongi rodearle por la espalda.

–¿En qué piensas mi amor? –Susurra dejando un beso en su mejilla.

–Pensando que es como la primera vez.

–¿Primera vez de qué? –Me suelta un poco para colocarse a mi lado dejando una de sus manos en mi cintura.

–La primera navidad juntos Yoongi-Hyung. Se siente casi igual, solo que somos 3 años más viejos. –Comento haciéndolo reír.

–¿Hace 3 años ya? ¿Tan rápido? –Asiento. –Wow... Es cierto cuando dicen que cuando menos esperas el tiempo pasa volando.

–¿Pasó volando? No lo vi para atraparlo. –El mayor solo volvió a reír.

Dejé las galletas en el horno para volver a la sala en donde el árbol se encontraba totalmente decorado y allí es donde me pregunté. ¿Tanto tiempo me quedé en mis pensamientos?

–Quedó muy hermoso Hyung. –Al voltear casi caigo al no darme cuenta de tenerlo tan cerca.

El me sujeta para evitar mi caída haciéndonos quedar a solo unos milímetros. Me ayuda a estar levantado en el suelo correctamente y luego me mira con sus ojos oscuros. No llego a resistir demasiado cuando junto sus labios con los míos.

Una pequeña pero armoniosa danza sobre los labios del otros, suave, lento y sin prisa. El tiempo parecía detenerse solo para ellos, momentos que llegan a guardarse perfectamente en la memoria del contrario.

Se sonríen al separarse levemente, terminando por abrazarse y acariciar la espalda del contrario. En celular de Yoongi termina por sonar y aquello, lamentablemente, nos hace separarnos.

Namjoon y Seokjin Hyung se encuentran en la pantalla del celular, el sonido de sus voces se hace escuchar al saludarnos de manera ruidosa pero agradable.

–Heeey, ¿Qué tal? Vimos en las noticias sobre la tormenta y nos preocupamos por ustedes ¿están en su casa cierto?

–Claro que si Jin hyung, no te preocupes. –Dice Yoongi calmado.

–¿No les paso nada tampoco?

Yo empiezo a reír para luego contestar.

–Ni siquiera logramos salir de Seúl, fuimos a la tienda, compramos unas cosas rápidas y volvimos a casa. Estamos bien.

–Es un alivio que estén bien, mocosos. –Namjoon por fin habló desde que comenzó la llamada.

–¿Han hablado con los otros mocosos?

–Hablamos con ellos hace unos minutos, también nos dijeron que estaban bien. Que se quedaran todos en casa de Kook.

Me doy cuenta de que las galletas comienzan a desprender su característico olor por lo que me disculpo y me retiro rápidamente a la cocina. Llegando rápidamente y sacándolas del horno. Las galletas estaban perfectamente horneadas y listas para comer.

Tomo algunas y las demás las guardo en el respectivo frasco en donde las guardamos todas y luego las vamos comiendo de a poco. La primera vez que se hicieron galletas en esta cocina se habían quemado y no logramos comer nada, terminamos pidiendo pizza.

Vuelvo a la sala nuevamente en donde el mayor comienza a despedirse.

–Hasta luego Jin hyung, cuídese mucho.

–Tú también Jiminie, cuidado con el ogro ese que tienes. – El mayor solo cortó la llamada y yo solo logre echarme a carcajadas.

–¡YAH! ¡Jiminie!

–Perdón hyung, fue algo gracioso–Yoongi bufó y yo le bese los labios en un beso corto. – Mi ogro, te amo.

–Yo también Minnie.

[...]

La tormenta seguía pero eso no afectaba los cuerpos que se acurrucaban perfectamente sobre la cama matrimonial de aquella habitación. Repartiéndose mimos en uno al otro con paciencia, suavidad y amor, sobre todo amor. Eso era lo que más sobraba.

Casi 3 años de relación y ellos se seguían sintiendo como unos adolescentes de preparatoria, los cuales se veían a solas en la biblioteca por minutos contados entre clase y clase. Las mejillas sonrojadas del otro y los comentarios algo extraños del restante.

Los padres de ambos chicos habían llamado por la tarde después de una agotadora hora de recoger el reguero que había quedado luego de decorar lo restante en la casa. Ambos se sentían satisfechos de cómo se veía su humilde hogar, el cual habían comprado para ambos hace algunos años atrás.

–Ha sido agotador el día de hoy Minnie, deberías dormir. Lo del trabajo lo vemos mañana entre ambos, pero descansa mi vida.

–Ay Yonnie, me tienen agotado física y mentalmente. Son demasiado estrictos y sólo porque soy nuevo en la editorial. –Hice un pequeño puchero y a cambio recibí un beso.

–Podrías hablarlo con el superior a cargo, he visto cómo te desvelas para poder completar muchos informes para el día siguiente llegar con la misma cantidad de trabajo.

–Lo se Yonnie, lo hablaré mañana o después. –Mis ojos inconscientemente se empezaron a cerrar, no había podido dormir bien estos últimos meses y me agotaba el doble las actividades físicas. –Descansa Yonnie, te amo.

El solo beso mi frente con cariño para susurrar.

–Dulces sueños amor.

Y con eso caímos en los brazos de Morfeo





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Esto se supone que lo iba a subir en navidad, pero, llegó tarde.

Escribiendo...

–Niko

Sweet Dreams - YoonminWhere stories live. Discover now