Day 5: Rimming

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-No sé por qué insistes en ver películas de miedo si siempre terminas aterrorizado- le amonestó el menor sobando su cabellera.

-Lo hago para tener una excusa convincente para que te quedes a dormir- trató de bromear el pelinegro, aunque su voz temblaba.

-¿Qué pasa si te digo que debo que volver a casa porque mañana tengo que entregar un trabajo?

El rostro del mayor mutó a una expresión de auténtico pavor.

-Llévame contigo a casa, no me dejes solo.

-Es broma, no tengo nada que hacer. Igualmente no estarías solo, están tus compañeros de piso.

Jooheon miró inconscientemente la puerta de su habitación. En el salón se escuchaban a sus amigos haciendo una fiesta, aunque él había preferido quedarse en su habitáculo con el de cabellos claros y ver una película.

-Entonces... ¿Vas a quedarte a dormir?

Changkyun le regaló una expresión risueña y ojos brillantes de amor. A simple vista podría parecer que era él quien constantemente necesitaba cuidados del mayor pero lo cierto es que Jooheon en ocasiones podía llegar a ser inocente y temeroso como un niño.

-Claro, honey. Vamos a hacer una cosa: salimos al salón y nos hacemos con alguna botella. Y, si te apetece, vemos algo divertido a ver si consigues relajarte un poco.

El pelinegro se levantó de la cama y se puso una camiseta. Miró a su pareja, quien buscaba en el ordenador cualquier cosa para ver. Changkyun no se daba cuenta de que él ya no era tan temeroso como antes, por lo que siempre funcionaba la excusa de la película de miedo. No es que fuera el hombre más valiente de esa habitación, pero desde luego que no estaba tan aterrorizado como el menor suponía. O eso es lo que se decía a sí mismo. Salió de la habitación y saludó a los presentes; preguntas de cortesía, algunas bromas para romper el hielo y no tardó demasiado en hacerse con una botella de ron y un par de vasos. Cuando volvió, alzó sus tesoros y guiñó un ojo al joven.

-Que empiece la fiesta.

-Agradezco no tener mañana clase, no me apetece llegar con resaca a primera hora.

-¿Qué vamos a ver?

-He decidido que por qué no mejor vemos Show Me The Money.

Jooheon tomó el rostro de su pareja y besó con ternura sus labios.

-Tú sí que sabes cómo conquistarme.

-Te conozco demasiado bien- presumió el joven.

Ambos estaban muy metidos en el programa, ron endulzando sus paladares. Sin embargo, Changkyun no pudo evitar sentir ciertos celos de Mad Clown, pues su novio repetía una y otra vez que era su hombre ideal. Sabía que era un sentimiento irracional y que Jooheon sólo le profesaba amor de fan, pero una parte de él no podía evitar sentir esa molesta sensación. No es como si él no tuviera ídolos con los que se acostaría sin dudarlo. Bebió de un sorbo lo que quedaba en su copa y se sirvió otra. Se sentía embriagado, aunque no tanto como para no ser consciente de lo que ocurría a su alrededor. El pelinegro estaba pegado a la pantalla, exclamando en alta voz cuando una actuación le emocionaba. Paseó su mirada por el cuerpo del mayor: su cabello revuelto, sus abultados labios abiertos por la sorpresa, las venas de su cuello en tensión... Siguió bajando la mirada por su fuerte espalda, llegando a esos maravillosos muslos. Por supuesto, se detuvo en admirar el trasero del mayor, el cual era perfecto. Volvió a beber y estiró su mano para acariciar superficialmente su objeto de deseo. Jooheon apartó la vista de la pantalla y le regaló una sonrisa.

30 Days of Smut (JooKyun)Where stories live. Discover now