Day 17: Sexo con comida

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Jooheon había sido un encanto con él. Lo había cuidado y mimado los días que había estado peor con ansiedad. Es por eso que Changkyun quería tener un gesto bonito con su novio, aunque él no fuera del perfil romántico. No solía cocinar demasiado pues le resultaba inútil desperdiciar tanto tiempo haciendo la comida para devorarla en pocos minutos. Pero se sentía confiado de sus dotes culinarias, por lo que preparó un postre que, honestamente, estaba delicioso.
Y ahí estaba el pelinegro comiendo a dos carrillos en el sofá de su casa. Le encantaba verle comer, era demasiado cute. Por lo que se dedicó a alimentarle, disfrutando de como el mayor abría la boca como un niño pequeño esperando su comida.
-¿La nata también es casera?- preguntó con los ojos enormes por la sorpresa. El joven asintió orgulloso de sí mismo- Tienes que cocinar más a menudo.
- Pero es aburrido- lloriqueó.-Cuando nos casemos, tú serás quién cocine.
Se sonrojó al darse cuenta de lo que había dicho sin pensar, por lo que mutó su expresión a una neutra para no ser delatado. Pero el pelinegro lo miraba con esa sonrisilla tonta que se le formaba cada vez que quería molestarle.
-¿Me estás pidiendo matrimonio?
-Más quisieras- lo retó con una ceja levantada.
- Ya sabía que yo que me tocaría a mí pedirte la mano- el de cabellos claros se atragantó- No me refiero ahora, sino más adelante.
-¿Cómo estás tan seguro de que vamos a durar tanto? Tu relación más larga fue de ¿cinco meses?
-En realidad fueron seis. Y no te hagas el duro porque ambos sabemos que te mueres por mí.
- Bueno, esa es tu opinión.
Jooheon soltó una carcajada, siendo imitado por su novio.
-Te quiero tanto…
Acarició el pelo de la nuca de Changkyun, observándolo con deleite.
-¿Soy guapo?
-Ufff, no sabes cuánto. ¿Me das un besito?
El menor hizo el amago de ir a besarle pero, en el último momento, le manchó los labios con nata. El pelinegro se llevó un dedo a la boca para recoger la nata y lo chupó. Aunque su gesto no pretendía nada más que saborear el dulce, aquello encendió a su novio. Con el índice y el corazón tomó más nata y se lo ofreció. Jooheon le observó divertido.
Abrió la boca, sacando ligeramente la lengua, y chupó ese par de falanges de forma sensual, haciendo contacto visual con él. Changkyun volvió a repetir la acción, aunque esta vez le metió los dedos en la boca, penetrándola, jugando con la lengua del mayor.
-¿Quieres que siga alimentándote?
Ante el asentimiento entusiasta, se levantó del sofá bajo la atenta mirada del pelinegro, y fue a la nevera a por la nata que había sobrado. Se quedó de pie con el bol en la mano, debatiéndose si debía ir más lejos con el juego. Jooheon, al ver la indecisión dibujada en el rostro ajeno, decidió tomar la iniciativa.
-¿Por qué no te desnudas y dejas que la coma de tu cuerpo?
- Vamos a mancharlo todo.
-Eso te lo aseguro, bonito- dijo con un guiño.
Agarró de la cabeza al pelinegro y la llevó a su entrepierna.
-¿Quieres comerla de aquí?
Jooheon se levantó como si tuviera un resorte. Agarró el rostro ajeno con ambas manos, sus cuerpos completamente pegados, y lo besó con gula.
-Voy a hacer que te corras en menos tiempo del que te gustaría- susurró contra sus labios- Y, cuando eso pase, voy a comerte el culo hasta que te vuelvas a correr. Y cuando creas que se ha terminado todo, te follaré duro.
La polla de Changkyun estaba a reventar, podía notarla bajo los pantalones.
-Me encanta cuando me hablas guarro, pero me gustas más cuando no puedes hablar porque tienes la boca ocupada.
El pelinegro rió, propinándole una nalgada de aviso.
-Y a mí me encanta cuando te pones dominante porque así, cuando te tenga pidiendo por más debajo de mí será mucho más placentero- le desabrochó el botón del pantalón y paseó un dedo por encima de la apretada ropa interior- ahora te quiero desnudo en mi cama porque hay que aprovechar esa deliciosa nata que ha sobrado.
Changkyun sabía que sus compañeros podrían llegar en cualquier momento, al igual que sabía el morbo de Jooheon por hacerlo en sitios donde podían ser descubiertos. Por eso, con actitud segura, se desnudó lentamente y se huntó nata en el pecho. El pelinegro sentía el corazón desbocado por la adrenalina. Recogió con la lengua la nata de los pezones, notando el contraste de texturas. Con los dientes agarró uno de los piercings y tiró un poco, haciendo que el menor echase para atrás su cabeza por el gusto. Bajó por su estómago besándolo, hasta llegar a su objetivo. Con decisión, puso nata en la erección y se la metió por completo en la boca. Tuvo que ahogar una arcada, pero se había prometido hacerle llegar pronto, por lo que movió su cabeza con rapidez.
-Jooheon, no tan rápido.
-¿O qué? ¿Te correrás en menos de tres minutos?- dió un lengüetazo a sus testículos, disfrutando del sufrimiento ajeno.
Changkyun tomó una respiración profunda tratando de tranquilizarse.
-Solo por esta vez y porque puede llegar alguien en cualquier momento.
Jooheon había olvidado donde se encontraban, volviendo a excitarse por ello. Succionó mientras jugaba con su lengua, arrancándole intensos gemidos. Podía notar como se retorcía por el placer, por lo que comenzó a acariciar el cuerpo ajeno con ambas manos. Lo tenía a punto. Cuando arañó su espalda mientras acariciaba sus testículos y chupaba, Changkyun se corrió en su boca soltando un profundo gemido. Estaba muy sensible, y el pelinegro no paraba de estimular su cuerpo.
-Me toca- formuló con la voz grave y cierto esfuerzo tras el primer orgasmo de la tarde.
Jooheon quería desnudarse y dejarse llevar, sin embargo su tendencia dominante le hacía querer seguir en su rol.
-Apoya las manos en el respaldo, aún no he terminado contigo.
El menor fue puesto en esa posición a la fuerza al hacer el amago de resistirse. Le encantaba la forma hambrienta en que Jooheon le estaba mirando el culo.
-Nos van a pillar- susurró.
-Lo tengo todo bajo control.
El menor confiaba en que tuviera razón, pues estaba desnudo, pegajoso y en una postura comprometida. Jooheon se arrodilló tras él y le abrió los glúteos. Le encantaba ese hoyito que le invitaba a cumplir todas sus fantasías. Tomó un poco de nata y, con la lengua dura, comenzó a dar lengüetazos sobre el ano de Changkyun. Se escuchaban los chasquidos de la lengua jugando con su culo, haciendo que volviera a calentarse. Aún se sentía aturdido por el primer orgasmo, pero una discreta erección comenzaba a nacer. La verdad es que la situación y el que pudieran ser vistos le estaba gustando, por lo que empujó su trasero contra la cara de Jooheon. El mayor hacía círculos con la punta de la lengua, esperando dilatarlo un poco. Notaba como el ano de Changkyun palpitaba por la excitación, por lo que decidió echarle más nata y hacerle disfrutar con el contraste de temperaturas.
-Méteme un dedo- jadeó acalorado.
Así lo hizo, sin olvidar de estimularlo también con la boca. Cuando flexionó el dedo en su interior y escuchó su nombre siendo gemido, siguió con el movimiento hasta hacerle tener otro orgasmo, aunque esta vez no eyaculó tanto. Aprovechando que el menor se había dejado caer en el sofá agotado, se desnudó y comenzó a masturbarse viendo lo dilatado que estaba. Se subió encima de su novio y mordisqueó el lóbulo de su oreja.
-Voy a follarte, Changkyun. Necesito correrme en tu culo.
-No puedo más.
-Sé que puedes, bonito.
El menor giró su rostro para poder besarle.
-¿Y si te la como?
-No hay trato. Dejé bien claro qué iba a hacer contigo- frotaba su polla contra su culo- Y quiero que me lo pidas.
El menor estaba más que encantado con la situación. Cuando el pelinegro sacaba su lado dominante le hacía temblar de anticipación. Pero también le gustaba hacer el rol de impertinente, así que negó con la cabeza a pesar de que sus caderas se movían al ritmo de las de Jooheon.
-No voy a suplicar para que me folles.
-Oh, sí que lo harás- tanteó su entrada con un par de dedos- Te encanta jugar a que tienes el control pero tu cuerpo me está diciendo otra cosa.- metió los dedos, sacándole un quejido- Estás tan sexy ahora mismo... pero vas a acabar mordiendo el cojín para que los vecinos no te escuchen.
Aquel par de dedos sabían cómo moverse y en qué punto dar para tenerlo gimiendo contra su voluntad.
-Algún día me vengaré por esto.
-Cuando quieras.
Soltó un suspiro cuando se sintió vacío, pero no tardó en tener la gruesa erección de Jooheon picando su entrada.
-¿Vas a follarne ya o qué?-cuestionó con impaciencia.
-Hasta que no me lo pidas no. Dilo.
Se resistió con todas sus fuerzas, pero la presión contra su ano era cada vez más evidente, al igual que sus ganas de ser penetrado. Miró a su novio por encima del hombro.
-Te quiero dentro.
-Nah, no es suficiente.
-Maldita sea, Jooheon, que me la metas- soltó un profundo gemido al ser penetrado aunque, para su sorpresa, eran tres dedos. Lo miró con fastidio, haciendo reír al otro.
-¿Tan desesperado estás?
-Me tienes cachondo y enfadado, basta.
-Voy a por un condón y te hago lo que quieras.
Se levantó de encima y le dió un beso en la mejilla. Se sentía muy vulnerable estando boca abajo y abierto, por lo que se levantó mientras el pelinegro volvía. Jooheon, al verle de pie, lo tomó del brazo y lo arrastró hacia la cocina. Lo empujó contra la mesa y le abrió las piernas, colocándose en medio.
-Y luego querrás que te cocine en el mismo sitio donde me follas.
El mayor rió, penetrándole de una. Estaba demasiado duro como para esperar más. Sus movimientos pélvicos eran violentos y profundos, haciéndole gruñir por el esfuerzo. Cuando sintió que se venía, mordió el hombro del menor para ahogar sus jadeos entrecortados. Le agarró con fuerza las caderas y se la clavó hasta los testículos, corriéndose escandalosamente. Changkyun le acarició el pelo mientras observaba como disfrutaba los últimos coletazos de su orgasmo. Necesitaba una ducha con urgencia, y recoger todo ese estropicio antes de que llegara alguien, pero no se movió hasta que su novio se sintió completamente recuperado.
-¿Quieres que te ayude?
-No creo que pueda correrme una tercera vez. Lo he disfrutado mucho, no te preocupes.
-¿Seguro? Puedo hacerlo como más te guste: con la boca, con un juguete…
-No hace falta, en serio. Estoy seco. Además, el objetivo del sexo no es el orgasmo sino el disfrutar. Y yo lo he gozado. Pero creo que no voy a poder eyacular en días.
-Entonces, ve a ducharte mientras recojo y ahora te sigo. ¿Ha estado bien?
Changkyun dejó caer sus brazos lánguidamente sobre los hombros de su novio, y lo miró con ternura.
-Me vuelve loco cuando te pones dominante. En épocas de mucho estrés es lo que necesito, ceder el control. Te quiero, gracias por darme tanto placer.
-Eso raro que me agradezcas eso pero, el gusto es mío. Estás para comerte.
-Te quiero infinito, Honey.
-Oh, dios, me matas. ¿Cómo puedes pasar de ser un vicioso a la persona más tierna del mundo?
-Ese es mi encanto personal- guiñó un ojo coqueto.
-Yo también te quiero infinito.- Se dieron un besito y se dispusieron a hacer lo que habían dicho.
Mientras Changkyun se lavaba no podía dejar de revivir lo que acababan de hacer. Si cada vez que le cocinara iban a terminar follando guarro tendría que cocinar más a menudo. Se rió de sus propias ocurrencias.- ¿Ya estás riéndote solo?
La cortina de la ducha se abrió, dejando entrar al pelinegro.
-¿Has limpiado bien? ¿Te has asegurado de que no hayamos manchado nada?
-Shhh, disfruta del agua cayendo sobre tu piel. Todo está bien limpio y he puesto una barra de incienso para camuflar el olor.
El de cabellos claros asintió, tranquilizando su ansiedad y dejándose llevar por el tacto de la esponja y el agua tibia.

30 Days of Smut (JooKyun)Onde histórias criam vida. Descubra agora