¿Que mis ojos se habían negado a ver solo porque no lo vería a él?

Eso era algo realmente tonto, pero la realidad era que cuando el estuvo junto a mi, mis ojos me permitieron apreciar una vez más la luz.

¿Para poder verlo a él?

No lo sabía y estaba desconcertada negándome a girarme para no tener que ver esos ojos.

¿Que hacía él ahí?

¿Y por qué mis amigas no lucían impresionadas?

—Oh amiga, no lo puedo creer —Abi fue quien se abalanzó a mis brazos —Marcus tiene que ver ésto —me soltó y salió corriendo, suponía yo que tras mi hermano.

—Yo… este… —su mirada estaba clavada en mi, podía sentirla, aprendí a apreciar eso en pocos días.

—Entonces si puedes ver, ¿Ya lo viste? —Laila siempre tan directa.

—Diganme por favor que esto no fue obra de ustedes —articule muy bajo, pero estaba segura que me escuchaba.

Quería y me hacía creer que sino se había acercado era o porque de verdad estaba cumpliendo con lo que le pedí, o solo me daba espacio para que me acostumbrara a la magnitud de su presencia.

Es que sí, estaba siendo imponente en ese momento, nunca lo vi así, pero esa vez no pude evitarlo, ya mi cerebro había asimilado no volverlo a ver en mucho tiempo, y más cuando perdí la vista, creí que no lo vería nunca más, el que estuviera ahí me dejaba en estado traumático.

—¿Nunca creíste que nosotras nos quedaríamos sin hacer nada sabiendo que sufrias? ¿Verdad? —A veces adoraba a mis amigas pero sus actos me sacaban de quicio.

Sin embargo sentí eso como una especie de traición. ¿Por qué lo sentía así? No tenía idea.

Pero él estaba lejos de mí porque yo lo decidí así, era lo mejor para ambos, en el momento de la decisión fue lo mejor para él, que ellas lo hubieran traído y que el fuera aceptado solo significaba una cosa.

Mason había dejado todo por volver.

—¿Pero quién les dio ese derecho? —solté tomando mi cabello entre mis manos y caminando de un lado a otro.

—Camila nosotras… —Esme intento hablar.

Era algo tonto que me enojara con ellas, pero habían pasado por encima de lo que yo quería, cuando yo con ellas nunca interferí en nada.

—Era mi decisión Esmeralda, yo lo decidí así, y si lo hice fue por algo, ustedes se suponen que me entendían.

—Lo hacemos pero… —esa vez quién interrumpió no había sido yo.

—Yo fui quién las buscó, porque nunca me fui —Sus manos se posaron en mis hombros para detener mi andar —Y nunca me iré.

Su contacto en lugar de hacerme débil, por alguna extraña razón me dio una fuerza que sentí escasa desde la última vez que lo vi, fue como una especie de vitamina que me daba una energía que desbordaba todo mi cuerpo, y solo suspiré, respire y me armé de todo el valor que pude para girarme y enfrentarme a esos ojos.

—Nunca me dejaste explicarme, y ésta vez en venido para que me escuches —defintivamente lo que yo amaba a ese hombre era más grande que yo.

—¿Por que así?

—¿En realidad hubieras decidido escucharme si te lo decía? —negué con la cabeza siendo sincera —Ahí tienes —soltó una pequeña risa nasal que me derritió, lo que creí que lo extrañaba no era ni la mitad de grande de lo sentí en ese momento, me di de bruces contra él.

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Where stories live. Discover now