CAPITULO 19

649 54 22
                                    

Nunca es bueno creer que se tiene algo seguro en la vida.

Yo siempre había creído que la vista era solo algo prestado, que en algún momento quién lo había hecho algún día llegaría y me la quitaría.

Cuando sucedió creí que no era momento de llorar, sino de sonreír porque por fin había sucedido.

Lo que tanto miedo temía a que sucediera, ahí estaba y no me había asustado, simplemente comenzaba a asimilarlo.

Pero simplemente estaba adelantándome a los hechos.

¿Por qué lo digo?




Creo que había estado muchísimo tiempo tirada entre esos dos coches y en el caliente asfalto, porque cuando empecé a escuchar voces, y estaba siendo levantada de entre ellos en una camilla por varios enfermeros, ya no resplandecía el sol porque podía sentirlo en la piel, lo que tenía miedo era a abrir mis ojos y solo encontrar oscuridad.

Fui llevada de regreso a la clínica, ¿donde me llevaron?, no lo sabía puesto que siempre tuve los ojos cerrados con temor a abrirlos, pero dolían, dolían demasiado y mi cabeza quería explotar.

Lo último que escuché fue la voz de mi doctor al entrar a aquel pequeño espacio en el que me encontraba, de ahí en adelante no supe más, me colocaron muchos aparatos y volví a perder el conocimiento.


Al despertarme una vez, sentía que algo cubría mis ojos, por instinto fui llevando mis manos a ellos y sentí una especie de gasa y venda cubriéndolos, y la verdad era que me dolían, ardían y punsaban más que nunca.

Había comenzado a desesperarme un poco, tenía la necesidad de querer abrir los ojos pero dolían y lo que estaba cubriéndolos me impedía esa acción.

— Oh Cariño has despertado ¿estás bien? — escuché la voz de mi madre hablarme, pero no la había entendido del todo así que ella volvió a hacerlo — ¿Estás bien cariño? — esa vez si logré oírla.

— ¿Mamá que está pasando? ¿Por qué esto cubre mis ojos? — había dicho tratando de quitarme esa venda.

— No debes quitartela Cariño, el doctor vendrá a explicarte — Mi madre tomó mis manos para evitar que quitara la venda — Tuviste al parecer un pequeño accidente…

Justo en ese momento dejé de escuchar, y todo regresó a mi mente como una ráfaga de viento, y me senté con brusquedad en la cama.

— Oh Mamá, mamá, Mamá — Intentaba quitarme esa venda de los ojos con un poco de desespero.

— No hagas eso Cariño, no espera — sentía a mi madre tratando de tomar mis manos pero no podía.

— Estoy ciega es eso, eso fue lo que me sucedió mamá estoy ciega — decía muy asustada.

— Calmate Camila iré a llamar al doctor él te explicará — la oía abrir la puerta y marcharse.

Pero no tardó demasiado, en tan solo minutos estuvo de regreso con el Doctor Spencer.

— ¿Camila cómo te encuentras? — la voz grave de mi Doctor se hizo presente en la habitación y me dió un poco de alivio.

— Necesito que me explique porque he quedado ciega — pedí — Se supone que ésta enfermedad no funciona asi.

Pedía que me explicara para poder entender lo que me había sucedido, porque si algo si había entendido y prestado atención a lo largo de mi vida con esa enfermedad era que no quedaría ciega repentinamente, que era degenerativa, que era lenta, que todo iba a ser poco a poco siempre y cuando siguiera mis cuidados, tratamientos, dietas y más.

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Where stories live. Discover now