D I A 19

42 11 4
                                    

Zoe Rodríguez

Ver ayer a Isaac fue reconfortante, verlo después de muchos días me gustó, pero verlo tan desesperado no me gustó tanto. La chica que llevaba en sus brazos la conocía.

Es Vera, mi vecina.

La vi como apagada, o como si estuviera inconsciente. Me preocupé por ella. Me daban ganas de ir a la enfermería a verla, pero si iba vería a Isaac, y creo que ninguno de los dos estamos bien ahora como para volver a discutir.

También estuve pensando en las palabras de Jordan. Llevaba razón en decir que las palabras de Natalia me habían manipulado. Ahora después de varios días, me había dado cuenta. Natalia no se me había acercado a mi durante estos días y en parte me relajaba saber que no se iba a acercar a mí. Pero a la vez tenía que hablar con ella y ser sincera en todo.

Ella nunca ha estado para mí, nunca ha estado para los momentos buenos y mucho menos para los malos. Solo quería que me preocupara por ella y que la alabara, pero tanto Isaac como Jordan me han abierto los ojos. Y aunque ahora no esté con Isaac le daría las gracias por abrirme los ojos.

Pero sabía que, Isaac y yo no deberíamos estar juntos. Todo ha sido muy rápido y deberíamos habernos relajado un poco. Obviamente me sigue gustando, pero sigo pensando que no era el mejor momento.

Omitiendo todo esto, hacía varios días que habíamos mandado la carta a nuestras familias. No me nombraron cuando dijeron lo de la carta, pero estaba feliz así. Mi carta solo decía que estaba bien y que ya quedaba poco para vernos. Tenía el presentimiento de que la carta no llegaría a mi madre. Pero tenía esperanzas.

Tenía muchas ganas de ver a Carlitos y a mi madre. Aunque no me llevara tan bien con mi madre. Nunca hemos congeniado, todo pasó cuando se fue mi padre, mi madre se apagó de tal manera que yo con solo diez años me tuve que hacer cargo de todo.

Estaba claro quién era la adulta de las dos. Solo esperaba que, estuviera cuidando con amor a Carlitos.

                                                     [. . .]

Ahora me daba cuenta de que con todo lo que había pasado, no me había preocupado por la obra de teatro. Todavía había gente con los guiones en la mano.

Por lo que decidí que debía ensayar, así mi cabeza estaría pendiente de otra cosa que no sea pensar en Isaac o en lo que pase afuera.

Cuando abrí el guion, me llamaron un par de profesores. Extrañada fui para ver que pasaba y para que querían de mí. Hubo un pensamiento en mi cabeza que decía, que nos habían descubierto a Jordan y a mí. Intenté alejar ese pensamiento cuando vi al director solo, sin Jordan.

El director era calvo y bajito, en el instituto tenía el mote de Hobbit, pero detrás de su estatura, guardaba un corazón enorme. Se preocupada porque todos estemos bien, y que estemos cómodos, aunque haya pasado todo esto.

-Hola director, ¿Qué necesita? - Le pregunté con mucha amabilidad.

-Hola Zoe, sabes que puedes llamarme Carlos, ¿Qué tal estas llevando todo esto? - Siempre llevaba una sonrisa en la cara.

-Bueno, un poco mal por no ver a mi familia, pero sé que los veré pronto.

-Esa es la actitud que debéis tener todos. Esperanza en vuestros corazones. Pero yo no venía a hablar de esto contigo. - De repente se puso serio, ahora si me preocupaba que nos hubieran descubierto.

-Si dime Carlos, ¿Qué pasa?

-Por lo que me han dicho sabes coser muy bien. - Hacia mucho que sabía coser, mi abuela me dio muchas clases.

Siempre nos quedará el 31 ©️[TERMINADO]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن