Capitulo 4

209 13 0
                                    

En cuanto Ryan se calmó, bajé al sótano, que Valentina había transformado en un lugar de perdición adolescente hacía más de una década (y que yo había heredado cuando se fue a la universidad). No era nada del otro mundo. Parecía una especie de refugio pos apocalíptico. Los muebles no combinaban, un montón de alfombras persas falsas cubría el suelo de cemento, el frigorífico era más viejo que mis padres, y una cabeza de alce disecada con notable mediocridad colgaba en la pared. Nadie sabía de dónde había salido, pero yo suponía que Valentina la había robado y que mis padres, por vergüenza o por miedo, o por ambas cosas, no se atrevieron a devolverla a su propietario.

Como de costumbre, mis dos mejores amigos ya estaban allí, jugando al GTA 5 con mi PS4. En el sofá, y por orden de aparición, estaban:

• Murray Finch, alias Muz, diecisiete años, australiano. Alto, bronceado, musculoso, pelo ruborizado hasta los hombros y un ridículo bigote pubescente. Llevaba seis años en Estados Unidos, pero todavía hablaba (deliberadamente) como Steve Irwin y usaba a todas horas el argot australiano. Estaba convencido de que la película Cocodrilo Dundee era lo mejor que le había pasado a su país. Volvía locas a las chicas.

• Lola Leung, alias La, diecisiete años, piel negra, ojos negros, pelo negro (muy corto). Mi vecina de toda la vida y auto declarada «triple ración de diversidad»: mitad china por su padre, mitad haitiana por su madre, y cien por cien lesbiana. Desde que tengo memoria, a Lola la seleccionaban siempre «al azar» para aparecer en primera fila y en el centro de las fotos oficiales de la escuela. A saber: la portada del anuario de nuestra promoción, el tablón de anuncios que había delante del insti, la web e incluso los marca páginas que distribuían en la biblioteca. También había sido la primera chica a la que había besado, hacía tres años. Dos semanas más tarde, salió del armario y entabló una relación de larga duración y larga distancia con una chica llamada Georgia que vivía en el pueblo de al lado. Todavía se comentaba que habían sido mis grandes dotes de besucón las que la habían empujado a cambiar de acera. Yo intentaba no tomármelo a mal. (También volvía locas a las chicas.)

Me apoyé en la barandilla al pie de la escalera para observarlos.

—Es maravilloso descubrir que, al no aparecer yo por el autobús, que podría haber estado muerto o agonizando, os ha parecido de lo más sensato venir a mi casa, saquear mis reservas y jugar con mi consola. Por lo menos mi padre se habrá dado cuenta de que no estaba con vosotros, ¿o ni eso?

—A ver, no te ofendas —respondió Lola con una gran sonrisa—, pero Justin nos quiere bastante más que a ti.

—¿Quién era esa tía? —preguntó Murray, sin apartar la vista de la pantalla, donde aplastaba una fila de coches de policía con un tanque—. Te he visto correr detrás de ella como un koala en celo.

—No te flipes con los australianismos, Canguro Jack. —Crucé la habitación para ir a encender el viejo iMac de Sadie, que seguía zumbando después de casi veinte años de ofrecer buenos y leales servicios—. No veo a ninguna pobre ilusa a la que te puedas ligar por aquí — añadí a continuación.

La mayor parte del tiempo, Murray era capaz de expresarse como un ser humano normal, pero había descubierto que con sus pintas de recién llegado del outback australiano encandilaba al género femenino. A veces, no obstante, se olvidaba de volver al lenguaje cotidiano.

La única carpeta en el escritorio del ordenador se titulaba «Fotos Desaparición/Entierro/Busca y captura», y contenía unas fotos preciosas de cada una de las personas presentes en la habitación (más Valentina) para utilizarlas en caso de que alguno desapareciese/muriera/se convirtiese en un enemigo público. Nuestros padres tenían la orden de acceder a estas fotos y hacerlas llegar a los medios antes de que los periodistas se pusieran a husmear en Facebook para elegir cualquier imagen en la que se nos hubiera etiquetado contra nuestra voluntad.

CHEMICAL HEARTS "ADAPTACION CACHÉ"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora