𓃠𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 7𓃠

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¡Woonie! -Con sus cuatros patitas peludas, se subió al pecho del mayor que descansaba en el sofá tranquilamente.-

Cinco minutos más. -Murmuró por lo bajo el rubio mientras que tomaba uno de los cojines del sofá y se lo colocaba en su rostro para cubrir aquellos pequeños rayos del sol que traspasaba las finas cortinas que daba en su rostro.-

¡Ño! ¡Hoy es Navidad! -Se veía que el pequeño estaba emocionado porque la navidad al fin había llegado.-

No hace mucho habían celebrado junto con los parientes de Jung la Noche Buena, el Tío Song le había agradado al pequeño gatito como también le agrado la pareja de este.
Aunque era de extrañar que Wooyoung hubiese decidido tener un compañero gatuno en su vida tan atareada, pero eso no quitaba que los miembros de su familia se emocionase por el nuevo miembro de la familia.

— ¡Hoy viene Santa! -Chilló de la emoción por lo alto el de melena negra ante la nueva celebración, nunca había pasado navidad junto a alguien y para él era algo emocionante que experimentar junto a su compañero.

— ¡Oh mierda...! ‐Exclamó el rubio un poco alterado mientras saltaba del sofá haciendo que el felino saliese volando y magullando, había olvidado totalmente sacar el pavo del congelador y de comprar los regalos de Sannie.

Su mirada se dirigió hacia el reloj de pared, eran las 5:30PM, lo suficientemente tarde como para que las tiendas se estén cerrando. Su tiempo estaba bastante limitado como para deleitarse en vestirse y arreglarse. Por lo que no tuvo alternativa más que ponerse sus mejores pantuflas y las llaves del auto.

— Regresó en unos minutos, Sannie, no me tardaré mucho en volver. -Dijo Jung antes de acercarse al gatito y depositar un tierno beso en su naricita.- No llores en mi ausencia.

Y sin poder responder ante lo último, Wooyoung salió de la casa dejando a un gatito confundido y triste.

— ¿Ño Navidad?

La repentina desaparición de su dueño hizo que el menor se sintiera confundido, melancólico y abandonado; a pesar que este mismo le haya dicho que volvería y que no llorase en su ausencia era más que un pedido imposible. Le había tomado el suficiente cariño y dependencia como para sentirse solo sin su compañía.
Bastaron solo minutos como para que aquel gatito se convirtiese en su forma humana, un jovenzuelo de apariencia de 18 años con piel pálida como la nieve y de cabellos negro.
Se aproximó hacia los cajones donde se encontraba aquella ropa que le había comprado su dueño en una salida al centro comercial, y a pesar que esa era su ropa, desprendía el aroma característico de Wooyoung lo que hace que San se sintiese calmado por ello.

Ya vestido con prendas abrigables, se acercó hacia la cocina donde los utensilios de cocina y demás estaban ordenados por categorías y tamaño. Pensó por unos minutos que tal vez no sería de mala ayuda en querer hacerle algo de comer a su amo en lo que volviese, tal vez alguna comida con atún o ponche de frutas.
Sería la primera vez que San intentaría hacer algo por si mismo, le emocionaba la idea por lo que no esperó más en ejecutarla.

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Se maldecía una y otra vez, era casi la media noche y sabía perfectamente que el pequeño felino que vivía en su hogar lo estaría esperando. Que lo más seguro que para otras personas está fecha no es tan relevante, pero para el pequeño San era muy importante, se había pasado toda una semana esperando a que llegase este día para recibir sus regalos y celebrar esta festividad.
Lo común cuando le das acceso a Internet ilimitado a un ser vivo.

Abriendo la puerta de su casa, un aroma a pescado quemado desprendía fuertemente como si alguien hubiese cocinado pescado y dejado que este mismo se quemase.
Con el sentimiento de preocupación en la garganta, entró al apartamento rápidamente para verificar que no se tratase de alguna clase de incendio o algo en lo parecido, pero lo que vió a continuación hizo que se sintiese culpable y triste.
Dos platos de comida con atún quemado y unas copas con leche yacía en la pequeña mesa redonda que dividía la cocina con el salón, que para ese entonces estaría fría la comida.

— Había preparado la cena para comer juntos... ‐Dejó las bolsas en el recibidor y se acercó a la habitación para así encontrar al joven de melena oscura durmiendo en ella.

Se sentó en el borde de la cama para a continuación tomar el delgado cuerpo de este y percatarse que en sus mejillas había rastreado de lágrimas secas, había llorado hasta el cansancio.
Había herido los sentimientos de San.

— Sannie, ya volví. -Murmuró el rubio mientras acariciaba las mejillas del muchacho.- Tardé un poco en llegar porque Wooyounggie fue a comprar tu regalo.

Mientras este hablaba en un tono bastante bajo, iba depositando dulces besitos en todo su rostro aniñado.

— Lo siento mucho por no regresar antes, quería sorprenderte con un precioso regalo porque sé que esperabas con ansías este día... realmente no quería dejarte solo.

Bastaron 5 minutos para que él abriera de poco a poco sus ojos y pudiera contemplar la inquietud que se reflejaba el rostro del mayor, San no estaba para nada molesto, simplemente le costaba entender que Jung no podía pasar más tiempo con él pero eso él no lo logra entender y menos sobre llevar.

— Tú eres mi regalo favorito... -Sus palabras impactaron de cierta forma al adulto, no esperaba esa respuesta tan madura del menor.- eres todo lo que quiero, nada más eso.

— ¿No estás enojado conmigo?

— No... - Se apartó un poco del alto para salir de la cama y acercarse al escritorio donde muchas tardes el adulto trabajaba ahí, sacando unas tarjetas de Navidad de los cajones para así acercarse a Jung y extenderselas.- Aprendí a escribir nuestros nombres. - Su voz se escuchaba un poco más clara, como si lo que había dicho lo emocionaba mucho.

Wooyoung abrió una de las tarjetas y vió algunos garabatos pero que se entendía perfectamente que estaba escrito su nombre y el del chico junto con varios corazones que lo rodeaba. A pesar de ser algo inservible para las personas, para Jung era el regalo perfecto, un detalle que sabía perfectamente que San lo había hecho con todo su corazón.
Pasando para la siguiente tarjeta, estaba escrito un irregular "Te Amo, Wooyoung" en la parte superior de la tarjeta, lo que provocó que se le escapara unas pequeñas lagrimitas de la emoción.
Era hermoso, ni los regalos más elaborados y costosos se comparaba con algo tan sencillo y hermoso que le había obsequiado Sannie.

— Es precioso... realmente hermoso, Sannie.

Sus palabras fueron las últimas en escucharse en toda la habitación, los labios del joven se dirigieron hacía los de su contrario mientras sostenía el rostro maduro de este mismo.
Un beso que podía jurar que se sentía como un hormigueo en sus labios y estómago, Wooyoung se sentía extasiado ante el momento por lo que se demoró en reaccionar y sin dudar llevó sus manos hacia la estrecha cintura de San sin detener aquel mágico beso.

Un beso que fue el cierre de aquella navidad, donde por la ventana de la habitación se observaba como caía la nieve como en los dibujos animados que veía Sannie.

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⏰ Last updated: Apr 03 ⏰

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𝐸𝑦! 𝑆𝑎𝑛𝑛𝑖𝑒     -Woosan-Where stories live. Discover now