CAPITULO 21

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Se puso el pantalón de chándal azul, una camiseta blanca que hacia que marcara su cuerpo hermoso. Me quede mirándole mientras se vestí, intentaba no sonreír pero era imposible

-         ¿te estas riendo de mi pequeña?- se acerco a mi

-         Nunca me cansare de mirarte, Sr. Kingtom- se acerco a mi y me beso

-         si quieres que te de ropa es mejor que dejes de reírte de mi- arquee mi ceja

-         si no quieres que te este provocando, dame ropa- se metió en la puerta

Fui detrás de el, quería saber que ropa me iba a dar y me quede impresionada del vestidor que tenia. Era una habitación llena de armarios abiertos, estaban divididos por zapatos, camisas, americanas, corbatas,  trajes y ropa casual. A la derecha tenia un sofá y un espejo enorme que llegaba desde el suelo al techo. En el suelo había una alfombra de pelo largo azul, encima del había un cómoda. El no se dio cuenta que estaba detrás de el, fue al armario y saco una camiseta vieja de la universidad de Columbia y un pantalón corto de color negro. Se dio la vuelta y no se esperaba que estuviera hay, beso mi frente y me dio la ropa. Me puse con rapidez la ropa, tenia frío. Me fui a la habitación, pero Matt ya no estaba. Salí de la habitación en busca de el, no le veía pero oía su voz.

“Ha pasado algo que no me esperaba….no hemos tenido relaciones sexuales pero nos hemos masturbado mutuamente….ahora mismo me encuentro bien con ella y quiero que se quede a dormir…..necesito sentirla junto a mi…..me gustaría que esto fusionara”

-         ¿se puede saber con quien estas hablando de nuestras intimidades?- estaba sentado en la silla de su despacho

-         Mia espérame que termine la llamado y hablamos- le cogí el teléfono y colgué la llamada

-         ¡tenemos que hablar ahora! Es una cosa que me afecta- se levanto de la silla furioso

-         ¡era una conversación privada que no tenías que haberla oído!- me acerque a el

-         Haber cerrado la puerta, quiero que hablemos ahora mismo- apoyo su trasero en la mesa de su despacho

-         Quiero que te sientes en la silla, esta conversación va a ser larga y puede que te duela- me senté con miedo pero el no se dio cuenta

-         Estoy preparada para oír lo que me tienes que contar – agacho su mirada

-         Con la persona con la que estaba hablando, era el Dr. Tonso., mi psicólogo- su voz sonaba roto

-         ¿desde cuando estas en tratamiento psicológico?-empezó a pasearse por el despacho

-         Desde que me di cuenta que contigo no quería comportarme como con otras mujeres. Me di cuenta que te necesitaba en mi vida-cruzo sus brazos contra su pecho

EL AMOR APARECE SIEMPRE, CONFIA EN MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora