Capitulo 17

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El molesto sonido del teléfono perforó en su cerebro, y dando un salto se incorporó en la cama.

-¿Dígame? -su voz ronca por el sueño le resulto extraña.

-_____, soy Caitlin.

Rápidamente, sintió el sueño y la pesadez apoderarse de su cuerpo, soltando un suspiro se dejó caer un poco hacía atrás, y se apoyó en las almohadas de la cama.

-Hola Caitlin... -dijo muy débilmente.

-¿Te he despertado? ¡Oh, lo siento, cariño, no sabía que dormías! -exclamó la rubia a través del a línea.

-No grites -pidió _____.

-Bueno, perdón, ¿tienes resaca? ¿saliste de fiesta ayer? Es la una y media, no pensaba que estuvieses durmiendo a esta hora.

-¿La una y media? -preguntó asombrada, y abrió los ojos rápidamente.

-Si, pero bueno, da igual, sigue durmiendo tú que puedes, sólo te llamaba para saber como iba todo.

-Mmm... como siempre.

-¿Y mi hermano?

_____ reaccionó. Y buscó a su alrededor a Kendall, se descubrió sola en la cama, y una especie de decepción de apoderó de su cuerpo. Pero no debía de sentir nada por el estilo.

-No sé.

-¿Qué? ¡Ya voy! -gritó la rubia, hablando con otra persona- Tengo que colgar, _____, después llamo.

-No hace falta, no soy una cría.

-Lo sé, pero bueno. ¡Voy, voy! Me tengo que ir. Hasta luego.

-Caitlin...

-¡Ah, una cosa! Te llamaba para decirte que me voy a retrasar una semana más.

-¿Qué? -pi, pi, pi... El sonido de la línea cortada sonaba en su oído. _____ se quitó el auricular de la oreja y miró el teléfono como si fuera algo extraño. Después colgó.

¡Maldita seas!, pensó. ¿Cómo que se iba a retrasar una semana más? ¿Cómo se atrevía a dejarla una semana sola con aquel hombre que le había echo el amor toda la noche?

Ese hombre que la había dejado tan cansada que le había dado la una y media de la tarde durmiendo.

Dios santo. ¿Y donde estaba ese hombre?

-Al fin se levantó la dormilona -la voz risueña y sensual de Kendall la hizo incorporarse en la cama. La sabana cayó destapándola- Bueno... si me recibes así, me olvido del almuerzo, y vuelvo a la cama contigo.

_____ miró hacía abajo, y vio sus pechos con sus pezones erguidos para él desnudos. Enseguida se tapó.

-Mmm...

-¿No vas a decir nada más... uhm... con más sentido?

-Buenas tardes...

-¡Y tan buenas! -dijo acerándose a ella con una sonrisa picarona en la boca- ¿Qué tal has dormido, castaña?

Sin poderlo evitar una tonta sonrisa apareció en su rostro, mientras él lo acariciaba.

-Bien... -contestó con la sonrisa, aún dibujada.

-Así me gusta, que sonrías...

Él se inclinó sobre ella, y acarició los labios de _____ con los suyos. Ella suspiró.

-Kendall...

-¿Mmm...? -un murmullo bajo, sensual, que la hizo estremecerse.

-Ha llamado Caitlin.

-Mmm... lo sé.

-¿Lo sabes? -preguntó sorprendida.

-Ahá... fui a coger el teléfono antes que tú para que no te despertases, pero cuando descolgué estaba mi hermana diciendo que era ella.

-¡¿Me has espiado?!

-¡No! -contestó él, riendo por la voz con sorpresa de ella- ¿habéis hablado de mi? -preguntó con curiosidad y divertido.

-Pues no...

-¿Seguro?

Una Ducha Diferente Where stories live. Discover now