Un amor para recordar (Finalizado)

Noche

Estados Unidos, Domingo 22:00 pm

Al otro lado de la ciudad muy alejado, se encuentra una zona privada. Un departamento exclusivo y muy lujoso.

Unas manos grandes y vigorososas se sostenien con fuerza sobre un escritorio elegante, sus musculosos brazos rodeaban una sexi silueta femenina que se encontraba de espadas.Dio unos últimos besos en el cuello de dicha mujer para luego retirarse de aquel encontró pasional.

Se encaminó hacia su cuarto para dirigirse a su baño y darse una ducha, paso unos minutos mas relajado debajo del agua que caía por todo su atractivo y muy fornido cuerpo.
Se dirigió hacia su vestidor que era sumamente amplio decorado con espejos en las paredes.

Saco un pantalón negro de vestir y una camisa azul índigo. Ya vestido se calzo unos mocasines negros, se observó en el espejo, se coloco un poco de gel en su platinado cabello y por último se puso en su muñeca su reloj rolex de plata y oro; agarró las llaves de su auto para dirigirse hacia la salida de su departamento.

--- ¿A donde crees que vas?--- Preguntó la mujer con un semblante de molestia.

Estaba en la sala aun semidesnuda vistiéndose .

---Eso. a ..ti..no..te.. incumbe--- sentenció con seriedad y su rostro frío sin expresión.

---Tu siempre tan romántico y sutil--- habló con algo de despecho

---Y quien habló de romance--- sonrió con una leve mueca de lado levantando una ceja.

---Sesshomaru al menos podrías esperar a que termine de vestirme---- suplico con molestia

--- Sara al decir verdad ya te tardaste demasiado

Esa mujer se cree que no se daría que lo esta haciendo a propósito para quedarse mas tiempo en su casa

--- Bien... nos vemos mañana en la empresa Sesshomaru

......( silencio)

Sesshomaru abrió la puerta del departamento y antes de marcharse giro su rostro donde se encontraba aquella mujer para dirigirle unas palabras.

--- A y cuando vuelva espero no encontrarte--- cerro la puerta con un sólo golpe

---Eres un IDIOTA!!!--- levanto la voz mientras le tiro hacia aquella dirección un cojín del sofá--- No se porque sigo contigo!!

Qué estaba diciendo en realidad si lo sabia no podía negarse a los encantos de ese hombre tan egocéntrico y arrogante. Todos sus encuentros siempre terminaban en lo mismo, un momento de pasión para saciar sus necesidades carnales y luego seguir cada uno con sus cosas de lo más normal, sin amor de por medio o momento romántico. Eso empezaba a molestarle.