-         Sé que desde el principio he sido un fastidio, pero quiero que esto funcione por ti y por mi- su mano se puso en mi pierna

-         Sé que estás haciendo un gran esfuerzo Matt, y te lo agradezco pero quiero que sepas que aquí estaré para cuando me necesites- cogió mi mejilla derecha con su mano y beso mis labios

Ese beso fue ardiente y húmedo, jamás había sentido ese beso con él. Su lengua empezó a jugar con la mía, cogió mi copa y lo dejo en el suelo. Me tumbó con dulzura y empezó  a jugar con su lengua dentro de mi boca, su mano empezó a jugar en mi vientre con excitación.  Puse mi mano en su mejilla para poder corresponderle a sus caricias en mi cuerpo, paro de besarme y me miro con inseguridad.

-         No sé si estoy haciendo lo correcto Mia, no quiero obligarte a nada que tu no quieras- en ese momento mis excitación nublaba mis pensamientos

-         Sé que no es lo correcto pero en estos momento mi atracción hacia ti no me deja pensar con claridad- se aporte de mi y se levanto de la cama

-         No quiero cometer ningún error contigo porque sé que te perdería para siempre- paso su mano por su hermoso cabello

-         No es ningún error que dos personas quieran hacer el amor- se volvió a sentar en la cama

-         No sé si podré hacerte el amor, tengo miedo de hacerlo contigo y que no vuelva a desearte mas como lo estoy haciendo ahora- solo de pensar me horrorizaba

-         Matt no me digas eso, jamás me recuperaría si pasara eso- mis lagrimas empezaron a surgir

-         Por eso no quiero hacer nada en este momento, dame tiempo a que ordene mi vida y que tenga solucionado este problema- dejo caer su cuerpo en la cama

-         Perdóname por haberte dicho que lo tuyo es un problema- puse mi mejilla encima de su pecho

-         Si es un problema, porque por culpa de ello no puedo hacer una vida normal contigo- su voz era entrecortada

-         Estaré a tu lado para poder ayudarte, no me iré de tu lado- me estire y beso sus labios

-         Como vas a estar al lado de una persona enferma que solo te hace daño- me puse encima de su cuerpo

-         Tu no me haces daño, simplemente eres difícil algunas veces- le sonreí

-         Mia que haré yo contigo, me tienes loco por ti y no sé cómo demostrártelo- puso sus manos en mis caderas

Note que su miembro estaba erecto y duro debajo de mi vestido. Esa sensación me excitaba y me inquietaba mucho, jamás había estado con un hombre íntimamente. Nuestras miradas eran apasionadas, sus manos estaba quietas porque puse las mías encima.

EL AMOR APARECE SIEMPRE, CONFIA EN MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora