Capítulo 38

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Narra Ismael.

Abrí los ojos de golpe, como asustado, notaba algo encima de mi oreja. Ladeo la cabeza y me encuentro con Leire dormida en el suelo apoyada en un cojín sobre el sillón y su mano en mi cara, pobre mi niña se ha quedado dormida en el suelo por mi.

-Pequeña.-Dije en un susurro pasando la mano por su largo y pelo rubio. Mi rubia. Mi vida. Joder, mi todo.

Abrió los ojos y parpadeo repetidamente. Puso su cuello recto he hizo una mueca de dolor.

-¿Estas bien?-Pregunté preocupado. Ella asintió llevándose una mano a la nuca.

-¿Cómo que te has quedado aquí en el suelo dormida?-Dije ya sentándome en el sillón para hacerle hueco.

-Ven, sientate aquí.-Dije. Leire recién despierta parece estar en otro mundo, lo digo en serio. Hasta que no pasa un rato no habla. Sonrie, asiente o gruñe.

Se sentó a mi lado como los indios me cogió una mano y entrelazó nuestros dedos.

-¿Cómo estás?-Preguntó muy bajito ya que Mia seguía dormida.

-Mejor.-Menti había soñado con mi abuela. Dios abuela no sabes lo que te voy a extrañar, yo normalmente no lloro mucho, se cae alguna lágrima cuando reviento en rabia y no puedo pegarle a alguien o algo. Pero dios yo esto no me lo esperaba. Al recordar cada vez que mi abuela me sacaba de casa cuando mis padres peleaban o me decía "¿Sabes que eres mi ojito derecho?" Y cuando asentía me decía: "Pues dale un abrazo a la abuela." Mis ojos se llenaron de lágrimas pero no iba a llorar mas, cada vez que lloro la cara de Leire la inunda la pena y sus ojos verdes se vuelven muy pálidos.

-Estaba aquí dormida porque mientras soñabas llorabas y al hacerte una caricia parece que estabas mejor.

-Pues sí, a tu lado te juro que mis sueños son mejores, cuando mejor duermo es a tu lado.

-¿Puedo hacerte una pregunta?

-Ya me la estas haciendo.-Dije e hizo un amago de sonrisa.

-¿Que soñabas?-Preguntó. No sabia que responder, como hable de ella me... no voy a poder contener la lagrimas.

-So-soñaba... soñaba...-Dije tartamudeando.

-Ey, no tienes que contarlo. -Pero si si tenia que hacerlo lo necesito.

-Soñaba con la tarde en que mi abuela vino a mi casa y pilló a mi padre pegando a mi madre. Yo como buen nieto le abrí la puerta porque estaba muy asustado, era una de las primeras veces y estaba llorando. Cuando me vio me cogió entre sus brazos.

-¿Que le pasa a mi ojito derecho?-Dijo mi abuela.

-Papá pega a mamá y mamá llora.

A mi abuela se le congeló la cara al oír un chillido y fue corriendo hacia la habitación.

Cuando llegó no daba crédito, mi padre encima de mi madre a hostias limpias.-Cerré los ojos y apreté su mano- No sé me olvidará nunca ese día. Mi abuela me dio dinero y me dijo: "corre ves a por chucherías que cuando vengas vamos a ver una película ¿Si?"

Yo asentí y me fui, cuando volví mi padre no estaba en casa y mi madre tenia moratones.

-Y eso soñaba, bueno, recordaba.-Dije abriendo los ojos. Miré a Leire y tenia los ojos llorosos, se le calló una lágrima que rápidamente se limpió y se tiró a mi rodeando mi cuello con sus brazos. Sabia perfectamente lo que necesitaba en cada momento, era adivina, si necesitaba silencio lo tenia, si necesitaba un beso me lo daba y en este caso que necesito un abrazo me lo da. Es adivina.

Una mala jugada en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora