Capítulo 20

159 13 3
                                    

Narra Leire

-¡Señorita! Esa no es su cama, no puede dormir ahí. -Dijo la enfermera, me dio un susto... lo sabía, nos iban a pillar y el no, no.

Ismael estaba acurrucado a mi, me tenía abrazada y su cabeza sobre mi hombro.

-No grite, Ismael, despierta.-Me tenía tan bien agarrada que no era capaz de moverme.

-Ay trébol un rato más. -Dijo moviendo la cabeza de arriba a bajo, lo que producía que me hiciera cosquillas con su nariz en el cuello.

-No un rato más, no. Ismael sueltame hay ahí una enfermera. -Dije intentando zafarme de el. Abrió los ojos de golpe y la vio allí, por primera vez en la vida le había visto sonrojarse. Me soltó y salté de la cama.

-Lo siento, es mi culpa ella no quería pero la convencí. -Dijo encojiendose de hombros.

-Disculpa aceptadas, venía ha decirte que cuando el doctor tenga un hueco pasará por aquí, ¿necesitas algo?-Preguntó la enfermera.

-No, gracias. -Dijo Ismael, cuando la enfermera salió de la habitación Ismael se puso a reir.

-¿De que te ries? -Pregunté. Dio unas palmadas es el colchón para que me sentará, no hacia falta que me lo repitiera porque sin pensarlo me senté.

-Buenos días trébol.

-Buenos días mor.-Dije sonriendo.

-Quiero irme a casa.-Dijo pareciendo un niño pequeño. Me reí

-Cuanto tiempo sin escucharte reir. Ya era hora. -Dijo sonriendo.

-¿Te gusta mi risa?-Dije sorprendida.

-Si ¿Que tiene de malo?-Preguntó.

-Nada, solo que a mi no me gusta, bueno no me gusto de por sí pero en fin...

-Trébol puedes llegar a tener un corazón tan grande como tu cabezoneria, en serio a cabezona no te gana nadie.

-Habló, pero es verdad soy fea, no valgo para nada, donde vivía apenas tenía amigas...

-No digas eso tontina.-Dijo abrazandome.

-Digo la verdad y ya.-Dije abrazandolo yo también.

-Para mi no lo es y se acabó este tema.-Dijo besando mi mejilla. Sonreí aun que no pensaba lo mismo era fea y ya.

-Cuando vuelva a casa voy a coger mi móvil y ¿Sabes que voy hacer?-Dijo sonriendo.

-Qué.

-Pedirle a una chica por enésima vez que si quiere quedar conmigo en lugar de pasarnos la tarde hablando tirados en la piscina.

-¿Tu crees que merece la pena?

-¿Intentarlo?-Preguntó y asentí.

-Claro que sí, seguiré hasta que acepte quedar conmigo. Ella vale la pena.-Dijo sonriendo.

-Vuelve a intentarlo, tengo una corazonada de que ella aceptará. -Dije y se río.

Después de incomodo silencio preguntó Ismael;

-¿Alguna vez has tenido novio?

-No.-¿Pero que pregunta es esa?

-¿Un lio?

-¿En serio Ismael? ¿Tu crees que alguien estaría conmigo?

-Porqué no, eres bonita.-Dijo encojiendose de hombros.

-Eso es porque sabes mentir muy bien. -¿Y ahora que seguía? Porque no espero un "¿Quieres ser mi novia?"

-Yo no miento, yo digo lo que pienso.

-Lo que tu digas... ¿Y tu?

-Yo que.

-¿Has tenido novias? Y cuando digo novias me refiero a una relación en seria.

-Eh... no.

-¿No te has enamorado nunca?

-Nunca. El amor no existe.

-Si existe, claro que existe, ya veras solo dale tiempo al tiempo.

Nos pasamos una hora hablando, cada vez me tenía más enamorada hay que aceptarlo, puede llegar a ser tan dulce, es como si hubiera cambiado.

El doctor entró por la puerta.

-Bueno Ismael,¿Cómo estás?

-Listo para irme.-Contestó Ismael.

-Una última revisión y para casa.-El doctor le quito algún cable que aún tenía conectado al cuerpo. Le echó un vistazo y le dio el alta.

-Tus pertenencias están en ese armario de ahí.-Dijo el doctor señalando a un pequeño armario al fondo de la habitación.

Cuando se fue fui a por la ropa y el movil, a lo que el doctor llamó sus pertenencias. Ismael tenia un pijama azul puesto. Le entregé la ropa.

-Gracias trébol. -Dijo quitándose la camiseta del pijama sustituyéndola por la suya. Ismael está de toma pan y moja. Bajó de la cama se quitó los pantalones quedándose en bóxer y se puso los suyos.

-Trébol no pierdes detalle.-Dijo riendo. No me había dado cuenta de que estaba embelesa mirándolo.

-No hay que perder detalle de las cosas buenas. -Dije sonriendo, cuando terminó de ponerse las zapatillas vino a mi y me ofreció una mano, la acepté obviamente.

Fuimos de camino ha casa con nuestro dedos entrelazados y hablando tranquilamente.

Al llegar a la calle en la que vivíamos Ismael se empeñó en acompañarme.

-Adiós preciosa.-Dijo y me dio un beso de despedida que le devolví.

-Adiós mentiroso.-Dije subiendo las escaleras del porche.

-Adiós cabezona.-Dijo burlándose de mi.

-Te quiero tonto.-Dije entrando en casa a la vez que echaba un vistazo por encima de mi hombro. Estaba sonriendo.

Cuando entré en casa Joel y Paula se tiraron a mi.

-Leire.-Dijeron a la vez.

-Ya veo que me habéis esxtrañado.-Les dije.

-Mucho,¿Cómo está Ismael? -Preguntó Joel.

-Muy bien, con alguna herida, pero muy bien, al menos eso dice.

-Me alegro mucho.-Dijo mi prima.

-¿Has llorado mucho, verdad?-Dijo Joel.

-Un poco. -Bastante, pensé.

-Un poco no, mucho, tienes las ojeras llenitas de puntitos rojos. Eso te pasa cuando lloras mucho.-Dijo Joel.

-Cómo me conoces ya.

-Ya ves.-Dijo sonriendo.

Mi móvil vibró. Un mensaje. Era de Ismael, en el decía:

"Trébol ¿Quedamos esta tarde? Claro que quedamos, me lo dijiste en el hospital, tengo que ingresar más a menudo si eso significa dar pena y que Leire acepté mis invitaciones. Te espero en mi casa a las 6. Te quiero trébol."

Mi respuesta fue: "¡No! No ingreses más en el hospital :'( Acepto todas tus invitaciones con tal de que eso no vuelva a pasar. Nos vemos a las 6 pues.

Pd: Yo también te quiero."

-Que bonito es el amor ¿verdad Paula?-Dijo Joel ríendo.

-Eres más tonto. Voy a darme una ducha.-Contesté.

-Después podrías dormir un rato, los sillones esos no tienen pinta de ser nada cómodos. -Dijo Paula.

-Esta noche he dormido con Ismael y una enfermera nos has reñido.-Dije sonrojada.

-¿Que habéis que? No si al final no voy a tener razón, no te gusta te encanta.-Dijo Joel.

-Admite que te vuelve loca ya de una vez Leire.-Dijo mi prima.

-Lo admito.-Dije camino de la ducha.

-¡Ves! lo sabía, tenia razón, soy la hostia, y otros muchos comentarios que se quedaron diciendo.

Una mala jugada en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora