Capítulo 41: Cosa del destino.

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Narra Leire.

Después de dejar que Ismael me consolara a base de mimos me di cuenta de que su casa estaba silenciosa.

-¿Y tus padres?

-Mi padre fue entrar en casa pegarle dos gritos a mi madre y darle un guantazo -si no lo evito- a mi madre por decir "Come lo que haya cariño, tengo sueño"

Mi padre se fue y mi madre disgustada se tomó un tranquilizante y estará dormida supongo.

-Esto se está yendo de las manos, Ismael. ¿Donde duerme tu madre?

-En la sala.

-¿En la sala?

-Las siestas si.

-Ah vale. Pues vamos hacer la maleta de tu padre y se la llevamos a donde esté.-Dije poniéndome en pie. Ismael agachó la cabeza.

-Eh, mi vida... si no quieres no hay que hacerlo.-Dije cogiendo su barbilla de forma que me miraba.

-No, está bien, no podemos seguir así.-Dijo rodeando mi cintura ya que el estaba sentado y yo de pie. Apoyó la cabeza en mi vientre.

-¿Que haría yo sin ti?

-No tener una hija.-Le dije. Sonrió y besó mi vientre. Pues anda que no me faltaba para que se notará. ¿Ocho mese? Dios. Se me hará eterno.

-A ver una maleta.

-Toma.-Dijo Ismael dándome una maleta negra y grande.

-¿La ropa?

-Aquí. -Dijo abriendo un armario.

Al abrir el armario y coger las camisetas dobladas al fondo vi un monton de paquetitos dorados.

Cogí uno.

-Eh...

-Mi padre abusa de mi madre de todas las formas posible. ¿Lo peor? No esperaban a que yo estuviera fuera de casa. Mi madre suena a una mezcla de placer y dolor.-Dijo con cara de angustia.

Si pudiera borrar todo lo malo de su vida juro que lo haría. Mi pobre por lo que ha tenido que pasar.

-Guardalos, seguramente los utilicemos.-Dijo con una sonrisa pícara.

-Con mucho gusto.

-Estamos para satisfacer mor.-Dijo guiñando un ojo.

Me reí.

-¿Bueno ya está todo no?

-Si.

-Pues venga manos a la obra.

-¿Dónde puede estar?-Dije caminado por la cera.

-No sé, pero lo más seguro sea el bar que hay por donde nos lo encontramos la otra noche. ¿Recuerdas?

-Si.

Llegamos al bar miramos por una ventana y... bingo, allí estaba. Ismael entró a por su padre. Yo esperé fuera.

Cuando salió y vio la maleta su cara fue de sorpresa.

-¿Os vais de luna de miel?

-No señor. Esto es suyo.-Dije poniendo la maleta frente a el.

-¿Que?

-Papá estoy harto de que pegues y abuses de mamá.

Quiero que te vallas de casa.

-¿Y si no lo hago?

-Eh... te denunció.

-¿Quien va a creer a un niñato?

Una mala jugada en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora