Capítulo 34

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Narra Leire.

Me desperté sudando y agobiada. Normal, Ismael me tenía abrazada a no poder más y en pleno agosto.

Me zafé como pude de él sin despertarlo, claro. Baje la persiana y me fui a darme una ducha. Dios que dolor de cabeza tengo.

Abrí el grifo y mientras esperaba a que estuviera caliente el agua me cepillé los dientes. Me quité la ropa y a la ducha. Entré bajo el agua caliente, no hay nada mas relajante que una buena ducha. Lo mejor para el dolor de cabeza.

Me estaba enjuagando el pelo cuando una manos redearon mis pechos. Pegué un chillido, más bien medio chillido porque Ismael puso una mano sobre mi boca.

-Los demás duerme. -Dijo besando mi cuello.

-Me has asustado. No es muy normal que una se duche y entre alguien por detrás.

-Me voy pues. -Dijo apartando las manos de mi cuerpo.

-No...-Dije dándome la vuelta para quedar frente a el.

-Buenos días.

-Ya te digo que son buenos días. -Empecé a besarle y algo empezó a crecer, se separó al instante cosa que hizo que me riera.

-Si, si tu ríete. -Dijo con cara de pillo.

Empezó a besar de nuevo mi cuello subcionando allí donde pillaba.

-Me haces un chupetón y te pego.

Ser río y paró. Esta vez era mi turno, empecé a morder su mandíbula, su oreja, su cuello mientras el retorcía mis pezones entre sus dedos cosa que me volvió loca. Mientras nos besabamos yo agarré su miembro y empecé a deslizar mi mano de arriba a bajo. Su boca formó una perfecta "o" junto mis labios, yo sonreí por mi trabajo y hasta ahí os cuento el resto podéis imaginarlo.

-¿Te puedo peinar yo? -Preguntó mientras sostenía el cepillo.

-Me puedes hacer lo que tu quieras.

-No me provoques que vas de cabeza a la ducha otra vez.-Me reí. Ya sentada en un taburete empezó a peinarme. Normalmente los tíos no saben peinar a las chicas pero Ismael tenia mano.

-Se te da de diez mi amor. -Pude sentir que sonreía.

-Oye hoy vienen mis tíos a comer y viene mi prima, pásate por casa te vas a encantar es un amor de niña.

-¿Tu padre lo permite?

-Si, porque es su hermana. Y cuando está ella se comporta como era antes.

-Vale, me paso, no me apetece estar en casa esto está aburrido y supongo que Paula y Joel irán a la piscina y no me apetece.

-Bueno pero no te quedes sola, en cuanto se salgan te vienes.

-¿A las cuatro?

-Si, da igual la hora que sea. Si estoy contigo lo tengo todo.-Dijo besando mi coronilla.

-Dios te quiero más. -Dije dándome la vuelta y abrazando su cintura.

-Yo mas, trébol.

-No, yo.

-Eh dicho que no y punto. Soy yo.

-Pero yo se lo que digo y digo que soy yo.

-No, sois los dos los que me habéis despertado. -Dijo mi prima abriendo la puerta. Menos mal que yo tenia una toalla al redor del cuerpo e Ismael al rededor de la cintura.

Una mala jugada en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora