Capítulo 4

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Lunes. Química.

Resultó no ser tan difícil como pensaba, sin embargo, dudo de la respuesta que puse en el punto cuatro. Por otro lado, no calificaron más de la mitad de los temas que estudié.

Martes. Inglés.

Casi me pongo a llorar en la mitad del exámen. No entendía a qué se refería Shakespeare en una frase que ya ni me acuerdo. Me quedé media hora pensando solo en esa pregunta y el tiempo casi no me alcanza para terminar todo. Tuve que rogarle a Kelly (es la única profesora que he conocido en mi vida que no le guste que la llamen por su apellido) que me diera unos minutos más... creo que al final lo pude solucionar... Eso espero.

Miércoles. Filosofía.

El año pasado sufrí demasiado con Confusio, pasé noches enteras leyendo monografías y comentarios sobre todos sus pensamientos. Así que al ver que nos pusieron a analizar uno de sus textos, grité internamente de la felicidad. Supe exactamente qué responder. Creo que es el único examen del que estoy segura que me fue bien.

Jueves. Matemáticas.

Mi mamá es abogada, pero supongo que es excelente matemática, ya que nunca se me ha dificultado la materia y en algún lugar leí que heredas la inteligencia de tu madre. En fin, creo que me fue bien.

Viernes. Física.

Bueno, acabo de terminarlo, el tema que calif-.... Dios, en este preciso momento está sonando el timbre, lo que quiere decir que quedé justa de tiempo. Detesto cuando eso pasa, no alcanzo a revisar mis respuestas. Anoche repasé hasta las tres pasadas, solo puedo esperar que esté todo bien.

Entrego el examen dudosa a Mr. Kings y salgo del salón con las manos sudorosas. Encuentro a Kay en la entrada, con los brazos abiertos. Cada vez que terminamos un examen nos abrazamos, ha sido una tradición nuestra desde hace varios años. Me transmite un poco de su máxima seguridad y después de exhalar lo que parece ser toda la angustia que llevaba acomulando desde el principio de la semana, caminamos juntas hacia la cafetería.

Compra una Coca Cola, unas gomitas, un sándwich de queso y unas papas. Aún sigo sin entender cómo es que su metabolismo funciona, pero sé que después de todo eso va a seguir con hambre. Con toda su comida y con mi avena con frutas en manos nos dirigimos a nuestro lugar. Al lado del salón de artes hay un mini jardín donde suelen colgar todas las pinturas, todas las esculturas y todos los trabajos mientras los estudiantes esperan a que se sequen. Venimos casi todos los descansos a comer aquí desde que entramos a esta secundaria.

Estamos hablando de una pintura particularmente extraña cuando llega Louise a sentarse con nosotras. Louise es casi como nuestro hermanito menor y a la vez mayor. Juega basketbol y piensa en basketbol un ochenta y un por ciento de su tiempo. Pero casi nunca lo menciona cuando nos acompaña, sabe que no nos llama mucho la atención.

-Sigo sin entender, ¿se supone que ese es su ojo o su nariz?- pregunta Kay analizando intensamente la pintura.

-Creo que es su nariz, no creo que le gusten los iluminatis a Calleb.

-Primero que todo, los iluminatis no tienen tres ojos, tienen uno, genia- me responde ella -y segundo que todo, Calleb no hizo esto, a Calleb le gustan los paisajes abstractos, no los rostros.

-Yo sé que los illuminati tienen un ojo, pero he visto varios con tres, como haciendo un triángulo de ojos, ¿ves?- apunto a la cara de la exótica figura-. Es como una nueva tendencia, es más espeluznante así. Y por cierto, recuerda que Calleb está en su crisis artística, está probando de todo.

-Mmm- dice con la boca cerrada -, sin embargo, no se parece a las obras de Calleb, no es su estilo- cambia de dirección la mirada, -¿tú qué crees, Lou?

Lo que pasa delpués del concierto - Ruelحيث تعيش القصص. اكتشف الآن