Cuarta sombra

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Sus labios pedían a gritos al otro. El cabello mojado de Athanasia la hacia lucir sensual y muy atractiva para Lucas. Él pensando bien la situación se separa.

-¿Cuánta experiencia tienes en el sexo? - siendo franco no sabía mucho sobre ella en esa área.

- Creo que nula - algo cansada después de semejante beso intenta recuperar el aire mientras responde la pregunta.

- ¿Entonces ésta sería tu primera vez? - pregunta sorprendido.

- s-si - se sonroja a tal punto que su bella piel blanca se volvió como un tomate.

- Pues entonces para darte un trato especial, seré cuidadoso. Ven - le toma de la mano y la lleva a su habitación.

Muy amplia, con una gran cama y un ventanal enorme que daba una maravillosa vista de la ciudad, así sería una descripción general de su habitación. Al entrar lo primero que hizo Lucas fue acorralarla contra la pared.

- Quiero que tu primera experiencia te haga pedir a gritos más - empieza a besarla lento, y de a poco subiendo su intensidad.

En medio del beso iba dando mordiscos suaves al labio inferior de Athanasia. Por su lado, ella disfrutaba la sensación electrificante, los escalofríos que le provocaban sus experimentados labios.

Sus manos curiosas empezaron a acariciar el torso del sexy hombre. Su camisa de algodón dejaba tocar, aunque sea indirectamente, los marcados músculos de Lucas. Sus pectorales bien formados, sus abdominales de Adonis y su fuerte espalda. Él no se quedó atrás, con sus manos comenzó a explorar las fervientes curvas de la rubia que lo dejaban loco. La falta de sostén de la joven hizo que Lucas se excitara más, pues el pelo mojado de ella traslucia la camisa blanca que tenía puesta.

Enseguida empezó a besar su cuello, dejando pequeñas marcas que la dejaba como suya. Y lo que más esperaba era que ese perro infiel que lastimó a esta hermosa dama las pagara. Sus manos iban bajando poco a poco hasta llegar a sus caderas y la levanta de una. Ella colocó sus piernas de modo que envolvieran la cintura de Lucas.

Con una mano en la espalda de Athanasia y otra en sus glúteos se la lleva lentamente a la cama sin dejar de besarla. Sus labios eran tan adictivos que era muy díficil dejar de besarlos, en especial ahora que saben a chocolate. Lucas no podía dejar de agradecer y a compadecer al imbecil de su novio. Por ser tan estupido por no tocar a esa belleza que pronto corromperia.

Ya de espaldas en la cama ella no podía creer que tendría relaciones con alguien que acababa de conocer, pero su dolor y excitación la llevaban a continuar. Además debería ser una persona ciega y tonta como para negarse a tan sensual hombre.

Los besos y caricias provocaban un calor corporal tal, que poco a poco iba desapareciendo la ropa. Semi desnudos y con falta de aire, ella empezó a observarlo. Entre todo su bello cuerpo noto unas marcas peculiares en su cuello, quería sentirlos, pues parecían cicatrices.

-No me toques ahí. Puedes tocar todo, pero mi cuello está prohibido - un sentimiento de enojo y vergüenza acompaño esa frase. Esas heridas ya cicatrizadas aún ardían en sus profundos recuerdos.

-E-Esta bien - desvió el camino de su mano y empezó a explorar el resto de cuerpo.

Su piel era bastante suave, ella se preguntaba qué tipo de tratamiento o cremas ocupaban para tenerla así. Él divertido veía las expresiones que ella hacia mientras lo tocaba, él quería hacer lo mismo, así que tomó sus manos y las sujetó. Con su boca empezó a lamer, morder y dejar marcas en su camino desde el lóbulo de la oreja hasta el inicio de los pechos. Los jadeos de Athanasia incentivaban a Lucas a seguir con su juego y provocaba que su miembro empezará a crecer.

50 sombras de Lucas (athyxlucas)Where stories live. Discover now