Hey, emo girl ; Farkle Minkus

𝕯𝖎𝖓𝖊𝖗𝖔 2/2

Nos encontramos en caminando a casa de Riley luego de una fuerte lección, una en la que tuve que salir detrás de Farkle cuando corrió fuera del aula, para que el castaño solo me diera un beso en la frente y me pidiera volver a clase, mientras el se iba.

Luego de eso nos encontramos todos de vuelta, hablando de cómo somos realmente privilegiados.

— Señor Matthews, charle con mi padre sobre lo que nos enseño.— Farkle fue el primero en entrar al hogar.

— Si, que afortunados somos.— Todos nos dirigimos a sentarnos en la mesa.

— Hemos hablado de eso todo el día.— Le informa Riley.

— Gracia por mi dólar pero... es suyo y se lo devuelvo.— Maya le devuelve el dólar al señor Matthews, a lo cual este agradece y se lo da a Auggie.

Mientras tanto, tomó la mano de Farkle por debajo de la mesa, a lo que el responde entrelazando nuestros dedos, así duramos todo el tiempo.

.
.
.

Y ahora nos encontrábamos en Topanga's frente al señor Minkus, los padres de Riley y un empresario importante. Decidí sólo estar junto a Farkle y no dar ninguna idea propia, no teniendo confianza en mis ideas propias.

Estábamos viendo como Riley y Lucas eran rechazados, sintiéndome aún más insegura acerca de mis pobres ideas.

Ahora estaba junto a Farkle, mientras exponía su proyecto, Maya Hart.

Y mientras más escuchaba a la rubia, más convencida estaba de no hablar.

— ¿Y tu, _______?.— Me pregunta Topanga.

— Ouh no, no no.— Negué de inmediato.— Yo- no he pensado en nada en realidad.— Mi vista fue directo a mis botas negras.

— Estoy seguro de que tienes alguna idea, si mi hijo te quiere, se que eres una buena persona con buenas ideas.— El señor Minkus me dice, a le que miro sonrojada a Farkle, volviendo mi mirada al piso rápidamente.

— A-a mi me gustaría donar a fundaciones, ¿sabes?. Esas fundaciones que ayudan a muchas personas.— Murmuro muy por encima.

— ¿A que clase de personas, ______?

— A las personas de la comunidad LGBT+.— Terminó admitiendo.— Para ayudarlas a sentirse bien, a sentirse integradas.— Y cuando no escucho a nadie reírse, tomo un poco más de confianza y levanto la mirada.— Me gustaría ayudar a las fundaciones que ayudan con la salud mental, muchas personas no pueden pagar un psicólogo o psiquiatra cuando lo necesitan, ¡y la salud mental es tan importante!.— Agacho el tono cuando veo que hablo demasiado.— Pero bueno, solo son... ideas básicas.

— Ideas básicas, pero importantes.— Me dice el señor.

— Tomare más encuentra aquellas fundaciones, ______.— Me dice el señor Minkus, a lo que sonrió en grande.— Gracias por hacer feliz a mi hijo.— Y devuelta, Farkle y yo parecemos tomates.

.
.
.

Y cuando quedamos solos en la habitación de Farkle, recostados en su cama, es cuando realmente me doy cuenta de que estoy en un buen momento de mi vida, y que estoy agradecida por lo que soy y hago.

— Gracias, Farkle.— Le digo mientras mi cara está en su pecho, a lo que el toma mi mentón para alzarlo y mirarme a los ojos.

— ¿Por que?.— Pregunta.

— Sabes, tu padre me agradeció por hacerte feliz, pero la verdad es que tú me haces mil veces más feliz.— Digo mirando con adoración sus hermosos ojos azules, y sus preciosas pecas.

Farkle no responde verbalmente, si no que deja un delicado beso en mis labios, tan solo presionándolos juntos, a lo que yo decido avanzar y abro mis labios, pasando mi lengua por su labio inferior, haciendo que abra la boca.

Y ahí, cuando mi lengua acaricia detrás de sus dientes para luego entrelazarse con la suya, con sus manos en mi cintura y las mías en su cabello, es que lo descubro y acepto.

Estoy enamorada de Farkle Minkus.