𝕯𝖎𝖓𝖊𝖗𝖔 1/2

Start from the beginning
                                    

— ¿Como?

— Quiero que me des lecciones sobre cómo no tener dinero.— Específica.

— Oye, 122 dólares por lección.— Le dice la rubia, a lo que Farkle toma el dinero en mano de Riley y se lo da a Maya, por lo cual suelto una risita.— Lección uno completa.

— Tienes menos que nosotros Maya, pero tienes una buena vida.— Le dice el castaño.— No solo sobrevives, prósperas, es lo que siempre he amado de ti.

— Gracias Farkle, no hay mucho que decir excepto... ¿Ves la ropa que uso?.— Farkle asiente.— Yo la compro para mi, y to la cuido y la aprecio ¿sabes?, no tengo mucho pero trato de apreciar lo que tengo.

Miro con empatía a Maya, sintiendo una gran admiración hacia ella.

— Es un buen consejo Maya. Yo tengo tanto que en realidad no lo aprecio, ahora todo se irá.— Yo apretó el agarre de nuestras manos.

— Bueno, vayamos a tu casa mientras aún la tienes.— Le propone Riley.

— ¿Mi casa?.— Logró ver cómo Farkle se tensiona.

Y luego de algo de discusión, decidimos ir a la casa de mi- de Farkle.

.
.
.

Luego de llegar a la habitación de Farkle, todos estábamos anonadados por el lujo en esta. ¡Incluso tiene un puto tren! El cual, por cierto, se lleva a Maya.

Y estaba tan ocupada tendida sobre la cama de Farkle, rodeada de su aroma y observando la galaxia en el cielo, que me pierdo en la conversación hasta que el tren vuelve, con Maya en ropa lujosa y un gatito.

Yo simplemente reí y hundí mi rostro aún más en la almohada del castaño aspirando su aroma, recibiendo una risa burlona de Lucas, el cual es el único que ha notado mi vergonzosa acción.

Y mientras los demás disfrutan de los lujos en la habitación de Farkle, y Maya le da lecciones a este, yo sigo acostada en su cama, con Farkle sentado entre mis piernas en el suelo y la espalda apoyada el el lado de esta.

La voz del señor Minkus hace que levante la cabeza.

— Hola chicos— Saluda.— Que gusto ver qué disfrutan nuestra casa, ¿por que no habían venido?.

— Hola Minkus, linda casa, ¡largo!.— Saluda rápidamente Riley y luego grita al televisor.

— Digamos que conozco desde hace poco a su hijo y sus amigos, así que por eso.— Respondí sentándome, pasando mis brazos alrededor de los hombros del castaño frente a mi y apoyando mi barbilla en su cabeza.

— ¿______, no?.— Asiento extrañada que sepa mi nombre.— Bueno, Farkle ha hablado lo suficiente de ti como para saber que son muy cercanos.

— ¡Papá!— Reclama Farkle, ambos con las mejillas hirviendo.

— Lamentamos mucho el giro desafortunado de los eventos.— Interrumpe Maya.

— Gracias, siempre he pensado que no es el evento el que revela al hombre si no la respuesta del hombre al evento lo que revela la naturaleza de su carácter.— Contesta y wow, creo saber de donde salió en cerebro superdotado de mi- ¡de Farkle! Basta, maldito inconsciente.

—¿Que tal responde señor?.— Pregunta Riley acercándose.

— Veo dibujos animados, como cereal sin leche porque mis lágrimas llenan el tazón.— Frunzo el ceño y hago un puchero involuntario cuando Farkle se aleja de mi agarre y se levanta.— Cosas así.

— Debes saber que no me interesa si vivimos así o no.— Le aclara el castaño.

— ¿Por que no, Farkle? ¿No te enorgullece lo que hemos hecho?.— Le pregunta el señor Minkus.

— No estoy seguro de que hemos hecho.— Repone este.— Se que si sube el mercado estás feliz, y si baja no lo estás. Se que cuanto más ocupado estés menos te veo, y si te preguntas porque no había traído a mis amigos es porque me siento avergonzado.

Todos bajamos la cabeza ante esto último, todo mi cuerpo picando en necesidad de ir y abrazarlo, de demostrarle todo mi apoyo.

— ¿Por mi?.— Pregunta Minkus.

— No, nunca por ti.— Le aclara Farkle.— Por todas las cosas que tenemos, es demasiado, ¿por que lo merecemos?.— Le interroga el castaño.

Y todo queda en silencio después de eso.

.
.
.

Ahora estamos en casa de Maya, Farkle sentado en el sillón individual cerca a la ventana y yo en el posa manos, hasta que resbalo hacia un lado y Farkle me atrae a su regazo, quedándome cómodamente ahí.

Y cuando voy con Lucas a jugar con el hurón de Maya —que por cierto, tengo una obsesión con los hurones.— Farkle saluda a personas por la ventana, pero me encontraba muy concentrada el el pequeño animal como para prestarle atención.

Y cuando Maya especifica que Ginger entro por un hueco en la pared, Lucas lo suelta de inmediato, más yo me quedo abrazada a el, a lo que todos me miran raro.

—¿Que? Amo a los hurones, no me importa de donde vino.— Les digo.— Algún día tendré uno blanco y le pondré Draco.— Riley y Lucas ríen ante la referencia.

Y así nos quedamos otro rato, yo volviendo a estar entre los brazos de Farkle rápidamente.

Hey, emo girl ; Farkle MinkusWhere stories live. Discover now