6: Noche de bodas

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– Si usted me ama, entonces … – No concluyó. Pero hizo un ademán que Yoongi comprendió bien.

– ¿Quiere usted que lo deje solo? – dijo Yoongi en sumisión – ¿es esa la prueba que me quiere imponer? Me resignaré, si es está su voluntad

Jimin suspiró con delicia. Se sintió dueño absoluto de aquel hombre que le había causado tan gran temor.

– ¡Pues si! Se lo agradecería. Las emociones del día me han hecho daño. Necesito calmarme. Y mañana, más tarde, ya seguro de mí mismo, yo le explicaré …

Yoongi quedó un momento silencioso. Aquello se le hizo sospechoso, había en él un misterio que decidió poner en claro.

– ¿Qué me dirá usted mañana, que no pueda oír hoy? – respondió – Mí vida y la suya ¿No son desde ahora inseparables? Nuestro camino está trazado. A usted le corresponde ser confiado y sincero. A mí, ser abnegado y paciente. Yo estoy dispuesto ¿Está usted en las mismas condiciones?

El lenguaje de Yoongi era claro y firme. Miró a su esposo cara a cara. Este quiso retroceder

– Déjeme decirle que la confianza no se gana en un momento – respondió él – Hace solamente dos horas que nos hemos casado … Esta vida me la hacían muy feliz. Tenía derecho a pensar en voz alta, era libre para callarme. Jamás me he visto forzado a mentir. Las penas que he tenido, usted las sabe, comprendían que no se podían borrar tan fácilmente. He sido muy mimado … Jamás me han pedido que sonría cuando tenía el corazón triste … Si es preciso que me resigne a disimular con usted, por favor deme tiempo para habituarme a esa imposición –

Jimin con extrema habilidad, había soslayado la cuestión para evitar dar una respuesta, se hizo la víctima. Yoongi, por un momento apareció como cruel y él se dio cuenta:

– Se lo suplico, no diga usted una palabra – exclamó él, – Me injuria … Sepa que jamás tendrá amigo más tierno y abnegado que yo. Al casarme, he tomado parte de sus penas y quiero hacérselas olvidar. Confíe en mí, soy responsable de su felicidad ¡Está muy lejos de mí el pensamiento de imponerle un amor!  Lo que le pido es que me deje, a fuerza de cuidados y ternura, conquistarlo, esa es mí ambición ... Y ya que usted tiene necesidad de reposo, siéntase en su casa, libre y seguro. Me retiro ¿No es acaso lo que quiere?

Jimin al escuchar aquellas palabras, se sintió irritado e inquieto. Yoongi se mostraba tan recto y tan grande, que todas las combinaciones que él había preparado de antemano para conquistar su libertad parecía que iba a fallar miserablemente. Yoongi se adelantaba a sus deseos con una bondad inesperada ¿Cómo iba a rechazar, sin injusticia y crueldad, a un hombre tan leal y generoso? Comprendió el peligro que corría, y resolvió escapar de él rompiendo resultamente todos los lazos que le unían a Yoongi.

Este, viendo a Jimin silencioso e inmóvil, avanzó hacia él. Bajó la cabeza, y su boca llego a rozar la frente blanca del rubio.

– Hasta mañana – dijo Yoongi.

Pero al respirar su perfume y al sentir en sus labios aquella carne estremecida, Yoongi se sintió aturdido por una repentina embriaguez. Dejó de ser dueño de si mismo. Vió a un hombre adorable a quien deseaba locamente y que le pertenecía. En un transporte irresistible lo tomó en sus brazos y, con los ojos ardientes, murmuró

– Si supiera usted cuánto lo amo

Jimin sorprendido, se curvo y apoyando las manos en el pecho de su marido, se esforzó por huir de ese contacto.

– ¡Déjeme! – exclamó con ira.

Los brazos de Yoongi se soltaron. Retrocedió, y con voz turbada mirando al joven que estaba ante él tembloroso, exclamó:

AMOR Y ORGULLO || YoonminWhere stories live. Discover now