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Durante es anoche Jungkook no pudo descansar, se mantuvo observando el techo con fervor, esperando alguna respuesta que pudiera dar fin a esa relación, o fin a sus pensamientos erróneos de los vampiros, no quería ser un aguafiestas, mucho menos llegar a lastimar aquella persona; la persona que amaba con toda el alma.

Liberó un suspiro de gustos, desesperación y frustración dentro de su habitación, buscando relajarse lo suficiente para quedarse dormido, cosa que no consiguió tan fácilmente.

— Te noto frustrado, ¿Aún sigues pensando en terminar conmigo?— Una voz en la ventana alarmó sus sentidos dejando que Jungkook tomara posición erguida y se acomodara mucho mejor en el borde de aquella cama donde antes estaba buscando descansar.

Pero se mantuvo con la cabeza agachada uno largos segundos, segundos que parecieron años, siglos incluso, pero finalmente lograron complementar una sonrisa en los labios el menor, estando totalmente en negación con el asunto que estaban tratando — No Tae, no he pensado en terminar contigo, he pensado en todo ese asunto de Kimy, no la quiero cerca de ti por nada del mundo, tampoco quiero que te cases con ella — Negó, aunque había sido un trato ya resuelto, estaba buscando una manera de no hacerlo sentir mal y evitar pensar en terminar. — Tu eres Mío.— le advirtió el menor frunciendo el entrecejo un poco.

Lo que logro escucharse dentro de aquella habitación fueron una suave risa del mayor, junto a esa sonrisa cuadrada que se hacía presente cada vez que miraba a su acompañante. Acercándose con pasos lentos después de bajar aquella ventana fue acercándose hasta el menor situandose a su lado, de dicha forma pudo observar mejor al menor, y otorgar una suave caricia sobre su mejilla.

— Te amo Jungkook, eres mi vida entera — Murmuró el mayor sin perder vista de como los ojos del menor iban cerrándose a causa de esas caricias, sabía perfectamente que le gustaban esas atenciones, eran sus favoritas.

— Yo también te amo mucho Tae — Murmuró el menor dando un cambio drástico, en cuestión de segundos se situo sobre las piernas del mayor y lo beso, generalizando un beso suave, delicado, duradero pero apasionado, que hizo llevar las manos del mayor a situarse donde se ubicaba su cintura, tomando perfectamente sus curvaturas entre ambas manos, amoldando ese espacio suave con pequeñas caricias evitando perder perfección con aquel beso.

Con forme ambos iban besándose el calor aumento dentro de esa habitación, los vampiros eran seres lujuriosos ¿Cómo podría resistirse al hombre que amaba con todas sus fuerzas? No podía hacer eso, era su oportunidad de brindarle ese amor mediante un acto desconocido para ambos, por ende, el siguiente movimiento de sus manos fue constituido por un accionar suave, colocando al menor sobre el colchón de aquella cama, con ambos brazos a cada costado de su anatomía evitando caer sobre el y darse su peso.

— Quiero hacerte ver el cielo Jungkook— Susurró contra los labios del menor ocasionando una mirada en el chico tan delicada, muchos podrían decir que se notaba una mirada sumisa, y eso parecía en ese instante.

— Hazme ver el cielo Tae — Sus palabras fueron tan suaves, como ese agarre sobre su anatomía, Jungkook abrazo al mayor una vez los besos fueron situados sobre el cuello del mayor, participes por ser húmedos, apasionados y tranquilos.

Los pequeños suspiros del menor adornaban la habitación, enfatizando, aumentando ese libido creciente en cada uno de sus cuerpos, sus besos buscaron bajar suavemente por su abdomen hacia la parte superior de sus piernas, todo era con las prendas del menor puestas, que no duraron mucho; en cuestión de segundos liberó al menor de cada una, sin importarle mucho que pudiera tener vergüenza, le gustaba verle avergonzado. Además ¿Cómo avergonzarse de un cuerpo tan perfecto como el de su amado? Era una obra de arte frente a sus ojos.

Tae no tardó mucho en deshacerse de cada prenda que constituiá su cuerpo, quedando completamente desnudo frente al menor. Los ojos de Jungkook se abrieron al verlo, ¿Ese realmente era su amado? Jamás había visto al mayor sin ninguna prenda, excepto su camiseta, ahora que lo miraba se sentía excitado, era realmente un dios griego, al que no tardó mucho en ponerse a su merced arrodillandose frente al mayor

No quiso decir nada, simplemente disfrutar de lo que tenía frente a el, por otro lado Tae se mantenía observando al menor desde arriba abajo, agachando su cabeza con fervor sin perder contacto visual con el. Mordio suavemente su labio inferior guiando su cabeza hacia atrás bajo un suspiro pesado; los labios de su amado menor estaban impartiendo pequeños besos sobre su viril miembro, brindando esa sensación placentera al hacerlo.

Jungkook, tomo entre sus manos la erección del mayor creando un suave vaivén de arriba abajo, sustituyendo caricias con la yema de sus dedos tanto en la base donde lograban marcarse unas cuantas venas, hasta la parte superior donde se situaban el prepucio, no dudando en acariciar con la yema de sus dedos suavemente en medida circular; evitando perder contacto visual con el mayor hizo utilidad de su lengua, retirando cierta cantidad del interior bucal propio, comenzando un suave movimiento circular sobre el mismo lugar, ese tal mivimiento volvió pesada la respiración de Tae, sintiendo una corriente eléctrica indagar su cuerpo, recorriendo cada hebra del mismo.

Las atenciones de Jungkook fueron aumentando el ritmo, ingresando la uretra del mayor al interior de su boca chupo cuál bebé, formando pequeñas succiones que brindaban placer al mayor, movía suavemente sus labios en el proceso; hasta que finalmente fue engullendo el miembro del mayor hasta la mitad de su cavidad, comenzado a ejercer suaves movimientos de cabeza arriba abajo, ingresando, retirando y explorando su cavidad con el miembro viril del mayor. Tae tomo sus cabellos enredando sus dedos en la zona sedosa de los mismos, ayudándole con esos movimientos de cabeza mientras mordía suavemente su labio inferior en el proceso excitante de esa mamada.

Mhg.. Jungkook.. — Su respiración se había vuelto pesada con cada acción que hacía su pareja, desde como tragaba la mitad de su miembro, hasta como lo iba ingresando por completo, creando suaves golpes contra su garganta cosa que le comenzó a volver loco e impaciente por hacerle el amor. Su instinto lujurioso y lleno de pasión lo llevo a mover su cadera, suavemente su pelvis se movía contra la boca del menor escuchando ese excitante sonido de arcadas en esa exquisita boca, pidiendo observar como salí algo de saliva y caja sobre las piernas del menor hasta que pasaron unos cuantos minutos de estimulación, dejando su viril miembro brilloso y venoso ante los ojos del menor — ¿Cuando dejaras de ser tan maravilloso? — Le dijo a su amado, y sus fue como el mayor le brindo también placer mediante una chupada. Jamás había visto al menor tan sumiso, y eso le encantó

Esa noche ambos cuerpos se sumergieron en un placer incontrolable, los gemidos del menor eran tan suaves, delicados, como si fuera un pequeña gatito que acababa de nacer y llevaba unos cuantos meses de crecimiento, Tae jamás había hecho el amor, solamente se basaba en sexo lo que el podría brindar, pero esa noche ambos cuerpos se entregaron uno a otro.

Y no había lazo que pusiera romper ese amor que ambos sentían el uno por el otro.

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