Compromiso

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-¿Propiedad?- dijo Andrés frunciendo el ceño, dirigiendo sus ojos a su mano con cara de confusión.

- Aquí yo tengo un anillo de diamantes que dice el nombre de alguien a quien ya pertenezco y con la fecha que lo conocí.- retirándoselo de su dedo.- Mira dice Martín Berrote, 14 de Abril 2002.El es mi alma gemela.

-La concha de tu madre, Andrés- le susurró con una sonrisa, cogiendo el anillo para volvérselo a poner en su dedo anular.- Se te ve perfecto señor de Berrote-

- A ver el tuyo- cogiéndole su mano para darle un beso- Por favor, si esto es una maravilla señor de Fonollosa- riéndose.

- No nos imagino el día de nuestra boda o nuestra luna de miel-

- Tu tendrás corbata y yo con mi pajarita haremos una dupla perfecta- riéndose de esa imaginación, perdiendo sus sonrisas en ese beso apasionado.

Así finalizó su segundo día en el Banco de España. Nada más podría salir mal o herido.

Salieron juntos, era una imagen icónica, verlos cada uno como líderes de su plan, caminando por esos pasillos con paredes grisáceas adornadas con luz blanca que resplandecían en esas pequeñas lámparas.

- Iniciemos por la planta baja, a ver como van Estocolmo y Helsinki, después a visitar nuestros chicos de oro para lo último revisar cada planta- dijo Berlín mientras caminaba.

- Estoy seguro que allá abajo va muy bien, hasta donde estuve todo va de viento en popa, hemos alcanzado las 10 toneladas completamente fundidas- dijo orgulloso de su zona de trabajo. Sonrieron y llegaron al vestíbulo, cambiando ciertamente su mirada, a una más seria sin perder su postura elegante, mirando a cada rehen en su bolsa de dormir.

Berlín dirigiéndose a Estocolmo que estaba sentada en la escalera, le preguntó:

-¿Cómo vas? Qué tal la primera noche de turno...

-Bien Berlín, aunque algo preocupada, no puedo sacarme de la cabeza a Cincinnati, sé que está en buenas manos pero me hace mucha falta.

- Vamos... tienes que ser fuerte, tú decidiste entrar y estabas en tu derecho en elegir, así que tranquilízate, necesitamos la atención puesta aquí. Ve y das una vuelta habla con Denver y trata de distraer tu mente. Mientras yo me quedo aquí.

- Si, tienes razón, lo lamento- levantándose y colocándose bien su arma.

- Entiendo que no sea fácil, tu hijo está con las personas correctas- asintiendo y tratando de darle algo de confianza. A lo que Estocolmo agradeció con su mirada.

Berlín, no permitiría que nadie cayera en descontrol en su plan, pues todos debían tener la mente centrada en cumplir con el fin, por eso se habían comprometido a hacer todo lo necesario, a él no se le venía muy bien entregar sus sentimientos a quiénes no le tenía esa confianza absoluta, sentía que al ser un líder nato simplemente organizaría y trataría de aliarse con todos, sin nada de paños de lágrimas ni ser detallista, su prioridad era que el plan saliera bien sin ninguna baja.

Pero, como se había dicho en clase, ahora eran una familia, lo que pasó en la Casa de Moneda y Timbre había cambiado todo, rompiendo todas las reglas sobre no tener relaciones entre ellos o no conocer su vida personal, eso hizo que Berlín dejara esa posición de indiferencia por el sentir y le dijera a ella cortésmente que todo saldría bien.

Mientras tanto, Palermo estaba con Helsinki, bromeando y riendo como lo solían hacer desde que se conocieron en el Monasterio, estaban hablando de Bogotá y Nairobi y su aún "escondida" relación, pero que era más que evidente ante todos.

-A ella gustar el grandulón- dijo Helsinki con su español tosco.

- Está con su mochilita emocional en ese oso de peluche, que se ve tan serio pero es toda un flor- riéndose mientras veía acercarse Berlín.

Soulmates (Martín and Andrés)Where stories live. Discover now