Capítulo 1: No recuerdo nada.

50.7K 2K 1K
                                    

Mis ojos se abrieron desesperadamente.
Estaba casi a oscuras si no fuera por una tenue luz roja que provenía desde algún punto, iluminando el lugar.

Podía oír el palpitar de mi corazón tratando de salirse de mi pecho. Respirando con dificultad, intenté ponerme de pie, pero mis piernas estaban débiles y sentí como se tensaban ante el esfuerzo de querer estar sobre ellas. Aún temblando, no resistieron el peso del resto de mi cuerpo y me obligaron a caer sobre mis rodillas.
Con lentitud, las palmas de mis manos tantearon las paredes enrejadas.

La idea de una especie de caja metálica era lo más coherente que pasaba por mi cabeza.
Una prisión que ascendía a una velocidad desenfrenada, sacudiéndose cada tanto de forma brusca. Mi pecho acumulaba más terror a medida que el tiempo corría.

Cuando mis ojos se adaptaron a la oscuridad,pude ver que habían unos barriles, sogas y cajas de madera, tanto grandes como pequeñas.

Mis ojos reflejaban miedo, temor, inseguridad.

¿Dónde estoy?

Buscaba algún recuerdo que me explicara como había llegado hasta allí, pero aunque me esforzara, mi memoria parecía estar en blanco.
Estaba tan vacía que ni siquiera podía recordar algo tan simple como mi nombre, mi familia, un lugar en especial, un amigo... algo.

No me había dado cuenta que llevaba acumulada demasiada presión dentro de mí y no se me ocurrió otra forma de sacarlo involuntariamente que con un grito. Lo solté con tal magnitud al punto de sentir como mi garganta se desgarrada ante el esfuerzo.

- ¡Ayuda!- continué gritando- ¡Ayúdenme por favor!

Pero nadie podía escucharme.

Terminé por rendirme, arrastrando mi cuerpo hacia abajo por una de las paredes.
Volví a buscar alguna memoria o algo. Pero como ya había ocurrido, no podía recordar nada.

¿Por qué no podía recordar nada?

Calcular el tiempo que llevaba ahí desde que desperté no era muy difícil. Sabía que había estado moviéndome como por media hora. Lo sabía por instinto.

A pesar de haber entrado en desesperación, no sentía la necesidad de llorar, no había lágrimas para derramar. Solo sentía confusión y náuseas. Temía que aquella ascensión no terminara nunca, pero pensando razonablemente, sería en vano que estuviese en aquella situación sino llevaba a ningún lugar.

Al igual que con el calculo del tiempo, no me había equivocado.

Un par de segundos desde aquel último pensamiento, la caja aceleró su ascenso. Me asustó imaginar que me estrellaría.

Frenó en un golpe tan seco en el momento menos esperado. Mi cuerpo, incluida mi cara, se estampó en el piso de la jaula de metal.
Sin darme lugar a maldecir por el dolor que se extendió por todo el lado izquierdo de mis facciones, automáticamente unas compuertas que se encontraban arriba de la caja, se abrieron. Éstas dieron paso a una enceguedora luz que provocaron que me cubriera con mis manos. Tardé en acostumbrame a la claridad y cuando lo hice supe que se trataba de luz solar. De inmediato, un ruido ligero me sobresaltó. Se había destrabado el techo de la jaula. No esperé más y salí.

No podía creer lo que veían mis ojos apenas salí de aquella maldita caja. Dí una vuelta completa de 360° observando mi alrededor.

A unos metros se alzaban cuatro muros inmensos, formando un cuadrado perfecto. Cada muro era de piedra con algunas grietas de las que salían gruesas lianas que ocupaban casi toda la pared, pero no llegaban hasta arriba. En cada muro había una abertura, en ese momento solo una estaba abierta y era la del norte. Las del sur, este y oeste estaban cerradas por el momento. Pude ver por la abertura del norte que se adentraba con un gran pasillo rodeado de más muros.

En un momento la curiosidad me invadió y quería ir a averiguar de que se trataba el tal pasillo, pero a la vez me intimidaba, así que resolví no acercarme por el momento. Solo atiné a sentarme en el piso al lado de la caja aún abierta. Sin darme cuenta, ya estaba oscureciendo. Miré atentamente a mi alrededor, el lugar estaba vacío, no había señal de que hubiera otra persona cerca o lejos. Me sentí tan sola. ¿Quien me había mandado aquí? ¿Quién soy? ¿Cómo me llamo? Tampoco recordaba a mis padres, a mis hermanos o amigos - si es que tenía-. No sabía nada de mí. De tan solo pensar eso, por primera vez desde que desperté, sentí ganas de llorar. Un nudo se formó en mi garganta y las lágrimas no tardaron en rodar por mis mejillas. Atraje mis piernas a mi pecho y comencé a llorar, mi largo cabello castaño claro se deslizó por mi cara y los aparté con mis manos.

Mi llanto no duró demasiado. Inesperadamente, un fuerte viento que luego se desvaneció de la nada azotó contra mi cuerpo, levanté la vista y vi que provenía de la abertura. Y luego se escucharon unos chirridos de metal, como engranajes viejos en movimiento después de mucho tiempo. Me sorprendí al comprender que era lo que estaba sucediendo... Las puertas se estaban cerrando. Las paredes comenzaron lentamente a juntarse para cerrarse. Ya casi estaba oscuro. Me paré de inmediato y quede parada sin saber que hacer.

- Tal vez tenga que entrar allí para volver a casa, encontrar a alguien o algo que me sirva para entender que hago aquí- me dije a mi misma... y a quién más si estaba sola.

Casi estaban por cerrarse sólo quedaban 4 metros...3...2...

Sin pensarlo más, corrí para atravesar esas puertas antes de tener que pasar la noche aquí, sola y a oscuras.

Estaba por atraversarlas y ya solo había un metro de distancia entre ambas puertas. Me faltaba nada mas que un par de centímetros para entrar en lo que parecía un laberinto, pero no estaba segura ya que estaba oscuro. Pero algo me lo impidió. Alguien- no sabía si se trataba de un animal salvaje o una persona, ya que no podía ver nada por la misma oscuridad- se abalanzó sobre mí y me tiro al suelo, haciendo que me golpeé la cabeza con el piso de piedra. Era una persona, lo sentí. Me sujetó de las muñecas con ambas manos y me inmovilizó las piernas poniendo las suyas arriba.

- ¿¡Qué haces!? ¡Sueltame! - forcejeaba con todas las fuerzas que mi cuerpo me dejaba y gritaba con furia. Pero ya nada servía el suelo se estremeció en el ruido que hizo eco en todo el área. Las paredes se habían sellado.

Quedate Conmigo 《Newt》 1° TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora