-Has probado más comida cocinada por mis manos? - le pregunto Dazai curioso.

-No lo recuerdas? Creo que ese día casi intoxicas a Ane-san y a Mori-san, ah claro, y a mí- le respondió el mafioso mientras tosía levemente para des atragantarse.

-Hmmm para serte franco, no lo recuerdo- una sonrisa se dibujó en la cara del detective, el ojiazul tenía claro que esto solo podía significar una cosa, si recordaba haber hecho un horroroso intento de cocinar, tomando como ratas de laboratorio a él, junto con el jefe de la Port Mafia y Kouyou Ane-san. Ante esta situación, lo único que hizo Chuuya fue continuar deleitándose con los avances culinarios de Dazai después de un largo suspiro.

Había una pregunta que inquietaba al ojiazul desde que el de ojos chocolates había entrado a su cuarto con el desayuno. Por supuesto que habían llegado como cien preguntas de golpe, pero había una que le inquietaba bastante. Mucho más allá de él porque el castaño se había tomado la molestia de cocinarle, le daba vueltas en la cabeza el hecho de que había llegado con solo un plato de cada cosa, es decir, claro que se había devorado tres latas de cangrejo en la madrugada, pero ya eran más de la diez de la mañana. Teniendo esta pequeña inquietud en su cabeza, decidió preguntar.

-Donde esta tu desayuno? -Chuuya sabía qué le respondería que no tenía hambre, pero estaba claro que mentía. Efectivamente, el castaño le respondió con un Mi estómago está lleno por ahora, pero el mafioso no se dejaría convencer tan fácil. -¿En serio? Dazai si me mientes te juro que lo lamentarás- amenazó el pelinaranja.

Por otra parte, el castaño se sorprendió con la amenaza que acababa de escuchar, no solo porque Chuuya lo había descubierto, sino porque a pesar de ya estar acostumbrado a las amenazas de parte de este, jamás había escuchado una amenaza con ese sentido. Es decir, había dos maneras de ver la amenaza. La primera, que era por donde Dazai había entendido, era que el pelinaranja se preocupaba por su alimentación; la segunda por otra parte, era que Chuuya se había enfurecido al descubrir que el de ojos cafés le estaba mintiendo. No importa por donde lo vieras, Dazai había comprendido que ambas lo llevaban a una misma conclusión, el pelinaranja se estaba preocupando por el castaño y por su relación con él, o tal vez solo eran inventos de su cabeza. En medio de esta confusión, decidió que lo mejor sería responder antes de que el mafioso se enfureciera y le golpeara con un plato o peor, con la bandeja.

-Chuu~ ves que estoy haciéndote una comida y tu solo te preocupas por mí- le dijo con un tono dulce que atonto completamente al ojiazul, ¿hace cuánto que no lo llamaba Chuu? No desde los diez y ocho años, cuando había dejado la mafia. Aún recordaba perfectamente el día en el que lo apodaron así, había tratado de ignorarlo las veinticuatro horas, pero el castaño le siguió a todas partes hablándole constantemente sin parar; al ver que este no le prestaba atención, decidió llamarlo así Chuu Chuu no me ignores, eso había hecho que el pelinaranja se volviera rojo hasta las orejas, y alegando, le respondió gritando que no era una maldita locomotora, recibiendo como respuesta las risas del de ojos marrones. Buenos tiempos pensó Chuuya, pero fue interrumpido nuevamente por el castaño.

-Deberías disfrutar por una vez, y no preocuparte por mi-.

-Eso... eso es algo casi imposible- tartamudeo casi de inmediato como respuesta.

-Chuu Chuu~ me comí tres de las cuatro latas de cangrejo que me compraste en la madrugada- le dijo mientras acariciaba sutilmente uno de sus mechones anaranjados -Mi estómago de verdad no puede más-.

-Como? - El pelinaranja estaba siendo descubierto ¿Cómo es que sabía que él le había comprado las latas de cangrejo? Jamás le dijo nada, a menos de que haya abierto la bolsa- Maldito, abriste la bolsa ¿no es cierto? -.

-No tenía por qué abrirla para saberlo ¿dudas de mis habilidades deductivas? - le respondió sin vacilar mientras esbozaba una sonrisa traviesa.

- N-no no dudo, solo me sorprenden-.

El castaño suspiró y se echó para atrás recostándose en la cabecera de la cama mientras cerraba sus ojos. Estaba feliz, estaba alegre de que el mafioso no le hubiera pegado con algo al ser descubierto. Estaba tan perdido en su mar de pensamientos que no se dio cuenta de que Chuuya le había acercado un poco de su desayuno, lo tenía sujetado con los palillos y estaba esperando a que Dazai abriera su boca para embutírselo, cosa que paso luego de que el castaño decidiera bostezar repentinamente, claro, fue una muy mala decisión. El de vendas a duras penas podía respirar, se había atragantado y tosía fuertemente, pero Chuuya no le permitiría que escupiera la comida, así que lo agarró del mentón y echó su cabeza hacia atrás.

-Vamos, pásatelo, y dejarás de toser- el castaño siguió las instrucciones del pelinaranja. Tal cual como le había indicado el ojiazul, dejó de sentirse atragantado y por ende la tos disminuyó. Cuando por fin logró recuperar el aliento, empezó a alegar.

- ¡Qué agresividad, enano! -.

-Me vuelves a llamar enano y te embuto otra igual-.

Dazai chasqueo la lengua ante esto, quería venganza.

Después de haber visto el rostro sonrojado del pelinaranja, una idea se le pasó por la cabeza. Agarro, bueno, le arrebató los palillos a Chuuya y agarro un poco de tamagoyaki, luego se lo acercó lentamente a la boca del contrario.

-Haber, abre grande- le dijo el castaño en un tono dulce que hizo que el pelinaranja se erizara y sus mejillas se calentaran de a pocos. Empezó a temblar descontroladamente, verdaderamente estaba avergonzado por las acciones del castaño y aunque quisiera esconder su nerviosismo, no era capaz. Pero que claro que estaba feliz, quería olvidarse de todos esos años en los que había fingido odiar a Dazai, abrir la boca y dejar que el castaño lo alimentara; pero se tuvo que contener, no sabía exactamente si el contrario sentía lo mismo que él, si bien este se comportaba un tanto meloso y cariñoso con él de vez en cuando, nunca sabría distinguir si era para molestarlo o iba en serio, era mejor evitar que lamentar.

El detective, al ver que Chuuya no estaba poniendo de su parte, dejando de lado su ya satisfecha sed de venganza, le tocó la nariz delicadamente y le regaló una sonrisa.

-Por favor Chuu, recíbeme-.

-Enserio que te detesto-.

-Lo sé-.

A modo de rendición, el ojiazul cedió finalmente abriendo poco a poco su boca, el castaño sonrió triunfante, y, a diferencia del mafioso, se la dio pulidamente, evitando que la comida se resbalara por los bordes de la boca ajena. Una vez terminó su pequeña venganza, le regaló una última sonrisa a su ex compañero antes de levantarse. Recogió la bandeja de la comida ingerida anteriormente por el mafioso, y se dirigió a la cocina, claramente seguido de este.

Lastimosamente, Chuuya, no tuvo una linda recibida en su cocina, todo estaba en desorden, Bolsas regadas por todo el piso, había un huevo roto encima del mesón junto con un poco de agua, cebolla y un poco de, ¿eso era pimienta? Se podría decir que Dazai había derramado la sal, literalmente, estaba regada por todas partes; de verdad parecía la madriguera de algún animal. El ojiazul no sabía si reír o llorar; era divertido ver las expresiones faciales del castaño que decían claramente un "Ay miércoles, olvide este pequeño detalle", pero... su cocina....

Al percibir ese ambiente embarazoso para el castaño, el pelinaranja decidió acercarse al horno donde colgaba una pequeña toalla, la agarró para luego darse la vuelta y mirar fijamente al castaño, poniéndole los nervios de punta.

-Te ayudaré a limpiar, SOLO por hoy- le dijo Chuuya estando ya al lado del castaño – la próxima te pondré a limpiar tu solo y luego te echaré de mi casa-.

-Ósea que- le respondió el castaño abriendo un interrogante- ¿estás esperando una próxima vez? - le pregunto con un tono divertido que logró avergonzar al más bajo. Este lo ignoró lo más que pudo y le entregó la toalla que llevaba en la mano.

-Solo, limpiemos-.

-Bien-.

Bien, ya volví.

Otro capitulo mas. Por cierto, creo que ya llevamos un mes... que bien XD.

¡Gracias por leer!

Créditos al autor de la imagen!

No me sueltes ~~~~(bsd, Soukoku)Where stories live. Discover now